Anarquía en las estrellas: Capítulo III (Final)- Anarchy in the stars: Chapter III (The end) [Eng-Esp]

Mikta nos empujó a Fikxy y a mí detrás de ella y fue lo que logró sacarme de la especie de trance en la que me había hundido luego de ver a Tukna empuñar su daga. Ambas asesinas se habían dado una mirada antes de voltear a vernos a nosotras tres.


La audiencia había salido del episodio de shock y todos buscaban las puertas, pero los guardias las habían bloqueado y comenzado a asesinar a todos los invitados, ganianos y no ganianos. Todos gritaban y luchaban, pero sus contrincantes eran lo mejor de la elite de guerreros, todos acababan muertos.


Instintivamente Fikxy y yo tomamos nuestras armas en medio del caos. Ella con su par de dagas en ambas manos y yo con mi espada que había ocultado debajo del pomposo vestido inútil. Sentía mis botas resbalosas, fue cuando me di cuenta que la sangre de mi padre había llegado hasta mis pies. Era la primera vez que lo veía y ya no respiraba. Intenté con todas mis fuerzas enfocarme en la batalla y el peligro. No moriría aquí lejos de mi hogar.


Taknae y Tukna estaban en frente de nosotras con al menos unos nueve guardias detrás de ellas dispuestos a obedecerlas. Taknae pudo hablar en nuestras mentes, pero prefirió hacerlo en voz alta.


- Las tradiciones de Ganimedes debían cambiar, sin embargo nada es tan sencillo. Pero ahora esas tradiciones y leyes han muerto junto con el Rey Raktonj.


Mikta respiraba regularmente, pero sentía su calor corporal elevándose, estaba furiosa.


- Déjame adivinar. ¿Y en tu plan nosotras estorbamos también?


Tukna tenía su mirada intensa en Fikxy y en mí, así que supongo que éramos un objetivo principal. Nos veía como si fuéramos sus presas. Taknae nos miró a Mikta, a Fikxy y a mí con nuestras armas en las manos, alertas a sus movimientos y por primera vez desde que la conocí, ella sonrió. Pero no era una sonrisa amable o tranquilizadora, me hacía recordar a las brujas de los cuentos infantiles, podías sentir el escalofrío de la maldad escudriñando en tus entrañas. Ella dijo…


-Pueden aceptar la nueva forma de gobierno que voy a imponer en Ganímedes a partir de hoy, con Tukna como mi segunda al mando o… Pueden rehusarse y morir aquí mismo a pocos centímetros de su padre.


Tukna apretó aún más su daga, se veía hambrienta. No habría rehenes, estabas con ellas o estabas muerto. Estábamos atrapadas y Mikta no tenía ganas de acceder a formar parte de su equipo. Sus signos vitales indicaban que estaba a punto de explotar de ira y eso significaba que algunos de nosotros moriríamos ciertamente.


De un momento a otro lo escuchamos. Fue casi como un silbido a gran escala y luego el caos. Con algún tipo de arma en un forcejeo entre un invitado y un guardia, se había escapado un estallido, las columnas del salón de coronación estaban siendo derribadas y por la impresión en las asesinas dirigentes del golpe de estado, esto no era parte del plan. Logramos ver una oportunidad y cuando los guardias se disiparon, comenzamos a atacarlas.


Mikta luchaba contra Taknae quien se defendía con la misma espada con la que le había quitado la vida al rey. Mientras Fikxy y yo nos enfrentábamos a Tukna. Su odio era palpable en los golpes y la rapidez con la que quería derrotarnos. Se recuperaba rápido, no por nada era la mejor de nosotras en el combate. Algunos ganianos lograron escapar cuando el domo empezó a tambalearse y los escombros comenzaron a caer al suelo. Las puertas habían sido abiertas por los mismos guardias queriendo escapar. Ahora solo quedábamos nosotros cinco en el salón a punto de colapsarse.


