La historia de mi crecimiento como emprendedor digital es un viaje que refleja no solo mi crecimiento personal, sino también el impacto que el aprendizaje constante ha tenido en mi vida.
Desde mis primeros pasos con un celular hasta convertirme en un creador de contenido activo, cada etapa ha sido un aprendizaje constante. Hoy quiero compartir contigo esta experiencia, con la esperanza de que te inspire a seguir adelante en tu propio camino.
2018
Recuerdo claramente que mi primer celular con conexión a Internet llegó a mis manos cuando tenía 33 años. Antes de eso, mis interacciones digitales eran limitadas. Solía buscar conexión en los "Parques WiFi", donde nos congregábamos alrededor de un router, como si se tratara de un tesoro.
La emoción de conectarme mezclada con el miedo a perder esa misma conexión hacía que cada sesión fuera una descarga de adrenalina. Pasaba horas descargando videos de YouTube, casi paralizado ante el indicador de descarga, temeroso de que cualquier movimiento pudiera interrumpir el proceso.
En ese entonces, no tenía redes sociales más allá de Facebook, y aunque disfrutaba de ver lo que compartían mis amigos, había un deseo creciente en mí: quería contar mis propias historias y compartirlas con el mundo. Sin embargo, esa necesidad estaba acompañada por una sensación de inseguridad; me preguntaba si realmente había alguien al otro lado de la pantalla interesado en lo que tenía que decir.
2020
En 2020, decidí dar el salto y empezar a navegar por Internet de manera más activa. Sin embargo, esa primera experiencia fue abrumadora. La cantidad de información y la velocidad con la que se movían las cosas me hicieron sentir como un pez fuera del agua. Observaba a otros interactuar con confianza y conocimiento, mientras yo luchaba por entender cómo funcionaban las cosas.
La falta de apoyo y guía me llevó a una especie de aislamiento digital. No sabía a quién preguntar ni cómo buscar ayuda sin caer en estafas. Me sentía incapaz y temía cometer errores que pudieran costarme dinero o tiempo.
Demasiado temeroso para preguntar online y que me estafaran el dinero que no tenía, empecé a perder las esperanzas de hacer que esto funcionara para mí.
Pero estaba equivocado. Solo me faltaba conocimiento. Y estaba solo.
Diciembre de 2021
Este mes marcó un punto de inflexión en mi vida digital. Después de mucho investigar y aprender por mi cuenta, descubrí una plataforma de criptomonedas (blockchain) llamada Hive! Enseguida comencé a crear contenido en ella.
La curva de aprendizaje aquí es muy empinada, la comparo solo a los días en que estudiaba Psicología en la universidad. Pero había algo diferente esta vez: estaba creando contenido y ganando dinero por ello.
La sensación era increíble. Publicar mis ideas y recibir retroalimentación positiva me hizo sentir conectado con otros. Había gente del otro lado de la pantalla que me leía. Por primera vez, comprendí que había personas dispuestas a escucharme y valorar lo que tenía para ofrecer.
Agosto de 2023
Avanzando rápido en el camino hasta agosto de 2023: decidí expandir mi presencia digital creando contenido en LinkedIn. Hasta ese momento, había estado explorando y aprendiendo en otras plataformas, pero sentía que LinkedIn ofrecía una oportunidad única para conectar con profesionales y compartir mis experiencias de manera más significativa.
La motivación para dar este salto no fue solo la búsqueda de nuevos seguidores o clientes. Era un deseo genuino de formar parte de una comunidad más amplia, donde pudiera aprender y compartir con personas que tenían intereses similares.
Me uní a un pequeño grupo de WhatsApp con personas diversas pero con un objetivo común: hacer del trabajo freelance una forma sostenible de vida. De repente descubrí que no estaba solo en esta búsqueda. Cada miembro del grupo traía consigo una historia, un conjunto de habilidades y una visión única sobre el emprendimiento digital.
Este entorno colaborativo me dio la confianza necesaria para empezar a experimentar con el contenido que quería crear. No solo se trataba de publicar por publicar; era una oportunidad para aportar valor y conectar con otros que estaban buscando ayuda y recibir valor con los contenidos.
Al principio, mis publicaciones eran simples reflexiones sobre mis experiencias y aprendizajes. Sin embargo, a medida que fui recibiendo retroalimentación positiva, comencé a compartir consejos prácticos sobre cómo escribir en Internet, estrategias para mejorar la productividad y reflexiones sobre el crecimiento personal.
La clave aquí fue la constancia. Publicar regularmente me permitió mantenerme presente en la mente de mis seguidores, y poco a poco, empecé a notar un crecimiento orgánico en mi perfil. Mis publicaciones comenzaron a generar más interacciones; las impresiones y los comentarios se multiplicaron.
1 año y 2 meses después, momento actual:
En poco más de un año desde entonces, he acumulado casi 2000 seguidores en mi perfil y más de 1000 suscriptores en mi newsletter.
Las más de 200,000 impresiones que he acumulado durante este tiempo son testimonio del impacto que puede tener una estrategia bien ejecutada y el valor que puedes aportar a tu comunidad.
Aunque estos números pueden parecer modestos comparados con los grandes creadores, para mí representan un logro significativo considerando que hace solo seis años me sentía abrumado por la idea de publicar una simple foto en Facebook.
