Cuando un individuo se encuentra entre la edad de 0 hasta 11 años de edad, a eso se le llama infancia. Esta es una de las etapas más hermosas de un ser humano ya que es donde el niño(a) va adquiriendo conocimientos como en ningún otro momento de su vida.
Cada 1 de junio se celebra el Día de la Infancia, fecha acordada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1956 con la finalidad de promover actividades que involucren a los niños.
El desarrollo tanto físico, emocional y social de un niño es de suma importancia para un buen desarrollo a nivel general, esto es lo que definirá la calidad de vida que llevará de adulto, Por eso la importancia de una infancia llena de afectos y sentimientos positivos.
En el mundo entero existe un gran número de infantes carentes de afectos, lo que los lleva muchas veces a elegir la manera más fácil para abastecer sus necesidades.
A mi parecer, la infancia es el más bello tesoro que enriquece nuestras almas y eso lo conseguimos por medio de los recuerdos que permanecen en nuestra mente. Parece mentira que con el pasar de los años podamos recordar vivencias de cuando fuimos niños, a menudo converso con una de mis hermanas y recordamos anécdotas; así revivimos momentos felices e inolvidables de nuestra niñez.
De la misma manera que vivimos nuestra niñez, gracias a nuestros padres; pues así hemos cooperado para que nuestros hijos tengan una infancia feliz empleando el mayor tiempo posible en ellos y brindándoles todo el apoyo posible y haciéndoles sentir lo importante que son para nosotros.
Recuerdo mi infancia y a pesar de ser una familia numerosa donde somos 6 hermanos, entre hembras y varones; el único sustento para nuestro hogar era el de mi padre pues no nos faltó nada, en mi casa mi mamá fue la que ponía mano dura y mi papá el amoroso y comprensible. Yo la más pequeña de todos y por supuesto consentida, todas las tardes papá se sentaba en la puerta de la casa yo sentada en sus piernas y él contándome los cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo, de vez en cuando me cantaba canciones; pero lo que más me gustaban eran los cuentos, extraño mi niñez esa época tan hermosa donde todo era felicidad, inocencia y sueños.
Creo que muy dentro de mi aún existe la niña que algunas veces quiere jugar y escuchar los cuentos de papá sentarme en sus piernas y sentir que me abraza y protege.
Las fotografìas son de mi propiedad, tomadas con diferentes dispositivos