Centro IDEAT
¿Has sentido una brisa entrar a la recámara, cuando la puerta y ventanas están cerradas?
Mientras viajas, en la oscura y solitaria carretera, se pierde tu mirada buscando algo que no está pero quieres hallar.
Si miras fijamente lo podrás encontrar, son almas pérdidas que en pena están, queriendo un alma viva a quién asustar.
Caminas solo en la noche, las luces apagadas están, de una habitación a otra sueles pasar sin mirar atrás, sientes que te persiguen y equivocado no estás, su presencia es cada vez es más fuerte no lo puedes negar.
Cuando te quedas sólo, el silencio es una horrible melodía, tus vellos se han especulado y una sombra que no estaba posa a tu lado, para donde no miras.
La niña que las muñecas arrastraron, el duende al que llamabas amigo imaginario, que no quería ser delatado.
No juegues escondido por las noches, no te imaginas lo que puede suceder, no despiertes a los que están dormidos para siempre, otro muerto te puede aparecer.
No busques lo que no se te a perdido, porque te observa por las noches, cuando estás dormido.
El miedo es la emoción humana que todos hemos sentido, no hay nadie tan valiente como para no haberlo vivido.
Está es mi entrada para el concurso de microrrelatos de terror, semana 4. El separador es cortesía de mayvil