La ultima canción

(Image by freepik)

La rutina carcome las hojas de mi árbol.
Ya no hay flores promiscuas vendiendo sus pistilos a los insectos.
Sobran las palomas en la plaza de domingo
y los novios ya no copulan al ritmo de las campanas de las tres
mientras el padre repite avemarías cansinamente.
El cielo desnuda todo su azul en un striptease vulgar;
se desprende de las nubes mientras yo, tendido sobre el asfalto,
escucho a Soda Stereo y su Persiana americana.

No hay nada en la circunferencia del reloj,
ni en los ojos de Rubén mirándose al espejo con la cara espumada.
La navaja desnuda su piel mientras susurra pensamientos suicidas.
En el cuarto de baño, una gotera vocaliza notas de derrame.
Vuelan los hijos del miedo lejos de la razón o el concilio.
Hay un réquiem en honor de los caídos en las protestas
y dos banderas anudadas por un mismo grito libertario...
Pero yo sigo tumbado sobre el asfalto, con el sol rodando azul abajo
sin enterarme que, cuando acabe la canción ya habré muerto.

H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now