Mi vida es un constante sueño que empieza bonito, pero siempre acaba triste. Me he tenido que enfrentar solo a las depresiones más profundas. ¿Amor propio? Quizás, o tal vez he sobrevivido por terco. Quién me entiende sino aquellos que como yo, solos en la noche con lágrimas en el rostro abrazan una almohada para sentirse protegidos.