English Version
The rain hadn't shown up for most of the week; except for today. From the moment it dawned, everything was grey, cloudy and with bad signs of an ideal day at the pool for all the children who were invited to daughter's school friend's birthday party. Anyone who has children will know that when the kids get excited about an event they will have during the week, there is nothing and no one who can calm them down. The anxiety, the expectations and above all the illusion of having a spectacular time, and nothing to combine everything I have explained, with the celebration of a birthday. So, she wakes up this morning, sees that rain is imminent, and looks at me: ‘Mummy, nothing is stopping us today.’ That's the spirit, haha.
She had me write to her other friends' mums, to confirm if even with the weather, the kiddie pool party and birthday celebration would go ahead, and they all, without exception agreed and affirmed that nothing had changed. Everything was still on. She was happy, cheerful and above all determined to get ready. Since the night before, she had already chosen her favourite swimming costume, but as a worthy daughter of her mother, she had also prepared another change in case the one she would wear should something happen to it (like getting torn or dirty). Today's kids are nothing like we were at her age.
My child, she has been able to divide her responsibilities as a child for a long time. She knows that school comes first. And that if she wants to continue to enjoy the extracurricular benefits, like dance or going out to play, she has to perform at school. It's something I love about that precious little girl, in her little girl mind, she has it all under control. She wants to be a streamer (topic for a future post), some days a vet (she loves kittens above all things), and eating cake on birthdays is her greatest pleasure, hehe. But back to the original story, even if the weather was against us, what we enjoyed today was simply great.
Oddly enough, she and a lot of her friends had never had the chance to enjoy being soaked by a downpour and having fun. Today was that day. While they were all enjoying a cloudy day at the pool, out of nowhere the rain started to fall and instead of running away from it, they stayed and laughed and played, something I thought would die with my generation. The rain lashed down with particular vehemence. But there was nothing to worry about among us parents. Everything was a controlled atmosphere and we simply watched wistfully but quietly as the girls enjoyed themselves as much as we did.
‘’Mummy, Mummy, Mummy! Look at me, I'm getting wet in the rain!’ were her excited cries for me to see her. I just returned the good vibes, with a simple complicit smile. There was my precious girl, having too much fun, being happy under the nobility that only the force of rain can offer. In an age where children no longer play or play very little, due to technology, to see them having fun, being happy and exercising their childhood is a pampering to the soul, you know? I confess, deep inside me, I thought today would not be a good day, and my daughter's determination, and the example of her happiness with her friends, has given me a brief but powerful lesson: be happy just because.
Versión en Español
La lluvia no había asomado en casi la totalidad de lo que llevábamos de semana; a excepción de hoy. Desde que amaneció, todo era gris, nublado y con malas señales de un día ideal en la piscina para todos los niños que estaban invitados a la fiesta de cumpleaños de la amiga del colegio de hija. Quien tiene hijos, sabrá que cuando los nenes se emocionan por un evento que tendrá durante la semana, no hay nada ni nadie que pueda calmarlos. La ansiedad, las expectativas y sobre todo la ilusión de pasar un momento espectacular, y nada de combinar todo lo que he explicado, con la celebración de un cumpleaños. Entonces, ella despierta esta mañana, ve que la lluvia es inminente, y me mira: "Mami, hoy nada nos detiene." Ése es el espíritu, jaja.
Hizo que le escribiera a las mamás de sus otras amigas, para confirmar si aún con el clima se llevaría a cabo la fiesta en la piscina para niños, y la celebración del cumpleaños, y todos, sin excepción aceptaron y afirmaron que nada había cambiado. Todo seguía en pie. Ella, feliz, animada y sobre todo con determinación, se preparó. Desde la noche anterior, ya había escogido su traje de baño favorito, pero como es digna hija de su madre, también había preparado otro cambio por si acaso el que usaría llegase a sucederle algo (como romperse u ensuciarse). Ahora los chicos de hoy, no tienen relación con nada de lo que nosotros éramos a su edad.
Mi niña, puede dividir sus responsabilidades de niña desde hace tiempo. Ella sabe que la escuela es lo primero. Y que si desea continuar disfrutando de los beneficios extracurriculares, como la danza o salir a jugar, debe rendir en el colegio. Es algo que amo de esa niña preciosa, en su mente de nena, lo tiene todo bajo control. Desea ser streamer (tema para un post futuro), otros días veterinaria (ama a los gatitos sobre todas las cosas), y comer pastel en los cumpleaños es su placer más grande, jeje. Pero volviendo a la historia original, aunque el clima estuviese en nuestra contra, lo que disfrutamos hoy fue sencillamente genial.
Curiosamente, a ella y a un montón de sus amiguitas, jamás les había tocado disfrutar de ser empapadas por un aguacero y divertirse. Hoy fue ese día. Mientras, todas ellas disfrutaban de un día nublado de piscina, de la nada la lluvia empezó a caer y en lugar de huir de este fenómeno, se quedaron y reían y jugaban.Algo, que pensé, moriría con mi generación. La lluvia arrecia con especial vehemencia. Pero no hubo nada de preocupación entre nosotros los padres. Todo era un ambiente controlado y sencillamente, observábamos con cierta nostalgia pero en silencio cómo las chicas disfrutaban así como nosotros también lo hacíamos.
"'¡Mami, mami, mami! ¡Mírame, me estoy mojando bajo la lluvia!" Fueron sus gritos emocionados para que la viera. Solo le devolvía la buena onda, con una simple sonrisa cómplice. Ahí estaba mi niña preciosa, pasándola demasiado bien, siendo feliz bajo la nobleza que solo la fuerza de la lluvia puede ofrecer. En una época donde los chicos ya no juegan o lo hacen muy poco, debido a la tecnología, verlos divertirse, ser felices y ejercer la niñez es un mimo al alma, ¿saben? Confieso, que muy dentro de mí, pensé que hoy no sería un buen día, y la determinación de mi hija, y el ejemplo de su felicidad junto a sus amigos, me ha dado una breve pero poderosa lección: ser feliz porque sí.
All the photographs in this post are my own, and have been used to give dynamism to this story.
