Lamentablemente, ese estrés no termina hasta que logramos las metas u objetivos que nos hemos establecido. Sea por exigencias propias o de otras personas, debemos terminar lo que empezamos. Dejamos de lado muchas cosas, debemos calmarnos un poco en medio de esa bola gigante de estrés que parece atropellarnos y todo para poder culminar lo que hemos comenzado. Afortunadamente, todo en esta vida es temporal y por eso debemos evitar que ese estrés se vuelva costumbre o algo prolongado. Pero, qué pasa cuando por ciertas situaciones que se escapan de nuestras manos, el estrés forma parte inevitable de nuestra vida?, como vivir con el sin morir en el intento?.

Si la universidad fue estresante, la vida misma lo puede ser aún más, y sí, viví momentos de mucho estrés en el trabajo, solo que fueron momentos de carácter temporal que se mezclaban con mi vida personal, como cuando mi madre se enfermó de alzhéimer y estuvo en cama durante 5 años. Los primeros 3 años de su enfermedad fueron muy estresantes porque nos cambió la vida, además estábamos obligados a entender los inicios de los síntomas de la enfermedad, acostumbrarnos a algo nuevo. Luego cuando cayó en cama, todo se complicó, era una persona 100% dependiente. Además de atenderla, había que sumarle mi actividad laboral, atender la casa, hacer mercado y muchos otros etcéteras.

No era nada fácil, la aparición del estrés era inminente, una cosa de locos, también estaba estresada en el trabajo, era como una pesadilla. Sin embargo, durante esos largos 8 años que mi madre estuvo enferma, tuvimos que aprender a manejar el estrés. Mi padre y yo éramos los cuidadores principales, así que nos tomábamos un respiro para descansar y liberar el estrés. Nos turnábamos, nos íbamos de viaje, él primero y yo después, la idea era desconectarnos un poco de aquella situación, era justo y necesario, por supuesto que funcionaba. También había momentos de compartir con amigos y familia, nunca íbamos juntos porque no se podía.