El día del adiós | Relato

"Entre respiro y respiro la vida pasa, dejando solo lo vivido en cada bocanada."

Photo by Timon Studler on Unsplash

Las luces se apagaron y todo quedó en la penumbra y el silencio absoluto. Eduardo apretó los ojos y volvió a abrirlos queriendo adaptar su visión a las tinieblas, pero no logró ver nada hasta que una puerta se abrió mostrando tras ella un brillante resplandor que sin embargo no entraba en la habitación. Una silueta emergió de ella, como quien atraviesa un velo, y avanzó hasta su cama.

Eduardo en medio de su temor y confusión balbuceó unas palabras que a duras penas se podían entender. ¿Vienes por mí? ¿quién eres? ¿acaso eres Dios?

- ¿Me esperabas acaso? Levántate y acompáñame.

La silueta extendió su mano y lo ayudó a descender de la alta cama y juntos atravesaron el portal.

Todos los días le escribía a quien en ese momento consideraba su único amigo.

“Muy buenos días, ya a 16 días del fin de año miocarissimo amigo: ¡Todo mi aprecio para ti!”

Este fue el último mensaje que le escribió la mañana del 15 de diciembre y no escribió nuevamente en la noche, como de costumbre, porque sentía su cuerpo pesado y aletargado. Se recostó en su almohada pensando en cuándo volvería a ver a sus hijas y así se quedó dormido.

Un fuerte dolor en el pecho lo despertó, rayando la mañana. Siendo él un experimentado médico, reconoció inmediatamente que estaba sufriendo un infartó y se apresuró a arreglarse como pudo y salió a tomar un carro para la clínica donde estaba asegurado. Al llegar, fue ingresado a la sala de emergencias, donde se fueron apagando sus signos vitales. Luego de varios intentos por estabilizarlo, se detuvo su corazón.

- Buen hombre, sé que hubieras querido hacer muchas cosas más y que habrías querido despedirte de seres especiales en tu vida, pero tu tiempo ha caducado, dijo la silueta mientras avanzaban por el espacio de luz.

- Siéntete satisfecho de haber cumplido tu misión; impartiste educación, ayudaste a restablecer la salud de muchos niños, te esmeraste por ser un buen padre –y vaya que fuiste un padre prolífico– además de ser un buen amigo. Es momento de evolucionar y avanzar.

Eduardo miró hacia atrás, pero ya la puerta había desaparecido. Extendió su mano en un lento vaivén mientras su mente decía ¡adiós!

--Texto de mi autoría E.Rivera--

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Composición "Alexander” by eliezerfloyd

HOMENAJE PÓSTUMO

ALEXANDER EDUARDO VÁSQUEZ COLINA
12/05/1946 – 16/12/2020 †
Médico Cirujano Pediatra
Venezuela – Barquisimeto

Querido amigo, mis planes para traerte de vuelta a Acarigua, la tierra que tanto amabas, quedaron en el aire con la triste noticia de tu partida. No pudimos despedirnos en la tercera, pero en la cuarta dimensión te abrazo, y con mis mejores deseos de evolución y desarrollo espiritual, también te digo ¡adiós!

Veinticinco años de amistad fueron bastantes para compartir contigo tus triunfos y tus alegrías, pero también tus tristezas y tus pesares. En ti confié la salud de mi beba que ya es toda una mujer, y que te recordará por siempre.

Elévate, no te detengas ni mires el camino recorrido; más bien proyéctate hacia tu destino, ahora como un ser de luz.

Siempre presente y entregado a nuestra amistad, me despido con tu acostumbrada frase:

“¡Miocarissimo y dilecto amigo… un fuerte y sincero abrazo en la distancia!”

También fue dedicado a él, el relato “Otro día más”


Fuente: Composición "Alexander" hecho en Desygner
Marco: https://pixabay.com/es/illustrations/marco-marco-de-fotos-muro-yeso-928204/

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