Aquel grupo de Whatsapp de apenas 12 miembros evolucionó hasta convertirse en una pequeña agencia de marketing digital. Si me lo hubiesen dicho al principio, no lo hubiera creído.
Reflexiones sobre mi camino
Lo más importante que he aprendido es que no existe un secreto mágico para alcanzar los objetivos; se trata simplemente de constancia y esfuerzo. La comunidad juega un papel crucial; rodearte de personas con objetivos similares puede marcar la diferencia entre el estancamiento y el crecimiento.
Si alguna vez te sientes incapaz o estás listo para rendirte, no lo hagas, recuerda que solo necesitas dos cosas:
- Más información.
- Encuentra tu comunidad.
Lo primero, para que te des cuenta el camino que tienes que recorrer. Lo segundo, para que no tengas que recorrerlo solo/a.
Esta es mi historia, ahora quiero conocer cuál es la tuya.
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English
The story of my growth as a digital entrepreneur is a journey that reflects not only my personal growth, but also the impact that constant learning has had on my life.
From my first steps with a mobile phone to becoming an active content creator, each stage has been a constant learning experience. Today I want to share this experience with you, in the hope that it will inspire you to move forward on your own journey.
2018
I distinctly remember my first internet-enabled mobile phone coming into my hands when I was 33 years old. Before that, my digital interactions were limited. I used to seek connection at ‘WiFi Parks’, where we would congregate around a router, as if it were a treasure trove.
The thrill of connecting mixed with the fear of losing that same connection made every session an adrenaline rush. I would spend hours downloading YouTube videos, almost paralysed by the download indicator, fearful that any movement would interrupt the process.
At the time, I had no social networks beyond Facebook, and although I enjoyed seeing what my friends shared, there was a growing desire in me: I wanted to tell my own stories and share them with the world. However, that need was accompanied by a sense of insecurity; I wondered if there was really anyone on the other side of the screen interested in what I had to say.
2020
In 2020, I decided to take the leap and start surfing the Internet more actively. However, that first experience was overwhelming. The amount of information and the speed at which things moved made me feel like a fish out of water. I watched others interact with confidence and knowledge, while I struggled to understand how things worked.
The lack of support and guidance led me into a kind of digital isolation. I didn't know who to ask or how to seek help without falling for scams. I felt helpless and afraid of making mistakes that could cost me money or time.
Too afraid to ask online and get scammed out of money I didn't have, I began to lose hope of making this work for me.
But I was wrong. I just lacked knowledge. And I was alone.
December 2021
This month marked a turning point in my digital life. After a lot of research and learning on my own, I discovered a cryptocurrency (blockchain) platform called Hive! I immediately started creating content on it.
The learning curve here is very steep, I compare it only to the days when I was studying psychology at university. But there was something different this time: I was creating content and earning money for it.
The feeling was amazing. Publishing my ideas and receiving positive feedback made me feel connected to others. There were people on the other side of the screen reading me. For the first time, I understood that people were willing to listen to me and value what I had to offer.
August 2023
Fast forward to August 2023: I decided to expand my digital presence by creating content on LinkedIn. Up to this point, I had been exploring and learning on other platforms, but I felt LinkedIn offered a unique opportunity to connect with professionals and share my experiences in a more meaningful way.
The motivation for making this leap was not just the search for new followers or clients. It was a genuine desire to be part of a wider community, where I could learn and share with people who had similar interests.
I joined a small WhatsApp group of diverse people with a common goal: to make freelancing a sustainable way of life. I suddenly discovered that I was not alone in this quest. Each group member brought with them a story, a skill set and a unique vision of digital entrepreneurship.
This collaborative environment gave me the confidence to start experimenting with the content I wanted to create. It wasn't just about posting for the sake of posting; it was an opportunity to provide value and connect with others who were looking for help and receive value from the content.
At first, my posts were simple reflections on my experiences and learnings. However, as I received positive feedback, I began to share practical tips on how to write online, strategies for improving productivity and reflections on personal growth.
The key here was consistency. Posting regularly allowed me to stay present in the minds of my followers, and little by little, I started to notice organic growth in my profile. My posts started to generate more interactions, and impressions and comments multiplied.
1 year and 2 months later, now:
In just over a year since then, I have accumulated almost 2000 followers on my profile and over 1000 subscribers to my newsletter.
The 200,000+ impressions I've accumulated during this time are testament to the impact a well-executed strategy can have and the value you can bring to your community.
While these numbers may seem modest compared to the big creators, they represent a significant achievement for me, considering that just six years ago, I was overwhelmed by the idea of posting a simple photo on Facebook.
That Whatsapp group of just 12 members evolved into a small digital marketing agency. If you had told me at the beginning, I wouldn't have believed it.
Reflections on my journey
The most important thing I've learned is that there is no magic secret to achieving goals; it's simply about constancy and effort. Community plays a crucial role; surrounding yourself with people with similar goals can make the difference between stagnation and growth.
If you ever feel incapable or ready to give up, don't, remember that you only need two things:
- **More information.
- **Find your community.
First, so that you realise how far you have to go. Secondly, so that you don't have to walk it alone.
This is my story, now I want to know what yours is.
You can create a daily writing habit while maintaining a business, taking care of your body and having free time to enjoy time with your family.
You just need a system that allows you to gain one thing: Clarity.
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