Vivo tu presente cada instante.
Quisiera ser acera por donde
caminan siempre tus pasos.
Collar de garganta, que acariciara tu cuello
cada vez que tu canto al cielo canta.
Aroma de perfume,
para no desprenderme de tu piel,
tenerte en mis cinco sentidos y,
como el néctar a la flor tiene, estar en ti
desde que amanece hasta que la luna entre estrellas anochece.
Ya sé que no soy tu meta,
que tu razón me tiene en otro sitio,
pero son mis delirios sin grandeza
los que viven presos de esta mi bendita locura,
de la que no quiero más cura
que toda la vida estar contigo.
Ya sé que no soy tu destino,
pero sé
que, mientras no llegue tu embarque,
viajaré contigo en el mismo tren,
pero en asientos distintos.
Vivo tu presencia cada instante,
y en cada parada de este imaginario viaje
rezo por no ver, por la ventanilla de mis ojos, bajando en ninguna estación
ni a ti ni a tu equipaje.
No deseo más cosa en este mundo que en tu vida seas feliz
y que encuentres, aunque me duela, ese tren que pare toda la vida, a quien de verdad quieras y te ame, y sin bajar ya en ningún andén, juntos vuestras vidas para siempre con él viajen.
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Poema propio.
Fuente de la imagen... IA