Entrada al Concurso de Cuentos maravillosos para niños y adolescentes | El dragón del bosque

El dragón del bosque

Había una vez un pequeño pueblo rodeado de un frondoso bosque. El bosque era un lugar mágico, lleno de criaturas y aventuras, pero también estaba protegido por un feroz dragón que aterrorizaba a todos los habitantes del pueblo.

El dragón era enorme y tenía un aliento de fuego que podía quemar árboles enteros. Nadie se atrevía a acercarse a él, y todos los intentos por matarlo habían fracasado.

Un día, un joven llamado Luis decidió enfrentarse al dragón. Era un chico valiente y decidido, y estaba seguro de que podría derrotarlo y salvar al pueblo.

Luis se adentró en el bosque con su espada y su escudo, buscando al dragón. Después de un largo tiempo, encontró al dragón durmiendo en una cueva oscura.

Luis se acercó al dragón y, con un golpe certero, le clavó su espada en el corazón. El dragón cayó muerto, y Luis regresó al pueblo como un héroe.

Pero pronto descubrió que había cometido un gran error. El dragón no era un monstruo malvado, sino un ser mágico que protegía el bosque y a sus criaturas. Al matarlo, había perturbado el equilibrio del bosque y había puesto en peligro la vida de todos sus habitantes.

Luis se sintió terriblemente culpable y decidió hacer algo para enmendar su error. Se adentró de nuevo en el bosque, buscando una manera de devolver la vida al dragón.

Después de mucho buscar, encontró una planta mágica que podía devolver la vida a los seres mágicos. Con cuidado, la llevó a la cueva donde yacía el dragón muerto y la colocó junto a él.

De repente, el dragón comenzó a moverse y a respirar. Abrió los ojos y, mirando a Luis, le agradeció por devolverle la vida.

Luis se disculpó con el dragón y le pidió perdón por haberlo matado. El dragón lo perdonó y, como muestra de gratitud, decidió convertirse en su amigo y protector del bosque.

Luis regresó al pueblo y contó a todos lo que había sucedido. A partir de ese día, todos los habitantes del pueblo respetaron al dragón y al bosque, y nunca más intentaron dañarlo.

El dragón y Luis se convirtieron en grandes amigos y vivieron felices para siempre, protegiendo el bosque y a todas sus criaturas mágicas.