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La tormenta arrecia, el viento frio de la misma penetra los huesos y ella se desespera cada vez más en la búsqueda, hasta ahora infructuosa, de su anillo de oro de matrimonio.
Tiene la manía que cuando está nerviosa se lo saca y juguetea con él y hace un rato mientras la tormenta se anunciaba con truenos y relámpagos, a ella le entró temor porque el autobús estaba retrasado.
El sonido de un trueno seguido de los aullidos de dos gatos que habían escogido el momento para iniciar una pelea, provocaron que el mismo rodara por el piso, ella solo escuchó el tintineo pero no sabe para qué lado rodó.
Lo ha buscado en todas direcciones pero no ha sido posible hallarlo y la soledad de la parada con una única pasajera esperando el transporte público provoca que su corazón palpite a mil latidos por minuto.
Minutos después el autobús hace su aparición y ella duda entre quedarse a seguir buscando su joya perdida o irse, al final se decide por lo segundo, la lluvia arrecia, los gatos parecen endemoniados y continúan sus peleas y cada vez está mas oscuro.
Solo tres personas ocupan los asientos del autobús.
Se acomoda en uno de ellos y como una forma de calmar sus nervios mete la mano en su cartera y toca algo duro en el fondo de ella.
Lo saca y con sorpresa ve que es su anillo de oro, que creía perdido.
Quizás entre tantos temores imaginó escuchar el tintineo del mismo caer y este en lugar de ir hasta el piso había caído dentro de su cartera.
Es la única explicación que le parece lógica, otra sería pensar que algo sobrenatural ha ocurrido.