Motivos son los que sobran decían los viejos, solo tenemos que tener la habilidad de saber mirar los cambios del tiempo, poder escudriñar entre los sueños, dejarse llevar por esos vientos que sacuden la mirada y nos invitan al trabajo.

Hay que echar mano de los augurios de la luna, para saber que nos depara la suerte. Estudiar los movimientos del sol cuando nos guiña entre los deseos, quizás su luz devele el camino.

Los viejos decían que, si te levantas con el pie izquierdo, los caminos no te llevan a ningún lado y tropezar es una caída libre para los deseos. Comentas en la plaza lo mal que andas y te sobran los predicadores. Saltan los naipes sobre la mesa y se descubren tus males. Otros hacen lecturas en la taza del café, todo es negro.

Solo son falsos vaticinios, pero voy y les digo que tengo la esperanza, que todo va a mejorar, voy a conseguir lo necesario para ser feliz, miro las señales del cielo. Hago mis plegarias y les sonrío. Ya vendrá la abundancia.

Eso me motiva para seguir en la búsqueda de una vida mejor. En casa bailan con la angustia y la necesidad, la mujer dice que soy un bueno para nada, por eso su partida es un hecho. No comprendo el rostro de mis hijos, ellos miran a lo lejos cuando manifiesto que estoy motivado por la esperanza.

Los amigos bromean porque miran como el tiempo envejece a mi lado, espero que la vida termine con tantos motivos, Así que sigo esperando que algo pase.