El asesino del callejón
Una chica iba corriendo presurosa entre las tinieblas que rodeaban el lúgubre callejón. La chica desesperada gritaba por auxilio, pero nadie parecía hacer caso de los gritos. Los pasos de la chica resonaban en los pequeños charcos formados por la lluvia del día.
El vapor ondeaba el paisaje nocturno y solo es sacudido violentamente por el correr de la mujer, que desesperada trataba de escapar del perseguidor infalible. Las fuerzas de la chica iban disminuyendo progresivamente con el correr estrepitoso, y la gritos no paraban de recorrer el viejo callejón, testigo de muchas historias.
Al correr, el ritmo de las caderas de la bella mujer cobraban una sincronía casi melódica, su vestido rojo ceñido al cuerpo y tan corto parecía solo tapar las zonas privadas de la mujer y en conjunto, el cabello que se movía estrepitosamente ante el acoso.
En un paso más de muchos, el tacón de su zapato se partió debido al trajín del momento. La chica se agachaba a inspeccionar el daño, en tanto que no perdía de vista al perseguidor que se había desvanecido en la oscuridad del infinito. Los ojos de la mujer se movían en un bailoteo ansioso por enfocar a la sombra que no le perdía pisada, pero el silencio ahora era el protagonista del momento.
En ese aparente infinito solo se veía el vapor fluyendo hacia el firmamento y un gato que saltaba entre los contenedores de basura. La mujer tomaba el tacón de la otra zapatilla y la quebraba, ahora el calzado parecía ajustarse a su necesidad de escapatoria, con tacones en mano emprendió nuevamente la huida por el callejón.
El cabello rojizo y rizado de la mujer se movía junto con la brisa nocturna, en un desesperado intento por seguir viviendo un día más en este mundo frívolo y vacío. Después de correr por varios minutos, observaba una figura delante de ella y la voz empezó a resonar pidiendo auxilio.
La figura era la de un hombre quien se detenía ante los sonidos estrepitosos de la mujer.
«Calma, calma, señorita», le decía el hombre a la mujer mientras extendía sus brazos hacia los hombros de ella. «¿Qué le sucede?».
«Es... Es... Es un hombre... me está persiguiendo... y... quiere hacerme daño... Ayúdeme por lo que más quiera». La voz entrecortada de la mujer clamaba por ayuda ante el inminente peligro.
«No se preocupe, yo la defenderé de cualquier bandido que ose acercarse». El hombre se ponía frente a la chica mirando el oscuro vacío.
Nada parecía estar aproximándose, el hombre volteaba hacia la chica y sonreía, al pronunciar algunas palabras, sintió que de la boca emanaba el líquido carmesí y se desplomaba hacia los brazos de la mujer, al instante una risa maquiavélica se hacía escuchar, rompiendo el silencio de la noche.
La mujer gritaba desesperada, mientras miraba el cuerpo inerte del hombre, que caía víctima de un cuchillo clavado en la espalda. La mujer en el piso gritaba y se movía desesperadamente para quitarse de encima el cuerpo sin vida.
En un golpe adrenalínico, la mujer lograba soltarse, se levantaba y seguía corriendo hacia adelante buscando la salvación de su infortunio. Luego de unos metros recorridos se encontró con un policía, los ojos de la chica se iluminaban y se arrojaba a los brazos del uniformado.
La mujer con voz temblorosa le contaba al policía lo sucedido. Este corría a ver el cuerpo del hombre asesinado, llamó pidiendo refuerzos y una ambulancia. Regresaba hacia donde estaba la chica y la miraba sonriendo para luego caer desplomada ante sus ojos. El policía sacaba su pistola y empezó a disparar hacia la oscuridad, los fogonazos alumbraban el horrible callejón.
El policía encendía la linterna y barría todo el lugar con la luz, en una de las paredes vio el retrato del asesino pintado con sangre fresca, después escuchó una risa maquiavélica desvaneciéndose en la oscuridad de aquel callejón silente.
