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Artwork by @connor-russo
I've been for days and days at this damn airport. I want to see my family. The global pandemic is not from a virus, it is from paranoia and stupidity. I look around me; there are only tired, repeated, worn-out stories hidden behind the brand-name suits and suitcases of these poor people. And of this poor me. I lie here on this hard concrete floor as on the waiting list for my own funeral. I've already had the damn test done three times, and they are unable to decide what to do with me. If they just told me the result, I could maybe start breathing without feeling like an aneurysm is going to explode.
Yesterday I went to the bathroom to wash my hands and ended up coughing until I vomited. The red droplets, scattered all over the mirror, were even funny to me. Small hemispherical arrangements on a flat surface. Surface tension. Incredibly bright red. Why do I feel so bad?
I haven't said anything about my discomfort because if it did, it would become real. The corresponding phone call would come, saying goodbye without a hug, the funeral with the box empty because my body would be disintegrated. I prefer to die anonymously, without pomposity, and that my wife believes that I finally decided to escape with the secretary. How much humiliation is in the cracks of these metal chairs. Damn airports, they are a vortex of despair. Have you noticed how fast the passengers walk here? Even their relatives try to flee the place as soon as possible. I'm so tired...
This guy is so strange, he had been muttering incessantly all afternoon, and he just stopped. I get up and gently touch his calf with my heel, just in case. Nothing. His head is tilted forward, dropped to his chest, at a strange and unnatural angle. I should call a paramedic, but curiosity is stronger. Crouching down beside him, I reach a hand to the guy's suited shoulder and shake it lightly. Nothing. I try again, now with more force. SHIT! HELP! SOMEONE TAKE HIM AWAY FROM MEEEE! HE'S BITING MEARGHNOOOSTOOOOPPP.
Silence. Again those funny droplets, this time on the wall, the floor, the people, the damn metal chairs.
Thank you, @mariannewest, for another #freewrite challenge. Today's prompt was airport. To learn more and take part go here.
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Artwork by @connor-russo
Tengo días y días en este maldito aeropuerto. Quiero ver a mi familia. La pandemia global no es de un virus, es de la paranoia y la estupidez. Veo a mi alrededor y solo hay historias cansadas, repetidas, gastadas, ocultas tras los trajes de marca y las maletas de esta pobre gente. De este pobre yo. Yazco aquí en este duro piso de concreto como en lista de espera para mi propio funeral. Ya me han realizado la maldita prueba tres veces, y son incapaces de decidir qué hacer conmigo. Si tan solo me dijeran el resultado, podría quizás empezar a respirar sin sentir que se me va a explotar un aneurisma.
Ayer fui al baño a lavarme las manos y terminé tosiendo hasta vomitar. Las gotitas rojas, esparcidas por todo el espejo, me resultaron hasta cómicas. Pequeños ordenamientos semiesféricos sobre una superficie plana. Tensión superficial. Rojo increíblemente brillante. ¿Por qué me siento tan mal?
No he dicho nada de mi malestar porque si lo hiciera se volvería real. Vendría la correspondiente llamada telefónica, despedirse sin abrazo, el funeral con la caja vacía porque mi cuerpo sería desintegrado. Prefiero morirme en el anonimato, sin tanta pomposidad, y que mi mujer crea que finalmente decidí escapar con la secretaria. Cuánta humillación hay en los resquicios de estas sillas de metal. Malditos aeropuertos, son un vórtice de desesperación. ¿Han notado lo rápido que caminan los pasajeros aquí? Incluso sus familiares procuran huir del lugar lo antes posible. Qué cansado estoy...
Qué raro este tipo, tenía toda la tarde murmurando sin cesar, y acaba de parar. Me levanto y toco suavemente con la punta del tacón su pantorrilla, por si acaso. Nada. Su cabeza está inclinada hacia adelante, caída sobre el pecho, en un ángulo extraño y antinatural. Debería llamar a algún paramédico, pero la curiosidad puede más. Agachándome a su lado, acerco una mano al hombro trajeado del tipo y lo sacudo levemente. Nada. Pruebo otra vez, ahora con más fuerza. ¡MIERDA! ¡AUXILIO! ¡ALGUIEN QUE ME LO QUITE DE ENCIMAAA! ME ESTÁ MORDIENDOOARGHNOOOBASTAAAAAAAA.
Silencio. Otra vez esas graciosas gotitas, esta vez sobre la pared, el piso, la gente, las malditas sillas de metal.
Gracias, @mariannewest, por otro desafío #freewrite. La palabra sugerida fue aeropuerto. Para aprender más y participar ve aquí.