La sincronía de Fikxy y yo al atacar a Tukna era asombrosa debido a tantos años de entrenamiento y la adrenalina ayudaba bastante. No solo nuestras armas chocaban con un chirrido molesto, sino que gracias a nuestra telequinesis también éramos capaz de arrogarnos algunos objetos tratando de golpear y distraer a Tukna. Pero todo puede estropearse en un segundo. Fue entonces cuando lo escuchamos. Un gemido fuerte y claro, creíamos que sería Taknae la víctima. Pero cuando volteamos supimos que estábamos equivocadas.


Mikta estaba colgando en el aire asfixiándose por el poder de Taknae que oprimía su garganta y además sangraba de una herida reciente en su abdomen.


El descuido nos costó una herida en mi brazo y una en la pierna de Fikxy. Tukna estaba disfrutando y faltaba poco para que cantara victoria.


-Su hermana morirá pronto. ¿Cómo se sienten al respecto? ¡Oh, esperen! No me interesa. Ustedes son las siguientes.


Lo que pasó a continuación era difícil de explicar, había sido como si una estrella fugaz hubiera recorrido la distancia desde las puertas del salón hasta el altar con un destello cegador. El esplendor golpeó a Taknae con la fuerza suficiente como para lanzar su cuerpo contra una de las columnas que se encontraban un par de metros más atrás. La conexión se había roto y Mikta fue liberada del poder de su opresora. Solo logramos escuchar un grito masculino grave y desesperado antes de ver a Milkta comenzar a caer inconsciente al suelo.


Pero antes de tocar el suelo de forma abrupta, su cuerpo fue tomado por un hombre de piel gris. Ninguna entendíamos nada y Tukna luego de lanzar una mirada breve al cuerpo de Taknae lejos en el suelo gritó furiosa…


- ¿Quién demonios eres tú?


El hombre se levantó lentamente cargando a Mikta en sus brazos y con una mirada enojada le respondió a Tukna.


- Soy Ghanred del satélite Calisto y heredero al trono. Y estoy aquí para poner fin a su golpe de estado. -


En ese instante una docena de guardias entró al salón trotando directo hasta Tukna. Fikxy y yo retrocedimos, pero aún alertas. No estaba convencida de que Tukna simplemente aceptara ir con ellos bajo custodia. Y no me equivoqué. En cuanto se acercaron, comenzó el combate, pero ella estaba en medio de un círculo de guardias contra restando sus ataques e incluso hiriéndola en un par de extremidades. Estaba muy molesta, sangrando y sus gritos de frustración hacían eco en la estancia. Pero su odio aún se podía percibir, volviendo pesado el aire.


Entonces el domo del que me había olvidado terminó de colapsar y los escombros caían peligrosamente sobre nosotros. Tan audaz como siempre Tukna aprovechó la distracción y corrió hasta un ventanal y dándonos una última mirada se lanzó al precipicio desde la cima de la montaña en donde quedaba el salón de coronación. Un segundo y ella se había ido. Sucedió muy rápido y todos corrimos intentando escapar del colapso. Pero antes de dar mi segundo paso recordé a Taknae probablemente inconsciente en el suelo, giré para ver al hombre que aún sujetaba a Mikta y sin necesidad de hablarle entendió lo que quería decir, así que ordenó a sus guardias recogerla y sacarla junto con nosotros para tomarla en custodia. Antes de dar mi último paso fuera del salón vi por última vez a mi padre en el suelo. Había sido un desconocido para mí y en parte, la razón de mis males, pero era difícil de procesar que solo había pasado con él unos cuantos momentos. Y ya se había ido, ni siquiera pude abrazarlo alguna vez. Un gesto muy humano, pero tenía preguntas que hacerle y todas se habían quedado sin respuestas.


- Así que tú eres Gekna…


Estaba de vuelta en la colmena, donde dormía, entrenaba y vivía la mayoría de los ganianos. Pocos decidían vivir en las montañas a merced de la intemperie, pero era algo más de entrenamiento, que un estilo de vida. Había estado de pie por un par de horas a cielo abierto en la entrada de la colmena, tal vez esperando a que Tukna apareciera, no lo sabía.


