Pepe Avispado
Aquí les presento a Pepe Avispado
con su ojito abierto y su media barba,
de papel su rostro, mirada que escarba;
parece un muñeco de un árbol colgado.
ÉL salió temprano a buscar el cielo.
De verde limón su traje y sombrero;
si lo miran bien parece un guerrero
que lleva una pena que lo fija al suelo.
Pepito, de niño, soñaba con ser
un dios para el juego, un caballo alado,
jugar con Jesús ¡el niño sagrado!
Y al cielo una tarde lo fue a conocer.
Llevaba una pena y un lindo sombrero;
la pena era larga y el sombrero verde,
pero en su camino, Pepito no pierde,
los sueños de hallarse al rey verdadero.
Pepito ha llegado al cielo de ustedes,
al niño que llevan en sus corazones;
hagan que se alegre, denle mil razones
de nacer nuevo; ¡vamos! que se puede.
He aquí mi intento; pretender crear a partir de una serie de fotografías (de mi autoría) un texto poético. Es un ejercicio que otras veces he hecho y que dejo para participar en el Concurso de poesía: Honremos el nacimiento, de Literatos.