Se acercaba la noche y con ella sus temores, cerraba bien los ojos y con su sábana se arropaba de los pies a la cabeza para no ver nada y dormir tranquila, en aquella casa tan grande y medio vacía.
Era un martirio cada vez que en las madrugadas le daban ganas de ir al baño, dormía junto a sus hermanos, para así estar todos acompañados.
Una noche, se llenó de valentía, las ganas de orinar eran más fuertes, despertó a sus hermanos y les dijo que al volver, tocaría la puerta del cuarto solo 3 veces.
Fue camino al baño, atravesando el corredor, el silencio de la noche era aterrador. Mientras pasaba el pasillo más oscuro de esa casa, sentía que la perseguían, podía sentir la respiración de alguien en su nuca. Al voltear solo vio una sombra horrible y oscura.
Temblaba de miedo, fría están sus manos, sus padres no estaban en casa, se la pasaban viajando. Al llegar al baño vio los pies de alguien acostado en el piso, bajaron la poceta y sin pensarlo dos veces corrió hacia el cuarto y tocó la puerta mil veces.
Sus hermanos aterrados por los gritos, no le abrían, 3 veces dijo que tocaría, podía ser un engaño de algún espíritu de esos que la persigan. Ella, llena de terror del otro lado les pedía "abran la puerta soy yo", sentía gran agonía.
Al entrar al cuarto, todos abrazados y llenos de miedo, no durmieron aquella noche y anhelaban que llegara el amanecer. Eran sólo 4 niños en una casa grande, sin saber que hacer.
Luego de aquel día, nadie iba al baño por las noches, preferían orinarse encima o una vacenilla. La casa de 2 plantas estaba más habitada por los que flotan que por lo que caminan.
En ese barrio nadie se atreve a entrar en ella, ahora ninguna persona la habita, pero a través de las ventanas se ven las sombras y sobre ese casa, hay muchos cuentos de la cripta.
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