Me permito hacer un post muy personal. Ayer (hoy miércoles en la madrugada) murió mi hermana mayor, y mi ánimo no podía sino tratar de rendirle un pequeño tributo, en un poema que comencé a escribir a medianoche, sin saber que en ese momento estaba falleciendo, y terminé hace unos minutos.
(a Berta, in memoriam)
En la noche de este martes,
incierto a mañana,
te pienso y escucho
con tu voz entrecortada
y atenta de madre
en mi presente desolado.
Y viene a mí
el recuerdo de una mañana
caraqueña con aroma a café
caliente y amoroso,
a pan tostado
de tu abierto hogar.
Y siento tus palabras,
como si fueran hoy,
de caricia protectora,
con tu mirada tangencial,
quizás al destino, a la suerte
que nos toca.
Seguirás siendo, hermana, madre,
ahora, en este miércoles
de bruno y dolido agosto,
la claridad de mis días,
la esperanza de las noches,
la serenidad de tu alma.