Spanish:
Un Viaje de Amor y Aprendizaje:
Hoy quiero compartir algo profundo y personal sobre mi vida, sobre el padre de mi hija, mi pequeña Camila, y sobre mí. A veces, la vida nos lleva por caminos inesperados, y aunque técnicamente él y yo ya no somos pareja, nuestras vidas siguen entrelazadas de una forma que va más allá de lo que a simple vista se puede ver.
Desde que llegó Camila, hemos enfrentado retos y alegrías juntos. Desde los días en que sus risas llenaban nuestro hogar hasta las noches en las que nos cuestionamos las decisiones que tomamos. Aunque la línea que nos separa sea difusa, hay algo innegable: el amor que sentimos por nuestra hija nos une, nos motiva a seguir adelante. Él ha hecho un gran esfuerzo por estar presente en la vida de Camila, y aunque a veces está complicado, su deseo de ser un buen padre es evidente.
A menudo reflexiono sobre nuestras trayectorias. Creo firmemente que he tenido oportunidades que quizás él no ha experimentado. Siento que he sido bendecida de muchas maneras que a veces él no logra ver. Sin embargo, eso no significa que no pueda aprender de su perspectiva. Las diferencias siempre han estado presentes, pero son esas diferencias las que nos enseñan a crecer y a buscar un entendimiento más profundo entre nosotros.
Entiendo que no se puede obligar a alguien a querer o apreciar algo en particular. El amor y la conexión genuina deben nacer desde el interior. Pero mi deseo es que él pueda descubrir que hay mejores cosas en la vida a las que realmente se puede aspirar. No solo por él, sino también por Camila, quien merece experimentar el amor y la alegría de tener a ambos padres trabajando codo a codo. Hay tanta belleza en la colaboración, en construir un equipo que se guía por el bienestar de nuestra pequeña. Juntos, somos capaces de lograr mucho más de lo que podríamos alcanzar por separado.
A veces, me encuentro en esos momentos de duda, preguntándome si realmente estamos haciendo lo correcto. Pero en medio de esas incertidumbres, siempre hay una luz que brilla: el amor puro que sentimos por Camila. Ella es nuestra motivación, nuestra razón de ser. Su risa nos recuerda que, a pesar de las complicaciones, hay algo más grande que nos une. Nos enseña a ser mejores, a esforzarnos más y a dejar a un lado el orgullo para trabajar en pro de su felicidad.
En este momento, mi oración es sencilla: que las cosas se vayan dando naturalmente, por el bien de nuestra unión como familia. Que podamos seguir aprendiendo el uno del otro, creciendo juntos, y que cada paso que demos sea con paciencia y mucho amor. Quiero que sepamos apreciar los momentos, tanto los buenos como los desafiantes, porque todos ellos tienen algo que enseñarnos.
Hoy, mi corazón está lleno de esperanza. Espero que podamos encontrar la manera de construir un puente sólido entre nosotros, un espacio en el que Camila pueda florecer, rodeada de amor y comprensión. Con fe y ternura, estoy segura de que podemos crear un futuro mejor, donde cada uno de nosotros aporte lo mejor de sí mismo por el bienestar de nuestra niña.
Gracias por ser parte de este viaje. Mi deseo es que sigamos aprendiendo, creciendo, y por encima de todo, amando. Porque al final del día, ese amor es lo que realmente importa. Camila es nuestra mayor bendición y siempre será el faro que nos guíe.
English:
A Journey of Love and Learning
Today I want to share something profound and personal about my life, about the father of my daughter, my little Camila, and about me. Sometimes, life takes us down unexpected paths, and even though he and I are technically no longer a couple, our lives are still intertwined in a way that goes beyond what the naked eye can see.
Since Camila arrived, we have faced challenges and joys together. From the days when her laughter filled our home to the nights when we questioned the decisions we made. Although the line that separates us is blurred, there is something undeniable: the love we feel for our daughter unites us, motivates us to move forward. He has made a great effort to be present in Camila's life, and although it is sometimes complicated, his desire to be a good father is evident.
I often reflect on our trajectories. I firmly believe that I have had opportunities that he may not have experienced. I feel that I have been blessed in many ways that he sometimes fails to see. However, that doesn't mean I can't learn from his perspective. Differences have always been present, but it is those differences that teach us to grow and seek a deeper understanding of each other.
I understand that you cannot force someone to love or appreciate something in particular. Genuine love and connection must be born from within. But my wish is that he can discover that there are better things in life to truly aspire to. Not just for him, but also for Camila, who deserves to experience the love and joy of having both parents working side by side. There is so much beauty in collaboration, in building a team that is guided by the well-being of our little girl. Together, we are able to accomplish so much more than we could separately.
Sometimes, I find myself in those moments of doubt, wondering if we are really doing the right thing. But in the midst of those uncertainties, there is always one light that shines: the pure love we feel for Camila. She is our motivation, our raison d'être. Her laughter reminds us that, despite the complications, there is something greater that unites us. She teaches us to be better, to try harder and to put aside our pride to work for her happiness.