La profundidad en la fotografía no solo se refiere a la distancia física o la nitidez de los elementos; es también una metáfora de la profundidad emocional y espiritual que el fotógrafo busca transmitir. En esta imagen, la profundidad se manifiesta en la contemplación solitaria de la figura contra la vastedad del paisaje, evocando reflexiones sobre la existencia y nuestra conexión con la naturaleza