Desde niña quise aprender sobre música, soñaba con tocar el violín...
Todo eso se debía porque admiraba a una violinista en mi escuela que había ganado premios importantes.
Quizás en ese tiempo quería ser como ella, tocar así de bien.
Años más tarde, con la ayuda de mi abuela comencé a realizar ese sueño, al principio tuve dos intentos fallidos en diferentes escuelas de música.
Luego ¡por fin! comencé a estudiar violín en una grandiosa escuela que me abrió las puertas.
Fue una experiencia asombrosa, donde se aprendía haciendo, tocando.
Pude vivir gratas experiencias, toqué en una orquesta ¡el sueño se hizo real!
Asistí a eventos, actividades y conciertos que aún recuerdo.
Pude cumplir una meta, tal vez ahora no sigo tocando, pero agradezco la oportunidad de poder hacerlo en aquellos momentos.
Soy de las personas que piensan que podemos hacer de todo un poco, aprender cosas diversas y lograr ser polifacéticos.
La música es un arte maravilloso, que protagoniza un sin fin de historias y hacer vibrar los corazones.
Hay que aprovechar cualquier oportunidad que se presenta, siempre y cuando esté en nuestros intereses.
No podemos hacer las cosas por obligación, porque así dejamos de disfrutarlas.
Ahora tengo otras aspiraciones, pero me llena de alegría haber transitado y experimentado hacer música, pertenecer a una orquesta y tocar un instrumento, uno que me gusta mucho: el violín.
No hay sueño pequeño, nunca dudes lo que eres capaz de hacer.
Sea lo que sea, procura alcanzar tus objetivos...
Si es la música, baile, cine, televisión, teatro ¡lo que sea! No te paralices.
Disfruta tu camino y vívelo con valentía.
Haber sido parte de una orquesta ha sido un logro personal que hice realidad. Así como salir en TV, animar, bailar, ir a Mérida...
¿Cuál ha sido el tuyo?