Tres seres llenos de amor de los cuales me enamoré desde ese instante y para siempre: mis papás y mi abuela.

A partir de allí inicié todo un proceso de crecimiento y maduración dentro de lo esperado para mi edad, gatee, caminé, corrí, en fin, viví. Fui al preescolar, pero allí ocurrió la primera cosa peculiar en mi vida: las maestras consideraron que con 5 años ya tenía habilidades y destrezas para un curso superior. Ellas me hicieron algunas pruebas. Yo sólo recuerdo jugar, pintar, recortar y cosas así delante de varias maestras, pero al parecer a ellas les resultó interesante, pues al culminar esas actividades, me encontré en un salón nuevo. Con uniforme nuevo. Con maestro nuevo. Compañeritos nuevos. Una vida nueva, de un día para otro. Había sido promovida a la escuela primaria en un tris.

Culminé mi escolaridad primaria, sin muchos amigos ni contratiempos. Siempre he sido algo solitaria, posiblemente por ser hija única. Pero me emocionaba la idea de poder ir al Liceo de mis sueños: la UE Moral y Luces. ¿Por qué tanto anhelo por estar allí? Porque en ese momento era la institución educativa cristiana más cercana a mi casa. Yo no era cristiana en ese momento, pero gustaba la idea de pertenecer a ese liceo. Tenían una muy buena biblioteca, yo amo los libros, también tenían coral y muchas cosas más que me gustaban. Fui feliz allí. Conocí personas maravillosas y también desastrosas, quienes me permitieron crecer y valorar tanto mi entorno como a mí misma.

El segundo cambio crucial para mi vida ocurrió aquí:

Mi papá sufrió un accidente laboral. A partir de allí no pudo volver a trabajar en empresas. Todo el proceso desde el momento del accidente hasta su recuperación, las batallas legales subsiguientes, los triunfos y también las derrotas, dejaron huellas en mí, aunque nunca he hablado de ello… hasta este momento. Ver a mi mamá y a mi abuela ayudando a mi papá hasta para las tareas más básicas. Yo misma asumiendo el cuidado de su salud, de su cuerpo, de sus estados de ánimo, siendo un adolescente un poquitín conflictiva, no fue tarea fácil. Mi frustración y mi rabia se filtraban en mi conducta de distintas maneras… ¿Por qué a mi papá? ¿Por qué a nosotros? ¿Por qué a mí? Preguntas que resonaban en mi interior sin respuesta alguna.

El tercer cambio significativo:

En medio de ese caos comprendí que aunque mis papás habían sufrido, aunque yo había sufrido, hubo alguien quien sufrió mucho más por mí. Él dio su vida en una cruz, derramó su sangre, murió, fue sepultado y resucitó al tercer día para darme salvación y vida eterna. Justo entonces comprendí que mi vida era algo más valioso que lo vivido hasta ese momento. Sí, desde mis 14 años soy cristiana.

Ya resumiendo para finalizar esta parte, puedo decirte que he entendido que todas las cosas que me han pasado hasta ahora han sido para mi bien. Me han fortalecido, me han hecho crecer y mejorar. A la fecha de hoy soy Docente, especialista en Lengua y Literatura (sí, mi amor por los libros es inquebrantable), también soy Psicólogo Clínico, atiendo a niños, jóvenes y adultos acompañándolos en sus procesos emocionales y soy maestra de clase bíblica.

Cómo llegué a la plataforma

Llega el COVID-19 a mi nación, con su estela de dolor, muerte y distanciamiento social. Todo en mi vida se paraliza. Mi trabajo como docente, cambia drásticamente: ya no tengo acceso a mis estudiantes adolescentes, ni a mis niños de clase bíblica. Mis consultas presenciales también deben detenerse. Ahora todo pasa a ser a distancia. Contacto remoto para garantizar la supervivencia de todos los que amo. Ya no puedo ni siquiera visitar a mi familia cercana. Sin embargo las obligaciones y los pagos continúa.¿ Qué puedo hacer? ¿Detenerme a llorar lo que he perdido? Pues sí. Hacer mi duelo, y luego proseguir hacia la meta. Cuando inicio una serie de proyectos para adecuarme a las nuevas tecnologías y realidades: abordo redes sociales con mi trabajo, en medio de este resurgir, un amigo me habla de su amigo, quien me habla de la plataforma, como un método alternativo para compartir mi trabajo, y de paso, con la posibilidad de obtener beneficios económicos.

La conocí, la exploré y aquí estoy... me inicié