En Ganimedes nunca amanecía, siempre extrañé eso de la Tierra. Las palabras del inesperado heredero me sacaron del ensimismamiento y retorné al presente. Era varios centímetros más alto que yo, de fuertes brazos y ojos violetas. Tenía el cabello corto y llevaba una incrustación metálica de color dorado desde su oreja izquierda y bajando hasta su pecho. No lo había notado antes. Una pieza simbólica de la realeza en Calisto. Solo lo había visto en los registros mientras aprendía de historia y cultura de los demás satélites habitados.


- Ummm... Sí. Sé que con todo lo que pasó y que, básicamente, nos salvaste a mis hermanas y a mí, yo debería solo darte las gracias.


Él sonrió divertido y dijo - Pero…


- Necesito que me expliques qué hacía un heredero de Calisto aquí en Ganímedes justo cuando estábamos sufriendo un golpe de estado. Y por la manera en la que te preocupaste por mi hermana y de que fueran atendidas sus heridas una vez que llegamos a la colmena, me hace pensar que son cercanos de algún modo. Pero eso es muy interesante porque jamás te había visto o escuchado de ti. Entonces…


Cambió su peso al otro pie, parecía un poco avergonzado, pero divertido. Lo cual estaba haciendo desaparecer mi sutileza y tolerancia. Pero luego de un silencio, el respondió. - Hubiera preferido que le preguntaras eso a tu hermana directamente.


- Mikta es muy reservada y en el fondo no somos tan cercanas.


- Lo sé… Mikta y yo nos conocimos hace mucho tiempo. Antes de que llegaras a Ganimedes. Casi todas sus misiones especiales eran en Calisto y nos encontrábamos con frecuencia porque yo también estaba entrenando para ese entonces. Luego de eso, yo solicité que varias de mis misiones fueran aquí, para verla más seguido. Y… Con el tiempo empezamos a ser cada vez más cercanos. Yo… Ummm… estaba esperándola al final de la montaña. Cuando terminara la coronación tenía que presentarme ante el rey para que fuera oficial el traslado de Mikta a Calisto como embajadora de Ganimedes. Ella ya había solicitado su aprobación y él había accedido. Pero luego, mis guardias y yo escuchamos los gritos y el caos, así que sabía que algo había salido mal.


No podía creer que Mikta tuviera planes para irse de aquí, al igual que yo, aunque por distintas razones. También era una sorpresa saber que tuviera una relación, pero al mismo tiempo era de esperarse por lo hermética que era, incluso con Fikxy con quien más compartía.


-¿Fuiste tú? ¿El destello que golpeó a Taknae en el salón de coronación?


-Sí, es uno de mis poderes. Aunque solo puedo hacerlo cuando estoy realmente enfocado, requiere mucho poder y agota inmensamente mi energía. Solo… vi a al rey muerto y a Mikta siendo asfixiada. Solo pude reaccionar.


-Entiendo. Y… ¿La amas? A mi hermana.


-No sé lo que significa el amor. No conocemos esa palabra en Calisto. Pero supongo que te refieres a que si siento algo por ella. Y la respuesta es sí. Quiero estar con ella, protegerla y tal vez algún día si ella me acepta, desposarla.


-Entiendo. Ahora que lo sé todo, gracias por tu ayuda.


Mikta despertó un par de días más tarde. Mientras Ghanred se encargó de la suplencia real con mi ayuda y la de Fikxy. Esperaríamos a que Mikta despertara, pero había que darle una despedida fúnebre a los masacrados en el salón, incluido el rey, darle explicaciones a las familias de los invitados que habían venido de otros planetas y satélites, evitando una guerra por sus enviados asesinados. Para ello, Ghanred tuvo que llegar al acuerdo de entregar a Taknae y los guardías reales que se rebelaron para ser ejecutados. Por lo que entre los tres y algunos ganianos tuvimos que dar caza a los guardias que habían escapado. Logramos atraparlos a todos y despedirlos esposados a bordo de una nave. Esa fue la última vez que vi a Taknae, la asesina del rey.


