Franz Kafka: el filo del pensamiento

El 3 de julio de 1883 nació en -la para mí ideada- Praga, hoy capital de la República Checa, uno de los más importantes escritores de la literatura universal: Franz Kafka. Los lectores en general, y más los dedicados a la literatura, incluyendo a los que se inclinan a la escritura, deben conocer su más famosa novela, La metamorfosis, pieza imprescindible. Pero a ella debemos agregar El proceso, El castillo, La condena, por citar las más conocidas, y un número extenso de cuentos, donde destacan "El artista del hambre", por ejemplo. Ha sido traducido a muchos idiomas y cuenta con incontables ediciones en español y otras lenguas.


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Fuente


Sobre la obra de Kafka se han escrito innumerables estudios y ensayos. Entre los que he leído y valoro particularmente está el ensayo de Jorge Luis Borges "Kafka y sus precursores", de su libro Otras inquisiciones (1952), y un denso libro de los filósofos Gilles Deleuze y Félix Guattari, Kafka. Por una literatura menor (1978), donde, por ejemplo, leemos: "Su literatura no es un viaje a través del pasado; su literatura es la de nuestro porvenir".

Kafka ha sido tantas veces reescrito y reinterpretado en textos literarios, teatrales, plásticos y cinematográficos. Recuerdo una versión fílmica excelente de su novela El proceso, también así titulada, hecha en 1993, dirigida por David Jones y protagonizada por Anthony Hopkins (seguramente se conseguirá en línea).

En lo personal me gustaría escribir varios textos sobre su obra, particularmente sobre El proceso, que siento cada vez más actual. Pero el tiempo de la vida cotidiana, que se ha vuelto tan "kafkiano", no nos da esa posibilidad. Así que decidí no dejar pasar esta fecha para difundir algo de su aporte, que en este caso lo haré con base en sus aforismos, quizás poco conocidos.


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Foto montaje de manuscritos de Kafka Fuente


Después de la muerte de Kafka, quien había sido su amigo, Max Brod, nombrado por él su "albacea" –y a quien debemos que gran parte de la obra del autor checo-judío haya sido dada a conocer, al "traicionar" su exigencia de que sus textos fueran destruidos–, recuperó entre sus manuscritos varios textos inéditos que conjugan brevísimos cuentos, aforismos, algo de diarios, etc. Al parecer algunos formaron parte de textos escritos durante su tratamiento de la tuberculosis entre 1917-1918, que se conocen como Cuadernos en octava, y que luego se incluyeron en un libro pensado por Kafka titulado Consideraciones acerca del pecado, el dolor, la esperanza y el camino verdadero (ver *).

Reproduciré a continuación algunos de los que más me han interesado.

Cada hombre lleva en sí una habitación. Es un hecho que nos confirma nuestro propio oído. Cuando se camina rápido y se escucha, en especial de noche cuando todo a nuestro alrededor es silencio, se oyen, por ejemplo, los temblores de un espejo de pared mal colgado.

Desde afuera será siempre fácil derrumbar el mundo con una teoría y precipitarse inmediatamente en la misma fosa, pero sólo desde dentro se podrá conservar el mundo y a sí mismo en silencio y verdad.

No existe más que el mundo espiritual; aquello que llamamos mundo de los sentidos no es más que el mundo del espíritu, y lo que calificamos de malo no es más que la necesidad de un breve instante en el curso de nuestra evolución.

Para todo aquello que trasciende el mundo sensible, no podemos servirnos del lenguaje más que de un modo alusivo (…)

A cada instante corresponde también alguna cosa extraordinaria.

Son muchos los aforismos o reflexiones de Kafka que pudiéramos citar por su acierto y su problematicidad, lo que nos hace mucha falta. Con la elusividad propia de su visión y obra –tan propia de la literatura contemporánea que él encarna– nos afronta (confronta) con significaciones completamente trascendentes, como la conciencia de nuestra propia experiencia, esa que nos constituye vivencialmente en lo más cotidiano; o su crítica al abismo de nuestras especulaciones y el reconocimiento de una contemplación interior, que debería ser asunción de nuestra espiritualidad; o lo que él mismo demuestra en sus textos: el indispensable talante sugerente del lenguaje en la creación literaria; y finalmente, el descubrimiento del misterio (como diría nuestro poeta Rafael Cadenas) en lo cotidiano.


Referencia:

Borges, Jorge Luis (1981). Obras completas (12ª ed.). Argentina: Emecé Editores.
Deleuze, G. y Guttari, F. (1978). Kafka. Por una literatura menor. México: Edit. Era.
Kafka, Franz (1976). Consideraciones acerca del pecado, el dolor, la esperanza y el camino verdadero. Argentina: Edit. Alfa.
Kafka, Franz (1977). Cuadernos en octava. Argentina: López Crespo Editor.



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Gracias por su lectura.


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