Clandestino fue el lugar,
clandestino el encuentro,
y en clandestino se quedó la magia
de aquel sitio, de un tan embaucador rincón
donde vivimos nuestra fantasía presente que nos vive en algún te quiero.
El apetito de la vida juntos saciamos.
Casi la bula apareció en el pensamiento
y el tiempo volvió a pararse,
porque junto a ella
no existen agujas ni minuteros.
Volvió la soledad a vivir por instantes
alejada de los recuerdos.
Escondido fue el paraje donde mis ojos,
con los suyos, volvieron a perderse en mi pensamiento.
Valió la pena tanto buscar,
cuando de su mano y sin pensar
me dio a probar un trocito de su dulzor.
Y en mi corazón, su bondad será,
un amor, nunca pasajero.
Clandestino fue el encuentro,
clandestina la ocasión y sus acogedoras paredes,
donde nos dejamos llevar por una vida
que por momentos se olvidó de quiénes somos.
Donde la realidad queda presa hasta que nos despedimos.
Quién sabe si en otro encuentro clandestino,
y como amantes sin llegar a serlo.
Poema propio.
Fuente de la imagen... IA