Sin embargo aún quedaba un cabo suelto. Tukna seguía prófuga, pero parte del acuerdo era que al atraparla sería ejecutada aquí en Ganimedes por asesinato, conspiración y traición. Pero ni siquiera sabíamos si había sobrevivido a la caída desde la montaña, aunque no habíamos encontrado un cuerpo.


Cuando Mikta despertó confirmó lo que Ghanred me había contado el día del caos. A la vez compartí con ella mi decisión de irme y que nuestro padre lo había aprobado luego de coronarme. La evidencia estaba en mi mente y Mikta podía entrar cuando quisiera y comprobarlo, pero no lo hizo. No sé si es que confiaba en mí y en que estaba diciendo la verdad o solo se sentía algo derrotada. Siendo la hija mayor del rey sin ningún delito cometido ella sería quien ocupara el liderazgo, pero ya no podría dejar Ganimedes. Simplemente alguien debía estar a cargo.


Consideré por un momento quedarme un poco más y ayudarla con toda la responsabilidad, pero entonces Ghanred entró en la habitación pidiendo disculpas por interrumpir y compartió una noticia.


Por ser hijo único, Ghanred solicitó a su padre elegir a su pareja, una que no fuera de Calisto, específicamente Mikta quien ahora era la sucesora al trono y en pocos días se llevaría a cabo la ceremonia tomando control oficial sobre Ganimedes.


Ghanred había sido claro, o desposaba a Mikta y ambos gobernaban cada uno en su satélite o él dimitiría de la corona en Calisto. Por lo que su padre, el rey Ghyosten no tenía muchas opciones y accedió. Y a pesar de la difícil situación que habíamos estado viviendo estos días no pude evitar reír cuando Ghanred se dio cuenta de que básicamente había una propuesta de matrimonio implícita en el aire y que no le había comunicado antes a Mikta de la petición que haría al rey Ghyosten. Ahora prácticamente le estaba notificando que debían casarse. Su expresión pasó del asombro a la vergüenza y luego a la tristeza.


Pero Mikta a pesar de su mirada obstinada, negó con la cabeza y sonrió. Por lo que el ambiente se relajó. Al parecer no estaba molesta, incluso podría decirse que le dio gracia todo el asunto. Fikxy sentada en una esquina cerca del balcón solo puso los ojos en blanco con una sonrisa torcida pero graciosa.


Los días pasaron y se llevó a cabo la coronación de Mikta, luego la boda entre ella y el heredero de Calisto. Formando así algo más que una alianza política y territorial. Ambos pueblos ahora eran uno solo. Y mi hermana se veía feliz.


Al final de la ceremonia me despedí de ambos. Fikxy sabía que me iría cuando todo terminara, pero aun así tenía un par de horas sin aparecer. Aunque no viniera conmigo, al menos esperaba que se despidiera.


No fue hasta que subí a la nave que me di cuenta que alguien estaba en la cabina de control, ya que la puerta se había cerrado sin que lo ordenara. Cuando llegué a allí completamente molesta, ya que había rechazado el escolta que Mikta quería que llevara, resulta que no era un guardia ganiano. Ella sonrió y levantó su ceja.


-¿Qué sucede? Pareces molesta. Ponte cómoda, es un viaje largo. Duérmete si quieres, no me importa. Me aseguraré de que no estrellemos.


Fikxy había venido y se veía relajada, de buen humor. Sonreí y me senté en el segundo mando de la cabina. Estaba feliz y agradecida de que ambas estuviéramos juntas. Volvería a la Tierra con la esperanza de que mi madre aún estuviera esperándome. Volvería a mi hogar y esta vez tendría una hermana, una por la que daría la vida. Pero estaba segura de que si Mikta necesitara nuestra ayuda alguna vez, volveríamos a Ganimedes, un lugar en donde las estrellas nunca desaparecen y las noches son frías, pero aunque me negara también había una parte de mí.

Mikta pushed Fikxy and me behind her and it was what managed to snap me out of the sort of trance I had sunk into after seeing Tukna wield her dagger. Both assassins had given each other a glance before turning to look at the three of us.


