I have stated in several publications that the essence of leadership is credibility. Of the elements that make it up, credibility undoubtedly has the greatest weight. No one in their right mind will follow or trust a leader who is perceived as a liar. There are also many authors who have written about how a person can increase his credibility in order to obtain the much desired support from his followers, friends or employees. Remember that not only does a leader require credibility, but every person in this world needs to be credible.
I do not intend to make a theoretical analysis of the behavioral and language factors that help improve a person's credibility. These theoretical approaches fall into the void with the political phenomena that are taking place in the current presidential elections in the United States of America. This electoral process is serving to question certain premises about leadership. I will only refer briefly to the issue of the credibility of the two main candidates, Mrs. Kamala Harris and Mr. Donald Trump.
Let's see some examples of behaviors that previously would be considered as harmful to the credibility of whoever performs them:
- The use of fake News since a few years ago it is becoming more and more common to tell post-truths about leaders or realities. Telling a lie or being caught using it used to be a sign of failure, but now it is not so.
- Attacking the opponent, the use of foul language, as well as the use of epithets is now a sign of courage and gallantry.
- Appearing in different public places assuming roles or functions of workers. Is it credible that Donald is working in a hamburger stand?
- Announcing pharaonic plans and implausible government measures. It doesn't matter if they are achievable, they are announced because that's what people want to hear.
Now, why is it that even with the presence of these factors and others, the credibility of the two candidates has not been affected? Ah, this is where a new element comes into play, which until now I had not considered as a credibility builder, and it is none other than faith.
Today's leaders are not dedicated to train their followers but now seek to have followers. When a person becomes a follower, someone indoctrinated by what that leader represents, he/she will not care about anything that is said or done by that leader, he/she will always have absolute faith to trust that he/she will do well. Blind faith in someone or something blocks the capacity of discernment and understanding, now we will have to study how much faith the followers place in their leader.
LA CREDIBILIDAD VERSUS LA FE
He asegurado en diversas publicaciones que la esencia del liderazgo es la credibilidad. De los elementos que lo integran sin duda que el mayor peso lo tiene la credibilidad. Nadie en su sano juicio va a seguir o a confiar en un líder que sea percibido como un mentiroso. También abundan sufrientes autores que han escrito como una persona puede aumentar su credibilidad para conseguir el tan anhelado respaldo de sus seguidores, amigos o empleados. Recuerden que no solamente un líder requiere de credibilidad, sino que toda persona de este mundo necesita ser creíble.
No pretendo hacer un análisis teórico de los factores de conducta y de lenguaje que ayudan a mejorar la credibilidad de una persona. Estas aproximaciones teóricas caen en el vacío con los fenómenos políticos que están aconteciendo en las actuales elecciones presidenciales de los Estados Unidos de Norteamérica. Este proceso electoral está sirviendo para cuestionar ciertas premisas sobre el liderazgo. Me voy solamente a referir brevemente al tema de la credibilidad de los dos principales candidatos la señora Kamala Harris y el señor Donald Trump.
Veamos algunos ejemplos de conductas que anteriormente se considerarían como dañinos para la credibilidad de quien los ejecutara:
•El uso de fake News desde hace unos años para acá es cada día más común que se digan post verdades de los lideres o de las realidades. Decir una mentira o ser descubierto usándola era señal de fracaso ahora no es así.
•Atacar al contrincante, el uso de lenguaje soez, así como el uso de calificativos ahora es señal de valentía y gallardía.
•Aparecer en distintos sitios públicos asumiendo roles o funciones de trabajadores. ¿Es creíble que Donald este trabajando en una venta de hamburguesas?
•Anunciar planes faraónicos y medidas de gobiernos inverosímiles. No importan si son realizables, se anuncian porque es lo que la gente quiere escuchar.
Ahora bien, ¿Por qué aun con la presencia de estos factores y otros la credibilidad de los dos candidatos no ha sido afectada? Ah! aquí es en donde entra en juego un nuevo elemento que hasta ahora no había considerado como formador de credibilidad y no es más que la fe.
Los líderes actuales no se dedican a formar a sus seguidores sino que ahora buscan tener adeptos. Cuando una persona se convierte en un adepto, en alguien adoctrinado por lo que representa ese líder no le va importar nada de lo que se diga o haga ese líder siempre tendrá fe absoluta para confiar en que lo hará bien. La fe ciega en alguien o algo bloque la capacidad de discernimiento y de entendimiento, ahora habrá que estudiar cuanta fe depositan los seguidores en su líder.