Sonido Humano 🎼

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La melodía no la había sentido así antes.

La música es como el amor: está en el aire. La prueba irrefutable de la afirmación anterior se encuentra a nuestro alrededor, cuando escuchamos los sonidos que acompañan nuestro día a día, desde la serenata generada por los automóviles que transitan por las calles, el ladrido de los perros, las conversaciones de los desconocidos que se atraviesan por nuestro camino, el ruido industrial de las máquinas que construyen la próxima gran atracción turística y la voz del viento que azota hasta al rincón más apartado del mundo. De igual forma, también se puede comprobar la primera oración de este párrafo con el theremín, conocido por ser «el único instrumento musical que se toca sin tocarse». Luego de varios años de permanecer en el anonimato, fue en la última década del siglo XX que el theremín tuvo un resurgimiento y llegó a nuevas audiencias. Cada vez son más las personas interesadas en conocer más sobre un instrumento tan distintivo y de igual forma, cada vez son más los thereministas profesionales que han surgido alrededor del mundo. Un caso notable es el de Carolina Eyck, una alemana nacida en 1987 que, pese a su corta edad, cuenta con una prestigiosa trayectoria que la respalda.

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Los theremines originales estaban fabricados con las entonces novedosas válvulas de vacío, que presentaban problemas de mantenimiento y estabilidad térmica, además de necesitar altos voltajes para su funcionamiento y que, aunque no son un peligro para el ejecutante, sí lo son para un intento de mantenimiento por inexpertos. Actualmente existen multitud de firmas que comercializan versiones transistorizadas de theremines, los cuales son más robustos y adecuados para el transporte, de mucho menor consumo eléctrico y mucho más estables. Carolina, conocida por impartir cursos interactivos en los que explica la historia y funcionamiento del theremín, también es una distinguida compositora que ha ofrecido conciertos alrededor de todo el mundo –incluida la Ciudad de México en el 2008–. Ahora, en su lanzamiento más reciente titulado Fantasías for Theremin and String Quartet, se hizo acompañar de un ensamble que consiste en Caroline Shaw y Ben Russel (violines), Caleb Burhans (viola) y Clarice Jensen (chelo).

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A través de seis composiciones, la germana logra un trabajo pulcro, fino y elegante que lleva el sonido del theremin a nuevos horizontes y ya puede ser considerada como su obra maestra. Eyck buscó crear un álbum conceptual inspirado en los solitarios bosques del norte de Alemania donde transcurrió su infancia y, de hecho, parte de su objetivo se puede apreciar en el video oficial del tema «Leyohmi», que muestra a un misterioso bailarín moverse en medio de hermosos paisajes bucólicos. En el pasado las figuras más representativas asociadas al instrumento fueron Clara Rockmore, Samuel Hoffman y Lucie Bigelow Rosen, entre otros. Basado en improvisaciones que Carolina hizo a partir de las composiciones del cuarteto de cuerdas, el resultado logra un perfecto equilibrio entre la llamada música clásica y los sonidos ambientales, misteriosos y amigables, con lo que puede llegar a marcar un precedente dentro de este instrumento. El theremin nunca había sonado tan humano.

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