The audience had come out of the shock episode and everyone was looking for the doors, but the guards had blocked them and started assassinating all the guests, Ganian and non-Ganian. Everyone was screaming and fighting, but their opponents were the best of the warrior elite, all of them ended up dead.


Instinctively Fikxy and I grabbed our weapons in the midst of the chaos. She with her pair of daggers in both hands and I with my sword that I had hidden under the pompous useless dress. I felt my boots slippery, that's when I realized that my father's blood had reached my feet. It was the first time I had seen him and he was no longer breathing. I tried with all my might to focus on the battle and the danger. I would not die here far from home.


Taknae and Tukna were in front of us with at least about nine guards behind them ready to obey them. Taknae could speak in our minds, but she preferred to do it out loud.


- The traditions of Ganymede were to change, however nothing is that simple. But now those traditions and laws have died along with King Raktonj.


Mikta was breathing regularly, but she felt her body heat rising, she was furious.


- Let me guess, and in your plan we were in the way too?


Tukna had his intense gaze on Fikxy and me, so I guess we were a prime target. He saw us as if we were his prey. Taknae looked at Mikta, Fikxy and me with our weapons in our hands, alert to her movements and for the first time since I met her, she smiled. But it wasn't a kind or reassuring smile, it reminded me of the witches in children's stories, you could feel the shiver of evil probing in your gut. She said.


-You can either accept the new form of government I am going to impose on Ganymede as of today, with Tukna as my second in command or... You can refuse and die right here within inches of your father.


Tukna tightened her grip on her dagger even more, she looked hungry. There would be no hostages, you were with them or you were dead. We were trapped and Mikta was in no mood to agree to be part of their team. His vitals indicated he was about to explode with rage and that meant some of us would certainly die.


All at once we heard it. It was almost like a large scale hiss and then chaos. With some kind of weapon in a struggle between a guest and a guard, a bang had escaped, the columns of the coronation hall were being knocked over and from the impression on the murderous coup leaders, this was not part of the plan. We managed to see an opportunity and when the guards dissipated, we began to attack them.


Mikta was fighting Taknae who was defending herself with the same sword with which she had taken the king's life. While Fikxy and I were facing Tukna. His hatred was palpable in the blows and the speed with which he wanted to defeat us. She recovered quickly, not for nothing was she the best of us in combat. Some Ganians managed to escape when the dome began to wobble and debris began to fall to the ground. The doors had been opened by the same guards wanting to escape. Now there were only the five of us left in the room about to collapse.


The synchronicity of Fikxy and I attacking Tukna was amazing due to so many years of training and the adrenaline helped a lot. Not only were our weapons clashing with an annoying screech, but thanks to our telekinesis we were also able to throw some objects at each other trying to hit and distract Tukna. But everything can go wrong in a second. That's when we heard it. A loud and clear groan, we thought it would be Taknae the victim. But when we turned around we knew we were wrong.


Mikta was hanging in the air choking from Taknae's power that was squeezing her throat and also bleeding from a recent wound in her abdomen.


The carelessness cost us a wound on my arm and one on Fikxy's leg. Tukna was enjoying himself and it was not long before he would be singing victory.


-Your sister will die soon. How do you feel about it? Oh, wait! I don't care. You guys are next.


What happened next was hard to explain, it had been as if a shooting star had traveled the distance from the doors of the hall to the altar with a blinding flash. The splendor hit Taknae with enough force to throw his body against one of the columns a couple of meters further back. The connection had been broken and Mikta was released from the power of her oppressor. We only managed to hear a low, desperate male scream before we saw Milkta begin to fall unconscious to the ground.


But before she hit the ground abruptly, her body was picked up by a gray-skinned man. Neither of us understood anything and Tukna after casting a brief glance at Taknae's body far away on the ground shouted angrily....


- Who the hell are you?


The man slowly stood up carrying Mikta in his arms and with an angry look answered Tukna.


- I am Ghanred of the Calisto satellite and heir to the throne. And I am here to put an end to your coup.


