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El cazabe
El cazabe es un pan ácimo ancestral que había comido pocas veces en Venezuela, no tenía idea de cómo se preparaba hasta que estuve en La Rompida, una comunidad indígena Kurripaca ubicada en las cuencas del río Inírida, en el departamento del Guainía, Colombia.
Allí supe que la yuca amarga la remojan en agua, luego raspan su cáscara con un rallo de madera dentado con piedrecillas afiladas o astillas de hueso, incrustadas y pegadas con resina.
Una vez rallada la echan en un sebucán, especie de colador hecho de hojas de palma entretejidas, al que amarran por cada punta de un árbol hasta que quede prensado y eso hace que la yuca bote todo el veneno.
Cuando la masa está sin veneno se echa en un caldero para ser depurada y de allí, las manos expertas de las mujeres tiran la masa en una budare caliente.
La práctica les ha enseñado la cantidad que deben echar para que todos queden del mismo diámetro, del mismo grosor y para voltearlo justo antes de que se queme por un lado.
También supe que los restos que sobran al darle la forma de circunferencia al pan lo embolsan y lo venden como "mañoco", bueno para espesar caldos de pescado o para preparar "yucuta".
Cuando llegué a Inírida no sabía comer ninguno de esos alimentos, después no podía comer sin ellos, por eso estas fotos significan mucho para mí; son el testimonio de la gastronomía indígena, son el recuerdo de una experiencia porque fueron parte de mis alegrías en medio de mis tristeza de inmigrante.
