Fuente
Sé libre extraña sombra,
dilata a golpe de estruendo,
tus ya alzados vuelos,
y goza ya tus hambres de penumbra.
Oh inmortal de coloso semblante,
ata tu mundo a la espalda,
y en sufrido vuelo asciende,
solitario a tu última morada.
Tu altar de penumbras aguarda,
aquel sitio codiciado será tu tumba,
allá donde el alma reverdece,
con ternura tu ser que muere.
Oh cálido vientre de insigne ser,
has de guardar con celo mayor,
mis costras que al perecer,
en soledad llueven tanto desamor.
Y la espesura de tanto cielo gris,
ata a mi tumba su negra espesura,
asolada compañera de mil batallas,
entregada amante de vil hermosura.