¡Hola! es un gusto compartir con todos un poco de mí y de lo que hago. Les cuento un poco:
¿Sabían que el 15 de diciembre del año 1996 fue domingo? sino lo sabían, les puedo asegurar que así fue, ese día nací en una pequeña parte de Venezuela llamada San Felipe en el estado Yaracuy:
Allí comenzó mi travesía por la vida sin siquiera saberlo en aquel entonces.
He tenido excelentes guías muy buenos de los cuales no tengo la menor queja, me han soportado, educado y, sobre todo; amado con mucha entrega, seguro ya sospechan que se trata de mis padres; además, me regalaron dos hermanos menores, haciéndome el mayor (de franela vinotinto):
Crecí rodeado de costumbres sanas y disfrutando de las navidades familiares como todo niño anhelante de sus juguetes y los fuegos artificiales.
A los 13 años, mientras cursaba el catecismo, se abrió un curso para aprender a tocar guitarra en la iglesia, así que lo tomé, lo cual fue mi primera experiencia con la música y esto me ha formado gran parte de mi vida, tanto que continúo haciendo música para Dios:
Aquí, una foto tocando en una misa, sin saber que me la tomarían.
Allí duré tocando y aprendiendo canciones durante 3 años y, a los 16 me propuse a expandir mis conocimientos por lo cual inicié en el conservatorio de la ciudad.
Recuerdo que me inscribí en guitarra y la recepcionista me preguntó si deseaba tocar algún instrumento adicional. Me sugirió tocar uno de viento, entre los cuales decidí el oboe, pero debo confesar que fue una de esas decisiones que a veces se toman solo por curiosidad y terminan convirtiéndose en experiencias increíbles, les digo esto por qué en aquel entonces no tenía la mínima idea de que era un oboe:
"Cabe destacar que un oboe es un instrumento de la familia de los viento madera de doble lengüeta.”
A través de este maravilloso instrumento conocí el mundo de la música orquestal y comencé a sentir gran pasión por ella.
Tras la graduación del colegio, había pensado en tomar la carrera de matemáticas en una universidad fuera de la ciudad, todo iba bien, menos que debía dejar de tocar en la orquesta ya hacer a un lado la música como eje principal de mi vida, pero no tenía mucha elección, ya había obtenido el cupo y decidí probar con el curso introductorio de la carrera.
Estaría al menos una semana fuera de casa, así que decidí llevarme mi guitarra y unas hojas con pentagramas dibujados. para mi sorpresa fue que estando en las charlas para conocer el instituto, surgió de mi una composición muy sencilla pero realmente inspiradora, la cual fue el motivo final para darme cuenta que mi vida estaba destinada para entregarla ser músico. Renuncié a la carrera y volví a mi ciudad.
Al llegar, me dediqué a profundizar en mis estudios musicales, enfocado en la composición, y vi los frutos de mi esfuerzo a un año de esta dedicación, pues compuse un poema sinfónico para orquesta, dedicado a mi novia de ese momento, al cual llamé “Las Tardeadas”, en su momento lo escucharán, ya que aún no ha sido estrenada.
La música me ha brindado grandes experiencias y grandes amistades las cuales llegan a sentirse como familia, además de una increíble sensación de hacer lo que se ama y muchas fuerzas para seguir adelante, por lo cual, si volviera a nacer, sin duda alguna volvería a ser músico.
Tras el transcurrir del tiempo me he dedicado a la enseñanza musical, y, a la ejecución de la música popular y orquestal, así como al arreglo y la transcripción. Actualmente tengo 23 años y deseoso por compartir mi trabajo con ustedes.
Espero les haya gustado mi historia ¡Saludos a todos!