I had a long time without giving myself a good taste of coffee, so I took advantage of a friend's invitation to one of the most popular coffee shops in the city of Maturin, Venezuela. We were struck by the popularity of this store and, above all, by the good opinions of the diners who had stopped there to taste coffee and desserts.
Both my friend and I made a good decision to go to this coffee shop, and besides that, there was for me a new level unlocked as far as coffee is concerned, and by this I mean the cold mocaccino.
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I'll start by talking a little about the cafeteria: the space is pleasant, with classical music combined with a bit of Colombian tradition. The tables are decorated with coffee cups and little plants. In fact, the premise of this coffee shop, called la casa de pan de bono, is to invite the visitor to live an experience in which the peace and harmony of nature can coexist with the essence of coffee. This was very new to me.
The rest of the decorations were influenced by Colombian traditions. It is no secret that Colombian coffee is one of the best in the world. In fact, the coffee drinks they prepare in this place have Colombian coffee beans, something you can verify just by tasting them.
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Now let's talk about my favorite part: How delicious is the coffee in this coffee shop? On the very varied menu, which was dominated by many coffee drinks, there was one that really caught my attention: The cold mocaccino. I ordered it without hesitation. It was delivered to me in a very nice handmade cup. They handed me a sorbet, and I really felt like I was in western coffee shops, where coffee is drunk at either very cold or very hot temperatures.
I loved the presentation of the cold mocaccino. It had a thick layer of cream on top, sprinkled with cocoa and, as garnish, some sweet coffee beans.
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My friend ordered a hot mocaccino. She is not a big fan of cold coffee, she told me. She was delighted with the taste; not too bitter and not too sweet. My mocaccino also had a middle ground of sweetness. Both, even though they had different temperatures, were delicious. One thing we loved was that the coffee and chocolate flavor balanced each other out. You could perceive both flavors, without one overshadowing the other. Sometimes this is quite difficult to achieve, at least according to my tastes.
We tasted the mocaccinos and were delighted. Without a doubt, this coffee shop takes the taste of coffee very seriously. The aromas, by the way, are very pleasant to the nose. The prices are quite inexpensive, even a lot for the quality offered. I was fascinated by everything. I would definitely come back for another cup of cold mocaccino for another occasion.
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We accompanied the coffee flavor with some peanut, chocolate and Red Velvet cookies. Inside there was a rather soft cream. The combination was perfect, especially for a wonderful conversation among friends. Although I don't usually combine sweets with coffee, for this occasion I didn't regret doing so.
For both my friend and me, this coffee shop was a 10/10. If you ever decide to visit Venezuela, or you find yourself in the city of Maturin, do not hesitate to go to this place, because you will taste a sensational mix of coffee, exotic flavors and good music, all wrapped in the reflection of Colombian, Venezuelan and Western traditions.
Versión en español
Tenía yo mucho tiempo sin darme un buen gusto con sabor a café, por eso, aproveché la invitación de una amiga a una de las cafeterías más populares de la ciudad de Maturín, Venezuela. Nos llamó la atención la popularidad que esta tienda tenía y, por sobre todo, las buenas opiniones de los comensales que habían hecho una parada en ese lugar para degustar café y postres.
Tanto mi amiga como yo tomamos una buena decisión al ir a esta cafetería, y además de eso, hubo para mí un nuevo nivel desbloqueado en lo que respecta al café, y con esto me refiero al mocaccino frío.
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Comenzaré hablando un poco sobre la cafetería: el espacio es agradable, con música clásica combinada con un poco de la tradición colombiana. Las mesas tienen adornos con tazas de café y plantitas. De hecho, la premisa de esta cafetería, llamada la casa de pan de bono, es invitar al comenzal a vivir una experiencia en la que la paz y la armonía de la naturaleza puedan coexistir con la esencia del café. Esto fue muy novedoso para mí.
El resto de decoraciones tenían influencia de las tradiciones colombianas. Para nadie es un secreto que el café colombiano es uno de los mejores del mundo. De hecho, las bebidas de café que preparan en este lugar tienen granos de café colombianos, algo que puedes comprobar con tan solo degustarlas.
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Hablemos ahora de mi parte favorita: ¿Qué tan delicioso es el café en esta cafetería? En el muy variado menú, en el que predominaban muchas bebidas con café, había una que llamó mucho mi atención: El mocaccino frío. Lo pedí sin dudarlo. Me lo entregaron en una taza artesanal muy bonita. Me entregaron un sorbete, y la verdad me sentí como en las cafeterías occidentales, donde el café se bebe en temperaturas o muy frías o muy calientes.
Me encantó la presentación del mocaccino frío. Encima tenía una capa espesa de crema, espolvorizada con cacao y, como adornos, algunos granos de café dulce.
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Mi amiga pidió un mocaccino caliente. Ella no es muy amante del café frío, según me comentó. Quedó encantada con el sabor; ni tan amargo ni tan dulce. Mi mocaccino también tenía un punto intermedio de dulzor. Ambos, a pesar de que tenían diferentes temperaturas, estaban deliciosos. Algo que amamos fue que el sabor del café y el chocolate se compensaban. Se podía percibir ambos sabores, sin que uno opacara al otro. En ocasiones, esto es bastante difícil de conseguir, al menos según mis gustos.
Degustamos los mocaccinos y quedamos encantados. Sin duda alguna, en esta cafetería se toman el sabor del café muy en serio. Los aromas, por cierto, encariñan la nariz. Los precios son bastante económicos, incluso mucho para la calidad que se ofrece. Me fascinó todo. Sin duda, volvería a repetir otra taza de mocaccino frío para otra ocasión.
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Acompañamos el sabor a café con unas galletas de maní, chocolate y Red Velvet. En el interior había una crema bastante suave. La combinación fue perfecta, sobre todo para una conversación maravillosa entre amigos. Aunque no suelo combinar los dulces con el café, para esta ocasión no me arrepentí de hacerlo.
Tanto para mi amiga como para mí, esta cafetería fue un 10/10. Si alguna vez decides visitar Venezuela, o te encuentras en la ciudad de Maturín, no dudes en ir a este lugar, pues degustarás una sensacional mezcla entre el café, los sabores exóticos y la buena música, todo envuelto en el reflejo de las tradiciones colombianas, venezolanas y occidentales.