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Sin dudas no ha sido un buen domingo, todo comenzó mal ya que antes de salir de su casa para encontrarse con su exesposa e hijos en el zoológico, desayunar y pasar unas horas observando los animales, un señor de una agencia de entregas de encomiendas le entregó una carta y al abrirla se dio cuenta que la misma estaba escrita en alemán, un idioma que no entiende, razón por la cual la guardó en la guantera del auto y siguió su camino.
Como cosa extraña para un domingo, el flujo vehicular estuvo lento y llegó con más de media hora de retraso al restaurant situado frente al parque y la cara de su ex era todo un poema de disgusto.
Explicó lo del tránsito pero estaba seguro que no le creyó y no la recrimina ya que ene so de decirle mentiras fue todo un experto en los diez años que estuvieron casados.
Los niños, un varón de ocho y una niña de seis pasaron por alto el retraso y lo abrazaron al verlo sin importar que tomarían un desayuno tardío.
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Al terminar este fueron al zoológico y caminaron un rato, pocas palabras intercambiaron él y su ex, los niños lo acapararon llenándolo de preguntas sobre los animales que fueron viendo y al llegar hasta el lugar donde estaban las avestruces una de ellas, extrañamente enojada, se acercó e intentó alcanzarlo con su pico, rebatiendo la explicación dada los niños de que eran criaturas amigables.
Antes de despedirse le comentó a ella sobre la carta, fueron hasta el auto y se la mostró a ver si conocía el nombre del remitente, pero igual que él, desconocía al mismo.
Se despidieron y en la casa se puso a transcribir esta en un traductor en línea en la computadora y a medida que iba haciéndolo su cara de asombro iba creciendo.
En la misma se indicaba que uno de sus antecesores, de nacionalidad alemana, había dejado una pequeña fortuna y que para retirarla debía ir hasta un pueblo alemán a firmar unos papeles.
Tomó nota de todo y sin comentar con nadie pidió un permiso en el trabajo para ausentarse unos días, compró los boletos y llegado el momento se fue al aeropuerto.
Mientras estaba sentado esperando abordar se topó con un amigo que tenía tiempo sin ver y este tras abrazarlo le preguntó que hacía allí y le respondió que iba de vacaciones a un pueblo alemán, al decirle el nombre este le respondió.
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-Qué casualidad, yo también voy a ese lugar, hace días me llegó una carta de un familiar que no conozco diciendo que debo ir hasta allá a firmar unos papeles para recibir una herencia.
Su corazón se detuvo por micro segundos, nunca ha creído en las casualidades, abrió su bolso de mano, extrajo al carta y se la mostró.
-¿Una parecida a esta?
El amigo quedó paralizado, la tomó, revisó y le respondió.
-Exactamente igual
Sin dudas alguien les ha jugado una broma o desea por algún insano motivo que vayan hasta allá.
Decide no viajar aunque su amigo si lo hace.
Ha pasado un año y no ha vuelto a saber de él, su familia ha denunciado a las autoridades su desaparición y ha tenido que llevas la carta y dar declaraciones.
La interpol no ha podido aun dar con su paradero.