At that instant a dozen guards entered the hall trotting straight to Tukna. Fikxy and I stepped back, but still alert. I wasn't convinced that Tukna would simply agree to go with them in custody. And I wasn't wrong. As soon as they approached, combat began, but she was in the middle of a circle of guards against subtracting their attacks and even wounding her in a couple of limbs. She was very upset, bleeding and her screams of frustration echoed in the room. But her hatred was still palpable, making the air heavy.


Then the dome I had forgotten about finally collapsed and debris was falling dangerously on top of us. As bold as ever Tukna took advantage of the distraction and ran to a window and giving us one last glance she launched herself off the cliff from the top of the mountain where the coronation hall was. One second and she was gone. It happened so fast and we all ran trying to escape the collapse. But before I took my second step I remembered Taknae probably unconscious on the ground, I turned to see the man still holding Mikta and without needing to speak to him he understood what I meant, so he ordered his guards to pick her up and take her out along with us to take her into custody.


Before I took my last step out of the hall I saw my father on the floor for the last time. He had been a stranger to me and partly the reason for my woes, but it was hard to process that I had only spent a few moments with him. And he was gone, I didn't even get to hug him once. A very human gesture, but I had questions to ask him and they had all gone unanswered.


- So you're Gekna....


I was back in the hive, where most Ganians slept, trained and lived. Few chose to live in the mountains at the mercy of the elements, but it was more of a training thing, than a lifestyle. He had been standing for a couple of hours out in the open at the entrance to the hive, perhaps waiting for Tukna to show up, he didn't know.


On Ganymede it never dawned, I always missed that about Earth. The words of the unexpected heir brought me out of my reverie and I returned to the present. He was several centimeters taller than me, with strong arms and violet eyes. His hair was short and he wore a gold-colored metallic inlay from his left ear and down to his chest. I hadn't noticed it before. A symbolic piece of royalty on Callisto. I had only seen it in the records while learning of history and culture of the other inhabited satellites.


- Ummm... Yeah. I know with everything that happened and you basically saved my sisters and I, I should just thank you.


He smiled amused and said - But....


- I need you to explain to me what an heir of Callisto was doing here on Ganymede just when we were suffering a coup. And from the way you cared about my sister and getting her wounds taken care of once we got to the hive, it makes me think that you are close in some way. But that's very interesting because I've never seen or heard of you before. So...


He shifted his weight to the other foot, looking a little embarrassed, but amused. Which was throwing off my subtlety and tolerance. But after a silence, he responded. - I would have preferred that you ask your sister directly.


- Mikta is very reserved and deep down we are not that close.


- I know... Mikta and I met a long time ago. Before you came to Ganymede. Almost all of her special missions were on Callisto and we met frequently because I was also training by then. After that, I requested that several of my missions were here, to see her more often. And... Over time we started to become closer and closer. I... Ummm... I was waiting for her at the bottom of the mountain. When the coronation was over I had to present myself to the king to make official Mikta's transfer to Callisto as ambassador of Ganymede. She had already requested his approval and he had agreed. But then, my guards and I heard the shouting and chaos, so I knew something had gone wrong.


I couldn't believe that Mikta had plans to leave here, as did I, though for different reasons. It was also a surprise to learn that she was in a relationship, but at the same time it was to be expected because of how secretive she was, even with Fikxy with whom she shared the most.


-Was it you? The flash that hit Taknae in the coronation hall?


-Yes, it's one of my powers. Although I can only do it when I'm really focused, it takes a lot of power and drains my energy immensely. I just... I saw the king dead and Mikta being suffocated. I could only react.


-I understand. And... Do you love her? My sister.


-I don't know what love means. We don't know that word in Callisto. But I suppose you mean, do I have feelings for her? And the answer is yes. I want to be with her, to protect her and maybe someday if she accepts me, to marry her.


-I understand. Now that I know everything, thank you for your help.


Mikta woke up a couple of days later. While Ghanred took care of the royal understudy with my and Fikxy's help. We would wait for Mikta to wake up, but we had to give a funeral farewell to those slaughtered in the hall, including the king, give explanations to the families of the guests who had come from other planets and satellites, avoiding a war for their murdered envoys. To do this, Ghanred had to reach an agreement to hand over Taknae and the royal guards who rebelled to be executed. So between the three of us and some ganians we had to hunt down the guards who had escaped. We managed to catch them all and send them off handcuffed aboard a ship. That was the last time I saw Taknae, the king's assassin.


