Conocer nuevos lugares es una de las cosas que me encantan, maravillarme con un nuevo espacio, paisajes, ambientes. Hace mucho tiempo escuché de ese lugar llamado Clarines, que forma parte de un rincón de Anzoategui, el cual tiene conexión con la carretera nacional y por dónde pasas cada vez que viajas desde oriente a la capital, sin embargo, no había decidido conocerlo hasta qué me topé con el amor, y sí, que casualidad que es de esa ciudad.
Fué hasta después de tres años de relación que decidimos ir a visitar a su familia y compartir (ya era hora de conocerlos personalmente), aunado a eso, para mí también contaba como la primera visita a la localidad, obviamente quería conocer cada detalle de ella, el estilo de vida, ¡SÍ, EL ESTILO DE VIDA! Porque cada región tiene sus costumbres, su cultura, una forma de hablar y porsupuesto de vivir. Por ejemplo, el dulce de leche es algo que la caracteriza, la iglesia con una gran historia y un alrededor muy llamativo, sin dejar a un lado los atardeceres hermosos que ofrece.