Español
Viaje de Nochebuena
Era víspera de Nochebuena y los hermanos López no querían pasar esa fecha tan importante y familiar solos en la casa de la ciudad.
Sus padres habían fallecido hacía tres meses a causa del Covid–19. Todo era un cúmulo de recuerdos, quedarse, les golpeaba el corazón. Así que decidieron pasar la Nochebuena en su casa de campo lejos de la ciudad; viajaron hacia el pueblito y de ahí a su casa de retiro, el viaje se tornó triste y frío para ambos, iban en silencio, cada uno viviendo la tristeza a su manera, extrañaban mucho a sus padres, veían por la ventanilla como los copos de nieve se posaban en las rama de los árboles de pino frondosos, el frío los congelaba eran conscientes que lo gélido en el alma era más insoportable que el exterior que estaba casi bajo cero.
Al llegar, la frialdad y la oscuridad eran infranqueables, entristecía la falta de calor humano; bajan del coche y emprenden un corto recorrido hacia la casa; mientras van caminando oyen ruidos entre los árboles que rodeaban la cabaña, ubicada a pie de montaña, se miran y sin hablar siguen y entran. La soledad y lo sombrío del hogar los deja cabizbajos, cada uno pensó que no debieron ir, pero ya era tarde para regresar.
Encienden las luces y observan extasiados las fotos familiares que se encuentran en la pared de la sala y verlas le traen gratos, pero tristes recuerdos donde los protagonistas son sus padres, las vacaciones de verano, viejas navidades, las graduaciones de cada uno. Juan le dice a su hermano Miguel que deben descansar y por la mañana se encargarán de asear y ordenar un poco. Se retiran a sus habitaciones extenuados por el viaje de seis horas. Al llegar a la puerta de su cuarto, Juan siente una presencia en el pasillo, creyó ver una sombra, sacudió su cabeza y no le dio importancia, ni le comentó a Miguel, su deseo es acostarse y recuperar fuerzas.
Entra y se deja caer sobre su cama y por un momento más se queda perdido en los recuerdos de su infancia feliz allí vivida, ya estaba cayendo en la inconsciencia del sueño, cuando un ruido lo saca de su somnolencia. Oye como si arrastrarán algo por el pasillo hacia la sala, abre la puerta pensando que era su hermano que lleva su maleta, se asoma, pero nada ve. Se asusta, piensa que pudiera ser un ladrón; cierra la puerta con sumo cuidado y busca su móvil para avisar a su hermano, pero recuerda que lo había dejado en su chaqueta que quedo en la sala.
Sus pensamientos son vertiginosos, piensa en la manera de ir con su hermano, vuelve abrir la puerta, se asoma, no hay nadie y el ruido ha cesado, corre hasta el cuarto de su hermano al otro lado de la sala, lo mira dormir tan profundo que no quiso despertarlo, saca valentía para regresar a su habitación, pero al pasar de nuevo por el recibidor, queda boquiabierto al ver el árbol de navidad en el mismo sitio donde cada año lo colocaban sus padres, con los mismos adornos y todo dispuesto para ser conectado.
Ya más calmado regresa con su hermano, le cuenta todo, Miguel se echa una carcajada, y le dice: hermano recuerda que ese árbol quedó allí la última vez que tuvimos aquí, le da una palmada en el hombro. ¡Qué paranoico estás, eh! Juntos encienden el arbolito y elevan una oración de agradecimiento a Dios por permitirles una Navidad más en familia.
Pero Juan se queda con la incógnita ¿Quién hizo aquél ruido, quién cargaba esa cosa por el pasillo?
Christmas Eve Trip
It was the eve of Christmas and the Lopez brothers did not want to spend this important and familiar date alone in their house in the city.
Their parents had passed away three months ago as a result of Covid-19. Everything was an accumulation of memories that, to stay, hit them in the heart. So they decided to spend Christmas Eve in their country house far from the city, they traveled to the small village and from there to their residence, the trip became sad and cold for both of them, they went in silence, each one living the sadness in his own way, they missed their parents very much, they saw through the window how the snowflakes settled on the branches of the leafy pines, the cold froze them, they were aware that the freezing of the soul was more unbearable than the outside that was almost below zero.
When they arrived, the coldness and darkness were insurmountable, the lack of human warmth saddened them; they got out of the car and began a short walk towards the house; as they walked they heard noises among the trees surrounding the cabin, located at the foot of the mountain, they looked at each other and without speaking they entered. The loneliness and gloominess of the house left them crestfallen, each thought they should not have gone, but it was too late to return.
They turn on the lights and look ecstatically at the family photos on the living room wall, and seeing them brings back fond but sad memories of their parents, summer vacations, old Christmases, and graduations. Juan tells his brother Miguel that they should rest and tomorrow they will clean and tidy up a bit. They retire to their rooms exhausted from the six-hour trip. When they arrive at the door of their room, Juan feels a presence in the hallway, he thought he saw a shadow, he shook his head and did not give it any importance, nor did he mention it to Miguel, his desire is to go to bed and recover his strength.
He enters and lets himself fall on his bed and for a moment more he remains lost in the memories of his happy childhood lived there, he was already falling into the unconsciousness of sleep, when a noise brings him out of his drowsiness. He hears as if something was being dragged down the hallway towards the living room, he opens the door thinking it was his brother carrying his suitcase, he looks out, but sees nothing. He panics, thinking it could be a burglar; he closes the door carefully and looks for his cell phone to call his brother, but he remembers that he had left it in his jacket that was left in the living room.
In the anxiety of his thoughts, he thinks of a way to go see his brother, he opens the door again, looks out, there is no one there and the noise has stopped, he runs to his brother's room on the other side of the hall, he was looking so deeply that he did not want to wake him up, he plucks up the courage to return to his room, but when he passes through the hall again, he is dumbfounded to see the Christmas tree in the same place where every year his parents put it, with the same decorations and everything ready to be plugged in.
Now calmer, he returns to his brother, tells him everything, Miguel bursts out laughing, and says: brother, remember that tree was there the last time we were here, he pats him on the shoulder. How paranoid you are, eh! Together they light the tree and say a prayer of thanksgiving to God for allowing them one more Christmas with their family.
But Juan is left with the question: who made that noise, who was carrying that thing down the hall?
Invitadas cordialmente a participar @grindan @cloflo
Texto autoría de:
Yenny Aldazora
D.R.A
¡Gracias por leernos!