Hoy reflexiono sobre lo que fue un día productivo pero inesperado, la agenda puede cambiar en un instante, y comprendí que nada está completamente fijo. Sin embargo, también supe que, aunque el día traiga sorpresas, podemos exigirnos dar el máximo.
Ese día comenzó temprano, desperté a las 5 am con una estructura en mente y muchas cosas por hacer., viajé dos veces a una localidad cercana, apoyando a una gestión familiar, y prácticamente pasé el día en carretera :-). Aunque llovió mucho, buscamos la manera de seguir adelante, adaptándonos a lo que el día traía, comimos en el camino y, a pesar de los contratiempos, logramos cumplir el objetivo.
Al final de esa jornada, cuando volví a casa, aún estaba lloviznando, entré a la panadería cerca y me pedí este chocolate caliente y me sentí increíblemente contenta por haber dado todo lo que pude ese día; a veces, lo más importante no es la perfección, sino la dedicación y el esfuerzo que pones, incluso cuando las circunstancias no son ideales, y el premio es lograr el objetivo. Es en esos momentos cuando más te das cuenta, y sobre todo te recuerdas de lo que eres capaz de lograr.
Sam.