Pocos personajes en la historia del rock han sido fuente de tantas absurdas anécdotas y locuras como el gran Ozzy. Desde sus días en Black Sabbath, o mejor dicho, desde su mas tierna infancia, nuestro querido Madman ha hecho gala de una personalidad realmente curiosa, entre la payasada y la mas pura paranoia, lo que le ha forjado un carisma realmente atractivo y entrañable para los fans, que sienten por el un enorme respeto y cariño. Desde el comienzo de su carrera dejo claro que no poseía una voz prodigiosa, pero sobre las tablas (y fuera de ellas) había pocos que pudieran equiparársele.
Y asi desde comienzos de los 80, cuando comenzó su carrera en solitario tras su salida de Sabbath, ha contado con un respaldo absoluto por parte de los seguidores metalicos, que le han convertido en un icono y en un artista admirado y respetado, al mismo tiempo que era atacado por la prensa y por los sectores mas retrogrados de la sociedad americana, que veian en el poco menos que la personificación del anticristo. Su trayectoria solista esta plagada de obras ejemplares, y en parte la culpa es del excepcional elenco de músicos de los que siempre ha sabido rodearse, demostrando un olfato fuera de los común para descubrir nuevos talentos de la guitarra, aparte de su propia genialidad y locura.
“Blizzard Of Ozz” fue un debut impecable, acompañado del inimitable Randy Rhoads, un disco clásico donde los haya que dio una nueva vida a un Ozzy, ya apartado de la banda que le había lanzado a la fama y haciéndose un nombre propio en el mundo del heavy metal que durante años ha estado incluso por encima de los propios Sabbath. Las cosas no podían ir mejor, pues además los 80 iban a ser los años de apogeo absoluto del heavy metal en todo el mundo, primero con la explosión inglesa de la NWOBHM y luego con el estallido del hard rock en America.
Asi Ozzy no tardo en consolidarse como una estrella de la década, conquistando y escandalizando a partes iguales. “Diary Of A Madman”, segundo y ultimo trabajo con Randy Rhoads, le mantendría en un nivel envidiable de forma. Cuando desgraciadamente Randy paso a mejor vida en un desafortunado accidente que sesgo una de las carreras mas prometedoras del metal, llego Jake E. Lee tras el breve paso de Brad Gillis y demostró el porque de su elección para sustituir el talento de Rhoads. Con el nos dejaría otro par de excelentes álbumes, “Bark At The Moon” y “The Ultimate Sin”, en los que también destacaban músicos como los baterías Tommy Aldridge y Randy Castillo, y el todavía presente bajo de Bob Daisley en el primero de ambos plásticos.
Los 80 estaban en su ecuador, y el heavy levantaba pasiones entre los adolescentes americanos. Ozzy era un autentico ídolo de masas, llenaba abarrotados estadios, vendia sus discos con suma facilidad, y despertaba odios y pasiones alla por donde pasaba. Pero la publicación de un disco en directo como homenaje al fallecido Randy Rhoads no sento demasiado bien a Jake E. Lee, que tras el “Tribute To Randy Rhoads” se largo de la banda, no sin dejar atónita a la audiencia de la primera edición de Rock In Rio, en la que tanto el como el resto de la banda brillo con luz propia.
Encontrar un nuevo hacha habría sido una ardua tarea para cualquiera, pero Ozzy siempre andaba ojo avizor, y Zakk Wylde fue el elegido, volviendo a confirmar las mejores expectativas, y dando una vez mas la razón al exquisito gusto guitarrero de Ozzy. “No Rest For The Wicked” fue el presagio del excelente “No More Tears” del 91, donde Wylde demostró ser un autentico héroe de la guitarra con riffs y fraseos espectaculares, que encajaban perfectamente en el estilo compositivo del Blizzard. Todo el poder y la fuerza que la banda había venido exhibiendo durante una década se plasmo en el doble en directo, “Live & Loud”, un espectacular álbum, en el que aparecerían otros dos músicos capitales para la historia del grupo, el ya comentado Randy Castillo y el bajista Mike Inez.
Tras este disco ya comenzaron a sonar los rumores de una retirada del cantante de los escenarios y la actividad musical, pues aparte de que su salud mental no era la mejor posible (¿es que alguna vez lo ha sido?), su estado físico, tocado por muchos años de excesos con el alcohol, tampoco era el idóneo para moverse por los escenarios. Ya veis, casi diez años mas tarde Ozzy sigue rockeando como el mejor. Para “Ozzmosis”, su álbum del 95, conto con la ayuda de un viejo conocido, el bajista de Sabbath, Geezer Butler, el disco marco un punto de desavenencias entre Ozzy y Zakk Wylde, que romperían su relación al poco tiempo. Mirándolo desde nuestra perspectiva actual, aquello fue algo asi como un acercamiento a la reunión del mitico grupo de Birmingham unos años mas tarde, un grupo que había sido superado estrepitosamente en popularidad por su cantante original durante todos los años en que Tony Iommi había seguido manteniendo viva a la banda con un continuo ir y venir de miembros en sus filas.
En combio Ozzy seguía en lo mas alto, de hecho, sus ventas superan a las de los propios Sabbath. Si en discos de oro estos le ganan por uno (12 frente a 11), la certificación de platino y multi-platino decanta la balanza del lado de Ozzy, con 10 discos que superan el millón de copias vendidas (frente a los 8 de Sabbath), y 8 de sus obras con mas de dos millones de copias despachadas (frente a 3 de Black Sabbath). Asi que la reunión supuso un soplo de aire fresco para ambos. A Black Sabbath le dio el empujon necesario para volver a recuperar glorias pasadas, y a Ozzy además de una gran satisfacción, le supuso un tiempo de descanso suficiente para reconciliarse con Wylde, su “niño bonito”, que volveria al seno de un grupo que ya con la espectacular base rítmica de los últimos años (la mas estable de su trayectoria) compuesta por Robert Trujillo y Mike Bordin, había reventado Donington en el 96.
Tras poner en marcha un festival itinerante de verdadero escándalo, el Ozzfest, donde han despuntado muchas nuevas bandas dándole aun mas popularidad si cabe, el pasado 2001 nos trajo su nueva obra de estudio, “Down To Earth” – otra vez con Wylde en sus filas que actualmente le tiene de gira y que lleva vendidas mas de medio millón de copias en EEUU, donde actualmente reside el Madman. La estela de Ozzy va “en crescendo” en America gracias a ese especie de “Gran Hermano” que han montado en casa de los Osbourne, todo un éxito de audiencia de la Mtv, que ha llevado al mismísimo presidente norteamericano George Bush a solicitar la presencia de Ozzy en la Casa Blanca para poder conocer a uno de los personajes televisivos del año.
Eso el que otrora fuera icono satanico y deplorable influencia juvenil que llegara a mear en el Alamo, uno de los mayores simbolos de la independencia en su país adoptivo. Mientras, los Sabbath aparcados (aunque no inactivos), y el Ozzfest arribando en el legendario escenario del circuito de Donington buscando revivir los días de gloria del Monsters Of Rock. Ese es nuestro Ozzy.
