Desde que venimos a este mundo, venimos con el don del agradecimiento lo cual se va fomentando con el paso del tiempo, desde pequeños nos inculcar a dar las gracias por las cosas recibidas o retribuidas, desde ese instante aprendemos a agradecer, pero muchas veces solo lo hacemos por lo superficial, o las cosas que nos pasa en el momento, pero no nos paramos agradecer todos los días al levantarnos por nuestra vida, en eso también radica el amor propio de las personas. El amor propio tiene mucha relación con el agradecimiento ya que cuando agradecemos nuestra vida toma un giro diferente y vemos las cosas desde otro punto de vida, también aprendemos a agradecer por las grandes y pequeñas cosas de la vida, todo se vuelve positivo y nuestra energía cambia a mejor.

En la vida debemos agradecer por todo, principalmente por tener una vida saludable, un motivo de vivir y por ser quienes somos, además de estar donde estamos, así estemos bien o mal, debemos agradecer, porque no sabemos cómo están los otros, esto es solo parte de la pequeña carga que Dios nos pone para soportar, es por eso que en lo personal agradezco por mi vida, por mi salud, por mis estudios, mis padres, mis amigos, lo que soy y lo que tengo, agradezco tener un cuerpo completo y que cada sentido este en su sano juicio y posición, agradezco el trabajo y la comida, la lluvia y el sol, porque todo tiene una razón de ser, debemos agradecer hasta cuando las cosas no vayan bien en la vida.