Mi balance como mamá [Esp/Eng]

Siempre que un año termina, hacemos una especie de balance de como estuvo todo, las cosas buenas y las cosas no tan buenas que sucedieron. Esto con la intención de mejorar los aspectos en los que fallamos o con los cuales tuvimos inconvenientes y mantener o reforzar las áreas en las que tuvimos éxito.

Este balance se puede aplicar a cualquier aspecto de nuestras vidas, para así poder trabajar de manera individualizada cada cosa, y por supuesto que nuestra labor de padres no escapa de esta evaluación, y después de analizar un poco el camino con mis chicos durante el 2023, he aquí lo bueno y lo no tan bueno que vivimos durante el año que recién termina.

Para los que me leen por primera vez, tengo dos niños, que realmente no son tan niños. Tengo un adolescente de 14 años y una preadolescente de 11, así que se podrán imaginar que el año tuvo sus retos. No solo por las edades de mis hijos, sino por ser de sexos diferentes.

Si de por sí la maternidad es complicada, imaginen lo que es tener prácticamente a dos adolescentes en casa, con un carácter completamente diferente el uno del otro y debiendo abordar temas propios de la sexualidad de cada uno, que por supuesto son diferentes también.

Así que tenemos a Matías, que aunque sigue siendo respetuoso, ya está probando nuestros límites, y por el otro a Miranda, que ya comienza a soltar la lengua más de lo debido. ¿Suena divertido verdad? Pero para no hacerlo muy largo, vamos con mi balance 2023.

LO BUENO

En el 2023 logramos mantener dos cosas muy importantes en casa como lo son el respeto y la obediencia, y en gran medida este es el resultado de un trabajo de hormiguita que venimos haciendo con nuestros hijos desde muy pequeños, incluso cuando no eran capaces de entender.

Por ejemplo, en casa nunca se dice no sin explicar el porqué. Aquí no manejamos la dictadura de la época en la que fuimos criados, donde "no, es no, porque yo lo digo, y punto". En casa cada cosa tiene una explicación y un porqué.


Hay normas que si no se cumplen tienen consecuencias, y al momento de responder a un "¿por qué?", con ojos llorosos y llenos de rabia, el trabajo es llevarlos a entender que mamá no le quita el celular porque es mala. Mamá le quita el celular porque ellos no cumplieron con sus responsabilidades, y eso tiene una consecuencia que de hecho ellos conocían.

¿Es tedioso hacer esto cada vez que no cumplen con alguna responsabilidad? Por supuesto que lo es, además no me gusta ser la mala, pero después de un tiempo me di cuenta que no soy la mala. El mundo está lleno de reglas que debemos respetar, y deben entender que cada cosa tiene una consecuencia. A fin de cuentas, si quieren usar el celular, saben qué deben hacer. Y si aun así deciden no hacerlo, toca asumir las consecuencias. Por suerte un 99% de las veces se dan cuenta que tenemos razón.


Y esta sería la parte más importante en lo que respecta al balance positivo, pero además de eso, pudimos pasar momentos lindos en familia, compartir tiempo de calidad, apoyarlos en cada actividad en la cual han participado y nuestros lazos de amor se vieron fortalecidos. Puedo decir que soy una mamá afortunada, porque más allá de los reclamos por el celular y los videojuegos, nuestros hijos son amorosos, respetuosos, empáticos y súper responsables con sus estudios, así que es mucho o que tengo que agradecer.

LO NO TAN BUENO

Debo decir que durante el año pasado los momentos realmente duros como mamá, no los viví por problemas de conducta o desobediencia de mis hijos, sino por problemas de salud, específicamente de mi hija Miranda, pues tuvimos muchas veces que salir corriendo al ambulatorio debido a complicaciones respiratorias porque ella es asmática. Y esto es algo que, como padre, es realmente aterrador.

Lamentablemente, hay papás en extremo irresponsables, que ven al colegio como una guardería a la cual llevar a sus hijos para que otro se los cuide y los envían aun estando enfermos, sin tomar en consideración que en el aula puede haber niños con condiciones de salud especiales como el caso de Miranda, e incluso en sus hogares pueden tener algún familiar delicado de salud. Hace falta más conciencia y sacos de empatía.

