Edgar Morin
Caer, levantarse.
El día, la noche.
El invierno y la primavera...
Vivimos en constantes bucles: Todo lo que tenemos, alguna vez ha de perderse. Y todo lo que perdemos, de alguna forma regresa a nosotros.
Somos ciclos perennes. Somos historias que nacen sobre sus cierres.
No hay coincidencias en este mundo, porque todo es el resultado de alguna acción propia o ajena. Deliberada o involuntaria del pasado.
Y nos enseña a llorar por la pérdida. Aún cuando esta incluso es transitoria.
Somos dos cuerpos atrapados en el medio del bucle
Que se abre y cierra frente a nuestros ojos, mientras aprovechamos la durabilidad de este.
Pues a pesar de vivirlo desde el inicio de los tiempos, desconocemos por cuanto será.
Pero aquel detalle resulta intrascendente: Porque lo que tenemos por seguro es que, de cualquier manera, tu me encontrarás y yo haré lo propio contigo. Estamos en una tácita e inconsciente búsqueda por lo que nos hace sentir completos, y la única manera de lograrlo es cuando vencemos la soledad para acompañarnos de nuevo.
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