Sin derecho
Aunque quisiera
no tengo el derecho.
Por más que deseaba sus labios
y ella desea los míos
en ese momento
nos miramos en silencio
tentados, seducidos, pero quietos.
Sé que existía amor entre nosotros,
un amor inmenso, sublime y poderoso
que no deja de hacerse más grande.
Ese sentimiento iba empujándonos.
Era una necesidad física y espiritual.
Despacio... un paso... muy cerca...
Era el momento perfecto,
pero no era correcto. No podía hacerlo.
Yo me moría por besarla y ella lo soñaba,
pero sus labios están comprometidos.
Lo que siente
En su mirada había algo extremo.
Millones de explosiones a la vez
confluyendo para conformar un sutil brillo.
En su silencio había una confesión.
Miles de palabras hubiesen sido vagas
Para describir lo que sentía.
En su sonrisa había algo reconfortante.
Cientos de razones para llorar
y aún así estaba feliz entonces.
En sus brazos había una paz absoluta.
Un minuto pasó y pude confirmar al fin
que me amaba como nadie lo había hecho.
Una vida como tú
Aunque nunca he tenido el valor de decirlo,
nada me llena de tanta dicha como tú.
Quiero que decidas ser mía,
pero si no lo haces, con admirarte me basta.
Permíteme presenciar mientras creces
y persigues tus sueños sin descanso.
Déjame estar cerca de ti siempre
para poder compartir contigo
momentos tan lindos como tus labios,
tu mirada, tu espíritu caótico,
tu voluntad inquebrantable,
tu sensualidad abrumadora;
como tu bendito cuerpo, lindura.
Dame una vida linda como tú.