Del resto, más allá de las inconformidades con alguna tarea en casa, porque flojos sí son (pero toca, porque en una familia todos colaboran), la verdad es que mis hijos no dan problemas. Son niños muy amorosos y si dependiera de ellos pasarían el tiempo encima de nosotros.

Así que si tengo algo que decir del 2023 es ¡GRACIAS!


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Whenever a year ends, we always make a kind of balance of how everything was, the good things and the not so good things that happened. This is with the intention of improving the aspects in which we failed or with which we had problems and maintain or strengthen the areas in which we succeeded.

This balance can be applied to any aspect of our lives, so we can work individually on each thing, and of course our work as parents does not escape from this evaluation, and after analyzing a little the way with my kids during 2023, here are the good and not so good things we experienced during the year that just ended.

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For those of you reading me for the first time, I have two boys, who are really not so boys. I have a 14 year old teenager and an 11 year old pre-teen, so you can imagine that the year had its challenges. Not only because of the ages of my children, but also because they are different sexes.

If motherhood is complicated in itself, imagine what it's like to have practically two teenagers at home, with a completely different character from each other and having to deal with issues related to the sexuality of each one, which of course are different as well.

So we have Matías, who although still respectful, is already testing our limits, and on the other side Miranda, who is starting to let her tongue out more than she should. Sounds like fun, doesn't it? But not to make it too long, let's go with my 2023 balance.

THE GOOD

In 2023 we managed to maintain two very important things at home, respect and obedience, and to a great extent this is the result of the work we have been doing with our children since they were very young, even when they were not able to understand.

For example, at home we never say no without explaining why. Here we do not handle the dictatorship of the time in which we were raised, where "no, it is no, because I say so, and that's it ". At home, everything has an explanation and a reason.


There are rules that have consequences if they are not followed, and when responding to a "why? ", with teary eyes and full of rage, the job is to make them understand that mommy doesn't take away the cell phone because she is bad. Mom takes away the cell phone because they didn't fulfill their responsibilities, and that has a consequence that they actually knew about.

Is it tedious to do this every time they don't fulfill some responsibility? Of course it is, plus I don't like to be the bad guy, but after a while I realized that I am not the bad guy. The world is full of rules that we must respect, and you must understand that everything has a consequence. At the end of the day, if they want to use the cell phone, they know what they should do. And if they still decide not to do it, they have to assume the consequences. Fortunately, 99% of the time they realize that we are right.


And this would be the most important part as far as the positive balance is concerned, but besides that, we were able to spend beautiful moments as a family, share quality time, support them in every activity in which they have participated and our bonds of love were strengthened. I can say that I am a lucky mom, because beyond the complaints about cell phones and video games, our children are loving, respectful, empathetic and super responsible with their studies, so I have a lot to be thankful for.

THE NOT SO GOOD

I must say that during the past year the really hard moments as a mom, I did not live them because of behavioral problems or disobedience of my children, but because of health problems, specifically of my daughter Miranda, because we had many times to run to the ambulatory due to respiratory complications because she is asthmatic. And this is something that, as a father, is really scary.

Unfortunately, there are parents who are extremely irresponsible, who see the school as a nursery to which they take their children for someone else to take care of them and send them even when they are sick, without taking into consideration that in the classroom there may be children with special health conditions such as Miranda's case, and even in their homes they may have a family member who is in poor health. More awareness and empathy are needed.

Del resto, más allá de las inconformidades con alguna tarea en casa, porque flojos sí son (pero toca, porque en una familia todos colaboran), la verdad es que mis hijos no dan problemas. Son niños muy amorosos y si dependiera de ellos pasarían el tiempo encima de nosotros.

Así que si tengo algo que decir del 2023 es ¡GRACIAS!

As for the rest, beyond the disagreements with some homework at home, because they are lazy (but it is important, because in a family everyone collaborates), the view of the children is that they are not always able to do their homework.


Photography by|Fotografía por:@rlathulerie, Cover and banner created in/Portada y banner creado en Canva, Translated with www.DeepL.com/Translator (free version)

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