Musas (narrativa) [ES-EN]

Hace un tiempo que no tengo ganas de escribir, la sequía me ha durado meses. Me he forzado periódicamente a escribir algo aunque sea vanal, como ahora, porque esto de que la musa no venga ni llamándola cuando tu editor y tu economía te presionan puede ser frustrante. O no, ya me empieza a dar lo mismo.

Siete meses ya, ¿siete? Desde noviembre sí, si contamos desde el 3 de noviembre son siete meses y dieciséis días.

Recuerdo bien esa mañana lejana cuándo Calíope y Erató me visitaron, quizás para probar cuál de las dos tenía más fuerza o me seducía mejor. Para mí resultaban idénticas, el mismo pelo rojo, idéntica epidermis clara donde la ropa la cubre y bronceada las zonas expuestas al sol, las mismas chapitas pequeñas y redondas que conforman sus nalgas y prominentes pechos. Nunca me di cuenta cuando cambiaba una con otra, para mi eran la misma y como tal exprimí cada momento haciéndoles el amor. Orgasmos que se sucedían en forma de letras, cuentos, relatos y poemas. Dos musas diferentes en un mismo cuerpo; dominante, intesa, épica una; lírica, amorosa, gentil la otra.

Escribí, escribí, escribí, hasta que se gastaron las tintas, hasta que las tuve que despedir mirando sus ojos café abordando el vagón del tren. No las pude acompañar, dos musas que para mí eran una sola mujer. Lo más seguro es que por eso no han vuelto, porque todos queremos ser vistos, no siempre puedes sentirte dividido ni aceptar la mitad del amor que anhelas. Ellas eran dos y solo vi una.

La maestría fingida puede producir una maestría efectiva, no sé si lo leí en algun lugar o lo deduje. De niño en las noches de insomnio aparentaba que dormía hasta que lo lograba. Ahora ante el papel en blanco simulo que regresan mas quien se manifiesta es Lete para darme de beber agua del río Ameles.

Ambas imágenes fueron creadas por mí con Bing bajo el prompt:

Mujer pelirroja de piel trigueña el pelo le cubre el rostro está vestida con una túnica blanca

English Version

I haven't felt like writing for a while, the drought has lasted for months. I have periodically forced myself to write something even if it is vain, like now, because the fact that the muse does not even come calling when your editor and your finances pressure you can be frustrating. Or not, it's starting to make the same difference to me.

Seven months now, seven?*
Since November yes, if we count from November 3rd it is seven months and sixteen days.

I remember well that distant morning when Calíope and Erató visited me, perhaps to test which of the two had more strength or seduced me better.To me they looked identical, the same red hair, identical light skin where the clothing covers it and tanned areas exposed to the sun, the same small, round plates that make up their buttocks and prominent breasts. I never realized when one changed with another, for me they were the same and as such I squeezed every moment making love to them. Orgasms that occurred in the form of letters, stories, stories and poems. Two different muses in the same body; dominant, intense, epic one; lyrical, loving, gentle the other.

I wrote, I wrote, I wrote, until the ink ran out, until I had to say goodbye looking into her brown eyes as she boarded the train car. I couldn't accompany them, two muses who for me were one woman. Most likely that's why they haven't come back, because we all want to be seen, you can't always feel divided or accept half the love you crave. There were two of them and I only saw one.

Feigned mastery can produce effective mastery, I don't know if I read it somewhere or deduced it. As a child, on sleepless nights he would pretend that she slept until she did. Now, in front of the blank paper, I pretend that they are returning, but the one who shows up is Lethe to give me water to drink from the Ameles River.

Both images were created by me with Bing under the prompt:

Red-haired woman with brown skin hair covering her face, she is dressed with a white robe