Hay viajes que te cambian para siempre, y mi viaje a El Chaltén, Argentina, fue definitivamente uno de esos. Lo que comenzó como una aventura a dedo se convirtió en una experiencia inolvidable llena de momentos inesperados, belleza natural y amistades que durarán toda la vida.
Mi viaje comenzó en una pequeña carretera en algún lugar de Argentina, con mi pulgar extendido y la esperanza de que alguien se detuviera y me llevara a El Chaltén. No pasó mucho tiempo antes de que un vehículo se detuviera, y así conocí a Luis, un amable viajero que se dirigía en la misma dirección. Juntos, emprendimos un viaje por carretera que nos llevaría a través de paisajes impresionantes y carreteras sinuosas.
Una de las sorpresas más inolvidables de mi viaje fue la oportunidad de presenciar las mágicas auroras boreales en la noche aunque no se si ocurrio de verdad (guiño, guiño). En El Chaltén, la oscuridad de la noche revela un espectáculo de luces danzantes en el cielo. Fue un momento en el que me sentí conectado con la naturaleza de una manera profunda y espiritual.
Mi aventura en El Chaltén no se limitó solo a la naturaleza. Un día, mientras exploraba el pueblo, me encontré con un colectivo psicodélico llamado "Viernes". Decidí subir a bordo sin saber lo que me esperaba. El interior del colectivo era un estallido de colores y música, y rápidamente me encontré rodeado de personas de todas partes del mundo. Fue una experiencia única que me recordó la importancia de estar abierto a nuevas experiencias y personas.
El Chaltén es conocido por sus majestuosas montañas cubiertas de nieve, y no pude resistir la tentación de explorarlas. Me uní a un grupo de excursionistas locales y extranjeros y trepamos por las montañas.
A medida que mi viaje avanzaba, conocí a muchas personas increíbles que se convertirían en amigos de por vida. Algunos de ellos me invitaron a visitar El Calafate y Río Gallegos, dos lugares fascinantes en la región. Allí, disfruté de deliciosos asados.
Mi aventura en El Chaltén fue mucho más que un simple viaje; fue una experiencia que cambió mi vida. Desde el emocionante viaje a dedo hasta las inolvidables auroras boreales, el viaje en el colectivo psicodélico "Viernes", y la amistad con personas de todo el mundo, esta aventura me recordó la belleza de la naturaleza y la riqueza de las experiencias compartidas. Sin duda, El Chaltén y sus alrededores son lugares que atesoraré para siempre en mi corazón.