«El asesino del callejón volvió a aparecer, está vez el psicópata asesino a un hombre y a una mujer, de 40 y 25 años respectivamente. La mujer trabajaba en las calles por un largo tiempo. Este loco está asesinando a las chicas que trabajan vendiendo sus cuerpos, les sugerimos discreción y cuidado. En otras noticias...»
«Asesino del callejón, suena lindo. Jajaja...»
The alley killer
A girl was running hurriedly through the darkness that surrounded the gloomy alley. The desperate girl screamed for help, but no one seemed to heed her cries. The girl's footsteps echoed in the small puddles formed by the day's rain.
The vapor rippled the night landscape and was only violently shaken by the running of the woman, who desperately tried to escape from the infallible persecutor. The girl's strength was progressively diminishing as she ran faster and faster, and the screams did not stop running through the old alley, witness of many stories.
As she ran, the rhythm of the beautiful woman's hips took on an almost melodic synchrony, her tight-fitting red dress, so short it seemed only to cover the woman's private areas and, as a whole, the hair that moved noisily in the face of the harassment.
In one step more than many, the heel of her shoe cracked due to the hustle and bustle of the moment. The girl bent down to inspect the damage, all the while keeping an eye on the pursuer who had vanished into the darkness of infinity. The woman's eyes moved in an anxious dance to focus on the shadow that did not lose track of her, but silence was now the protagonist of the moment.
In that apparent infinity only the steam flowing towards the firmament and a cat jumping between the garbage containers could be seen. The woman took the heel of the other sneaker and broke it, now the shoe seemed to fit her need to escape, with heels in hand she started to flee again down the alley.
The woman's reddish, curly hair swayed in the night breeze, in a desperate attempt to continue living another day in this frivolous and empty world. After running for several minutes, she noticed a figure in front of her and the voice began to echo for help.
The figure was that of a man who stopped at the woman's crashing sounds.
"Calm down, calm down, miss," the man was saying to the woman as he extended his arms toward her shoulders. "What's wrong with her?"
"It's... It's... It's a man... He's chasing me... and... he wants to hurt me... Help me for the love of God." The woman's cracked voice cried out for help in the face of imminent danger.
"Don't worry, I'll defend you from any bandits who dare approach." The man stood in front of the girl looking into the dark void.
Nothing seemed to be approaching, the man turned to the girl and smiled, as he pronounced a few words, he felt the crimson liquid emanating from his mouth and collapsed into the woman's arms, instantly a Machiavellian laughter was heard, breaking the silence of the night.
The woman screamed in despair, while looking at the inert body of the man, who fell victim to a knife stuck in his back. The woman on the floor screamed and moved desperately to get rid of the lifeless body.
In an adrenaline rush, the woman managed to free herself, got up and continued running forward looking for salvation from her misfortune. After a few meters she met a policeman, the girl's eyes lit up and she threw herself into the arms of the uniformed man.
The woman with a trembling voice told the policeman what had happened. He ran to see the body of the murdered man, called for reinforcements and an ambulance. He returned to where the girl was and looked at her smiling and then collapsed before his eyes. The policeman drew his gun and began to shoot into the darkness, the flashes of light illuminating the horrible alley.
The policeman turned on the flashlight and swept the whole place with the light, on one of the walls he saw the portrait of the killer painted with fresh blood, then he heard a Machiavellian laughter fading into the darkness of that silent alley.
"The alley killer appeared again, this time the psychopath murdered a man and a woman, 40 and 25 years old respectively. The woman worked on the streets for a long time. This madman is murdering girls who work selling their bodies, we suggest discretion and caution. In other news..."
"Alley killer, sounds cute. Hahaha."
Les dejamos la participación de Rincón Poético en el reto: "El misterio del sospechoso" de los amigos de @hispaliterario. Esperamos sea de su agrado.
Invitados cordialmente a participar de este bonito concurso, el link lo dejamos a continuación:
Link del reto
Texto autoría de:
Camilo Torres
DRA
¡Gracias por acompañarnos hasta aquí!