El baile

La conocí en la escuela que asistí cuando yo fuí pequeño
Hablar con ella era como un regalo navideño.
Ella:—Si no sabes bailar, yo te enseño.
Y bailar con ella se sentía como un sueño.

Tomamos de rehén a nuestros romances.
Nos conocimos cuando nuestras vidas estaban en estanque.
Te convertiste en mi oro y yo reencarné en el rey midas en ese baile;
y es triste que tú y yo en un mundo de Morfeo hayamos sido más felices que yo con nadie

Yo:—Me gustó bailar contigo
Ella:—¿Bailamos tu canción favorita?
Yo:—Me gusta más la que recitan tus latidos
Ella:—En mi universo ya encontré a la estrella perdida

Él y ella en una obra/fiesta

Intercambiamos números en un rato
Yo no miraba a la obra porque ella era mi obra de teatro
Ella:—Tu voz es la novena sinfonía cuando Beethoven opera las notas —señaló a los músicos en dirección oeste.
Yo: —No, si no nos hubiéramos cruzado, yo sería un fantasma en esta ópera —le dije en la esquina del estadio para que nadie nos moleste.

Ella:—Boxeando poesía en mis voluntades, Floyd Mayweather.
Yo:—Por ti puedo dejar a Constantinopla en crisis y en tus labios formamos Galicia —refiriéndose al número telefónico de la amada.
Ella:—Tu saliva es anestesia porque ya nada duele.
Yo:—Quítate esa máscara, que tu cara es la más cara.

De pronto me percaté que esto era algo incierto;
Ella me dijo que no quería que mis ojos sean abiertos
Ella: —Si los abres ya nunca nos encontraremos, te lo advierto...
Y entre lágrimas pensé que si me quedaba aquí estaría jugando a estar muerto.

Te odio, Morfeo.
Mujer, te quiero. Y aunque esto no haya sido verdadero...
Gracias por ser mi amor más sincero
Tenía que regresar a la realidad, lo lamento...
Pero si no volvía, mi familia moriría por dentro.

Estás en mis memorias, viajando en un tren
No se si existas
Pero construiré un palacio de "Te amo's”
Y si te encuentro un día o en otra vida
quiero ver vistas de un "yo también”.

—Eres todo lo que escribo —le dije mientras la tinta del sueño se acababa.
—Eres todo lo que beso —le dije mientras me deshidrataba.
—Eres todo lo que amo —le dije mientras me alejaba.
—Eres todo lo que sueño —le dije mientras despertaba.

Gracias por leerme. Estaré en busca de un poema que ya sé que no existe. Hasta la próxima.