Saludos amigos de hive hoy me encuentro más que feliz porque me uno a esta hermosa iniciativa de micro cuentos que la comunidad de literatos lanzó en honor a uno de los grandes de la literatura nada más y nada menos que Miguel de Cervantes y dónde nos piden de una manera traer a los personajes de lo que quizás es su obra más famosa, ojo sin quitar mérito a las demás, como lo son el Quijote de la mancha y Sancho panza a la época contemporánea.

Debo acotar que me encantó, hizo despertar en mí ese gusanito de la escritura que llevaba dormido hace algunos meses, pero no podía dejar de participar, sobretodo porque el Quijote es uno de mis personajes de la literatura que más me apasiona leer, espero que les guste mi humilde intento de recrear tan magnos personajes en nuestra época contemporánea.

Gracias a la comunidad por hacernos este regalo.

La batalla

Recostado en su sillón, con la mirada perdida, Don Alonso, esperaba a su nieto Santiago, quien lo visitaba, en la casa de retiro en la que vivía, desde aquella mañana en la que perdió a su esposa, él junto a Santiago vivían hermosas aventuras a través de la lectura.

Desde pequeño don Alonso había llevado una vida de lujos al mismo tiempo que de privaciones, su madre, no le dejó jugar con otros niños y a pesar de tenerlo todo, siempre estuvo solitario; mientras crecía se acostumbró a recibir órdenes, primero de sus padres, luego sus maestros y finalmente de su esposa, nunca jamás se reveló contra nadie, aunque muy secretamente en su mente escribía historias maravillosas de héroes y villanos, pero ninguna jamás protagonizada por él en la vida real, siempre sumiso.

Aquella tarde algo cambiaría, al llegar Santiago, don Alonso comenzó a leerle una historia, solo que está vez se trataba de una creada por él, por fin se atrevía a contar algo de lo que por años había escrito, Santiago emocionado, quería saberlo todo preguntaba por los malos y como rescataría a la princesa, como ya estaba oscureciendo, Don Alonso quiso encender una lámpara, pero al tenerla en las manos le generó una descarga eléctrica que lo dejó inconsciente, por lo que fue trasladado al hospital.

Santiago su nieto y fiel compañero de lectura le llegó a visitar, pero al entrar a la habitación, Don Alonso no era el mismo, estaba erguido, rozagante y lleno de una vitalidad de la que nunca había gozado, todos en el lugar extrañados se preguntaban qué había sucedido, a lo que este les respondía: " he vuelto a la vida."

A la mañana siguiente quiso regresar a vivir a su antigua casa, ya no más casa de retiro, y poco a poco todos los días, salía a arreglar el jardín, ese que una vez, fue su gran escape y que sirvió de inspiración para crear sus cuentos, siempre acompañado de su nieto Santiago, a quien a diario le contaba aventuras increíbles que hacían que este pequeño quisiera permanecer mucho más tiempo a su lado.

Don Alonso le contaba cómo había sido capaz de enfrentarse a una terrible criatura que quiso cortar sus piernas, y lo mantuvo cautivó por años años, le contó como pudo enfrentarse a ella de una manera valiente y sin ayuda de nadie, le dijo también a Santiago o Sancho como le decía de cariño:

"no permitas que esté mounstro te atrapé, vive cada segundo de tu vida al máximo"

Esa misma tarde mientras se hallaban en el jardín, Sancho preguntó al abuelo Alonso, ¿quien era el monstruo de quién siempre hablaba en sus historias?, ¿dónde se hallaba tan terrible criatura? queria saber, para no tenerle miedo, luego con una sonrisa en los labios y con una dulce voz calmada este le respondió:

" Ese monstruo se presentó en mi vida de muchas formas, primero fue mi madre, que me encerró en una jaula de cristal y por poco me asfixiaba, luché y lo vencí, luego de un tiempo se presentó ante mí como mi esposa, está no me dejaba salir de la rutina, debía ser perfecto para ella y para todos y casi me mató cuando partió y ahora, llego a mi, convertido en un gigantesco molino de viento, que quiso arrastrarme y quitarme la vida transformado en la muerte, pero lo enfrenté y venci."

Sancho aquella tarde pudo comprender las palabras sabias de su abuelo, y a partir de ese día, montaron sus bicicletas y partieron a la aventura de cazar monstruos y vencer molinos de vientos.