Creo que pensamos mucho antes de hacer las cosas, el pensamiento puede ser un arma de doble filo, sobre todo si no sabemos encauzar los pensamientos adecuados que estén acorde a lo que buscamos, a lo que queremos, y mucho más si dejamos que sean las emociones las que dominen.
Por ejemplo, el miedo como emoción es algo que ha permitido que las civilizaciones ancestrales pudieran sobrevivir al no exponerse a peligros absurdos, aquellas situaciones en las que indiscutiblemente no sobrevivirían, pero como emoción en el presente, que puede que en algunos momentos nos ayude, es sin duda una de las que más limita nuestro crecimiento personal, es la principal causa, según lo veo, de que muchas personas al pasar el tiempo luego se vean en la necesidad de decir "si lo hubiera hecho..."
Pensamos mucho para hacer las cosas, evaluamos demasiado, lo que hace que en repetidas oportunidades pospongamos lo que quereos o incluso, con demasiada frecuencia, que no hagamos nada al final, porque a veces se pasa el tiempo con el que contamos, ese tiempo del que disponemos para tomar la decisión y decidimos dejarlo pasar, quizás inconscientemente, pero ocurre, y al final luego, cuando tomamos la determinación de hacerlo ya es tarde.
Esto aplica para muchas áreas en la vida, no sólo hablo de algún trabajo, algún negocio, incluso aplica para el ámbito personal, sentimental. En algunas oportunidades he podido tener conversaciones con amistades que me han dicho, me gustaba determinada persona, pero nunca me atrevía a decírselo, y ya se casó, tienen una bonita familia, eso suele pasar, con más frecuencia de lo que pensamos, pero no todos lo comentan, sólo quedan en silencio, contemplando lo que pudo ser y no fue.
Luego vienen los lamentos, en algunos, pero ya no pueden hacer nada más que pensarlo, y lo lógico sería que no les volviera a pasar lo mismo, que no cometan el mismo error de no actuar cuando debían hacerlo, de pensar demasiado las cosas, de irse al futuro -mentalmente- y verse con dificultades, llenándose de miedos, que no le llevaron a nada, eso si es muy malo, realmente muy malo.
He aprendido mucho de estas personas que o se han atrevido, sobre todo me ha servido de espejo porque también he pasado por esas etapas de "si lo hubiera hecho", y he sido cauteloso para no volver a caer en lo mismo, porque de nada sirve, es mejor equivocarse al intentarlo que luego ponerse a pensar en lo que pudo ser y no fue.
