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Para los países que no lo producen, tener que depender del petróleo para mover sus economías tiene un coste sumamente alto y Europa tampoco se libra de esta dependencia.
Pero la situación que vive el petróleo, con exceso de oferta y una demanda mínima, pues está todo el mundo confinado en sus casas, el precio del barril ha venido cayendo hasta precios que nadie hubiera sospechado.
Según las estimaciones, las recientes bajadas del precio del barril de petróleo desde los 70 dólares hasta los 20 dólares, supondrá que Europa se ahorrará unos 100.000 millones de euros este año.
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Europa es un espacio económico que tiene una fuerte dependencia de otros países para abastecer sus necesidades energéticas y, de momento, las energías renovables todavía no cubren sus necesidades a corto plazo.
Y es que si os acordáis durante la pasada crisis, el precio del barril de Brent llegó los 143 dólares en 2008, para llegar a cotizar este año por debajo de 20 dólares.
Lamentablemente, esta situación que resulta favorable para Europa será un completo desastre para algunos países productores, en los que los derechos humanos brillan por su ausencia.
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Tal vez esto sirva para darnos cuenta de que Europa tiene que emplearse a fondo con las energías renovables y mantener una dependencia mínima del petróleo, lo que ahorraría un montón de dinero a los contribuyentes.
Además, la generación local de la energía consumida favorecerá la creación de puestos de trabajo y, de paso, nos quedará una Europa libre de contaminación.
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