However, there was still a loose end. Tukna was still at large, but part of the agreement was that when she was caught she would be executed here on Ganymede for murder, conspiracy and treason. But we didn't even know if she had survived the fall from the mountain, even though we hadn't found a body.


When Mikta awoke she confirmed what Ghanred had told me on the day of the chaos. At the same time I shared with her my decision to leave and that our father had approved it after crowning me. The evidence was in my mind and Mikta could go in whenever she wanted and check it out, but she did not. I don't know if it was that she trusted me and that I was telling the truth or she just felt somewhat defeated. Being the eldest daughter of the king with no crime committed she would be the one in leadership, but she could no longer leave Ganymede. Someone simply had to be in charge.


I considered for a moment staying a little longer and helping her with all the responsibility, but then Ghanred entered the room apologizing for interrupting and shared some news.


Being an only child, Ghanred asked his father to choose his mate, one who was not from Callisto, specifically Mikta who was now the successor to the throne and in a few days the ceremony would take place taking official control over Ganymede.


Ghanred had been clear, either he would marry Mikta and both would rule each in their own satellite or he would resign the crown in Callisto. So his father, King Ghyosten had little choice and agreed. And despite the difficult situation we had been living these days I couldn't help but laugh when Ghanred realized that there was basically an implied marriage proposal in the air and that he had not communicated earlier to Mikta of the request he would make to King Ghyosten. Now he was practically notifying her that they were to be married. His expression went from astonishment to embarrassment and then to sadness.


But Mikta despite her stubborn look, shook her head and smiled. So the atmosphere relaxed. Apparently she wasn't upset, you could even say she was amused by the whole thing. Fikxy sitting in a corner near the balcony just rolled her eyes with a crooked but funny smile.


The days passed and Mikta's coronation took place, then the wedding between her and Calisto's heir. Thus forming more than just a political and territorial alliance. The two peoples were now one. And my sister looked happy.


At the end of the ceremony I said goodbye to both of them. Fikxy knew I would be leaving when it was all over, but she still had a couple of hours without showing up. Even if he didn't come with me, I at least hoped he would say goodbye.


It wasn't until I got on the ship that I realized someone was in the control cabin, as the door had closed without my command. When I got there completely annoyed, as I had refused the escort Mikta wanted me to take, it turned out that it was not a Ganian guard. She smiled and raised her eyebrow.


-What's wrong? You look upset. Make yourself comfortable, it's a long trip. Go to sleep if you want, I don't mind. I'll make sure we don't crash.


Fikxy had come and looked relaxed, in a good mood. I smiled and sat in the second cockpit control. I was happy and grateful that we were both together. I would return to Earth with the hope that my mother was still waiting for me. I would return home and this time I would have a sister, one I would give my life for. But I was sure that if Mikta ever needed our help, we would return to Ganymede, a place where the stars never disappear and the nights are cold, but even if I refused there was also a part of me.At the end of the ceremony I said goodbye to both of them. Fikxy knew I would be leaving when it was all over, but she still had a couple of hours without showing up. Even if he didn't come with me, I at least hoped he would say goodbye.


It wasn't until I got on the ship that I realized someone was in the control cabin, as the door had closed without my command. When I got there completely annoyed, as I had refused the escort Mikta wanted me to take, it turned out that it was not a Ganian guard. She smiled and raised her eyebrow.


-What's wrong? You look upset. Make yourself comfortable, it's a long trip. Go to sleep if you want, I don't mind. I'll make sure we don't crash.


Fikxy had come and looked relaxed, in a good mood. I smiled and sat in the second cockpit control. I was happy and grateful that we were both together. I would return to Earth with the hope that my mother was still waiting for me. I would return home and this time I would have a sister, one I would give my life for. But I was sure that if Mikta ever needed our help, we would return to Ganymede, a place where the stars never disappear and the nights are cold, but even if I refused there was also a part of me.