[Eng+Spa] Day 977: World Alcohol Free Day + Día 977: Día Mundial sin Alcohol

Breve descripción de la cotidianidad en la cuarentena personal.

Es martes 15, tenía previsto salir a comprar algunas cosas, pero de verdad que me dio como que una mala sensación hoy en la mañana, algún viejo terapista me diría que eso podría ser una somatización de la ansiedad de salir de casa, cosa que puede relacionarse a una serie de problemas mentales que quedan como secuela de la larga #cuarentena por la #pandemia de #Covid19, que en #Venezuela ya arriba al día 977 desde que se realizó el anuncio en televisión de que el gobierno asumía esta medida.

Tengo que salir de todas maneras, y lo haré posiblemente mañana, en general me gusta hacer caso de mis instintos, son cosas que no puedo explicar, pero esas sensaciones de que algo no está bien y que mejor no vaya a un sitio, son cosas que prefiero no obviar. No siempre podemos explicar lo que nos señala la intuición, en ocasiones es una manera de percepción acelerada o de comprensión de factores diversos de manera casi instantánea, en esos casos vale la pena detenerse y pensar un poco, retrasar la compra no es algo que me perjudique mucho y me siento más tranquilo.

Revisaba en la red las efemérides del día, para centrar el registro diario en un tema en particular de la #Historia y que tenga relación de alguna manera con alguna de mis memorias, de las diversas conmemoraciones encontré una en particular que me llevó a recuerdos de cuando era estudiante universitario:

Hoy, 15 de noviembre, es el Día Mundial sin Alcohol. Una fecha declarada por la Organización Mundial de la Salud, #OMS, con la finalidad de promover buenos hábitos y reducir la carga de morbilidad asociada al consumo nocivo de alcohol. En sí, el #alcoholismo fue declarado como una #enfermedad ya en 1963, de hecho, en ese entonces se le declaró como enfermedad incurable, progresiva y mortal. En este consumo descontrolado de #alcohol, por parte de la persona que sufre esta patología, se tiene que considerar el tema de la adicción, con la dependencia bioquímica y la dependencia psicológica que se establece con la bebida.

El consumo excesivo de alcohol no solamente puede ocasionar la muerte por coma etílico, o fallo orgánico diverso, sino que también incrementa en mucho el nivel de riesgo de sufrir o producir accidentes de tránsito, accidentes domésticos y, también, puede incrementar la expresión de violencia verbal y física que puede desencadenar pelear, agresiones físicas, lesiones y (en caso extremo) la muerte.

Ciertamente. El alcohol es tomado como un ‘lubricante social’, ya que sus efectos de distender la mente y relajar las barreras es uno de sus efectos más comunes como elemento psicoactivo, pero llevar su consumo a un grado extremo llega incluso a perjudicar la misma dinámica social en que nos movemos. Un trago puede estar ‘bien’ en una reunión social y en una conversación, pero embriagarse en tales reuniones puede llevar a eventos desagradables y ocasionar que la sociabilización fracase.

Si se tiene el caso de que una persona acompaña todo con una bebida alcohólica, ya sea que esté en una reunión al salir del trabajo, en una fiesta familiar, o incluso simplemente comiendo alguna cosa, entonces es muy posible que se tenga u problema de alcoholismo ya en marcha.

En lo personal, desde joven, no soy un bebedor de grandes cantidades de alcohol. En general, tomaba uno par de tragos y ya tenía malestar en el cuerpo, no estaba seguro del porqué de mi condición, pero sirvió para que no desarrollara apego a las bebidas alcohólicas en general. Sin embargo, a finales de la década de los 90 del siglo pasado, estuve en un Trabajo de Campo en la región de #Merida, en el occidente de mi país. Es un lugar muy hermoso y frío, estamos hablando de un sitio ubicado en un país tropical, pero que gracias a su altitud de montaña (es parte de la Cordillera de los Andes que surca Sudamérica) puede presentar temperaturas menores a 0 C° y, en ocasiones, incluso nieva.

Bien, estaba en ese viaje como parte de un trabajo de investigación de la Universidad y nos estábamos quedando en un pueblo del sur del estado, un sitio rural con una linda posada y gente muy agradable. Debido al frío y a las costumbres de la zona, era muy normal beber bebidas alcohólicas caseras, en las que se mezclaban y maceraban hierbas diversas. Llegado el momento, le expliqué a la señora de la casa que yo no bebía mucho, no por hacerles un desprecio, sino porque no toleraba bien el alcohol, me preguntó los detalles y se los expliqué lo mejor que pude. Entonces sacaron una garrafa, Dios sabrá de donde, y me sirvieron una pequeña cantidad de bebida en una taza pequeña de café, me dijo que me la tomara poco a poco para el frío y para que se me ‘arreglara’ el cuerpo.

Yo sabía de algunas bebidas tradicionales de la zona que tenían efectos medicinales, como ‘Mixtela’ o ‘Calentadito’ (referencia tanto a que se toma caliente, como que además sube la temperatura corporal), así que cumplí con la indicación y seguí con mis asuntos. A partir de ese día, noté que no me pasaba nada malo con el consumo de alcohol, podía beber con los colegas y de hecho, me emborraché con ellos por primera vez esa noche en la posada. Nunca pregunté qué fue lo que me dieron a beber, pero le estoy agradecido a la señora.

No me convertí en un consumidor diario de alcohol, pero ya no era yo el 'tipo asocial' que rechazaba beber un poco con los demás. Así que supongo que fue el mejor resultado que se podía tener. En todo este cuento, un día como hoy, para mí es un día normal, de hecho, tengo muchas semanas que no bebo ni un trago, supongo que podría celebrar eso con un trago (risas personales), pero por hoy, que sea un trago de café.

Esto sería todo por hoy, te deseo que tú estés bien y que nos podamos leer en otra oportunidad.