La Sirenita, es mi película animada favorita de las muchas que estrenó #Disney en mi infancia, y creo que este #LiveAction está cerca de estar entre MIS top 5 de los que se han realizado en los últimos años, seduciendo de alguna forma al público que hoy es adulto y creció con la versión animada.
La película es fantástica en ritmo, efectos, actuaciones, planos y sobre todo (como la versión animada) por la música.
Las películas de Disney, en especial, las animadas han sido castigadas recientemente por el feminismo, por los adeptos al empoderamiento y a la igualdad, por la psicología y por los que quieren incluir hasta a los objetos y esta versión además de lo anterior, fue sometida al escarnio antes de su salida por el color de piel de un personaje de fantasía que existe dentro de una obra de ficción.
Más allá de la polémica, está película descansa sobre los hombros de sus protagonistas, de ambos. El director le otorga un metraje importante a Eric que en la versión animada solo tenía el rol de ser el príncipe florero; el actor es encantador y logra despojar al Príncipe de ese hálito de heroísmo y galantería que dejaba Disney siempre sobre entendido, al contrario, se construyó un protagonista masculino vulnerable, soñador, optimista y amable, características que, como no, constituyen parte esencial de alguien que puede ser atractivo. En Ariel, se esconde el matiz de la rebeldía con causa, hay un razonamiento de fondo, una lógica que la aleja de lo infantil, la actriz esta más que sobresaliente en el rol, es apasionada y beligerante.
Quizás, me faltó un poco el desarrollo de la relación de Úrsula y Tritón como hermanos (y creo que se llena un vacío que la versión animada no llenaba) pero aún así, la motivación queda clara. Melissa McCarthy, está suprema en su Bruja del Mar, imposible odiarla, pero tampoco se da a querer... La película no tiene planos grandilocuentes, las actuaciones son modestas, minimalistas, lo cual en mi opinión hace que la pareja protagónica sea encantadora por separado y con una química subyacente en el ambiente del film.
El giro maravilloso está en el final, cuando Ariel se convierte en la heroína indiscutible, salvando no solo a su "amor" sino a todo el reino marino.
El desarrollo del enamoramiento también fue interesante. Esta Ariel no solo no se dejó deslumbrar por el físico del príncipe, se dejó, eso sí, seducir por sus ideas, sus anhelos y sus deseos de descubrir el mundo más allá de sus barreras. Hay un trasfondo en el drama, realmente convincente y bastante conmovedor. Nada en esta película ocurre por efectismo, todo está sutilmente justificado.
Sin duda es una recomendación, tanto para los nostálgicos como yo, como para los cinéfilos.