RECLUTAMIENTO ii
La frente de Johnny rápidamente se llenó de sudor, los nervios y las situaciones estresantes le hacían sudar a cántaros. Miles de preguntas llegaron a su cabeza: «¿Estaba Amanda viva todo este tiempo? ¿Qué hacía ella en mi cabaña? ¿Qué tal si es un vil intento de Origo por hacerme disuadir de mi plan?». Sólo otro comentario de Amanda lograría sacar al hechicero de su inoportuna introspección:
—Es muy bonita… —Se paseaba la morena por los sillones de la pequeña sala de estar— Tu cabaña, hablo de tu pequeño y cálido hogar.
—G-gracias —tartamudeó Johnny, sintiendo que su garganta se secaba súbitamente, algo en el tono de Amanda no le daba buena espina.
—Tenía muchísimo tiempo sin saber de ti, mi pequeño —Amanda arrastraba cada palabra, su voz era un tanto seductora y tenía rastros de malicia— ¿unos cuarenta años han pasado?
—Casi cuarenta años exactos, Amanda. ¿Dónde habías estado? —Johnny pensaba en una cantidad enorme de hechizos de protección contra espíritus malignos, pero esperaba el momento oportuno para hacerlo sin ofender a Amanda. Si se trataba realmente de ella, hacer un hechizo así podría llegar a ofenderla.
—Ya sabes… por aquí, por allá —La joven morena permaneció congelada en el tiempo, aparentemente. Su aspecto era igual que el del día que invocaron a Origo, nada había cambiado en ella, a diferencia de Johnny, que ya tenía canas por todo el cabello y pequeñas arrugas adornaban su rostro.
—¿Qué haces aquí en mi cabaña? —Johnny fue directo al grano, pero su tono sonó más hostil de lo que planeó.
—Nunca imaginé que un ser tan fabuloso como el joven Johnny que yo conocía, terminaría viviendo en una humilde y cálida cabaña de madera oscura en medio del bosque. Debo ser honesta, tu hogar, a pesar de ser pequeño, es bastante bonito y acogedor. Las flores con las que adornas toda la casa son un detalle fantástico. Tienes todo tan impecable y bien organizado que casi diría que estudiaste para ser un diseñador de interiores —soltó una risa la bruja y siguió paseando sus ojos por cada rincón de aquella cabaña. Johnny permanecía en su sitio, en absoluto silencio—. Pero bien, aunque tu moderna cabaña me cause muchísimo placer estético, no he venido a eso —su tono cambió, su voz era ahora un poco más seria y ella llevó sus ojos directo a los de Johnny.
—Toma asiento, por favor —dijo cordialmente el hechicero, yendo directo a uno de los muebles, donde se puso cómodo.
—Que amable de tu parte. Empezaré por aquel día, si te parece bien —Johnny asintió con la cabeza y Amanda se había sentado justo en frente de Johnny, cruzando sus piernas cual señorita. Con un pequeño gesto de sus manos, la poderosa bruja hizo aparecer dos humeantes tazas de té en la pequeña mesita que se encontraba entre ellos—. Siempre es bueno un poco de té para decir las cosas, ¿no es así?— Johnny estaba confundido y no se sentía seguro de tomar aquella bebida hirviente, pero si lo rechazaba, Amanda se daría cuenta que algo andaba mal.
—El mío está bien sin azúcar —Johnny tomó su taza y le dio un pequeño sorbo, haciendo un pequeño quejido por haberse quemado la lengua.
—Muy bien, era febrero y llevábamos a cabo nuestro plan para invocar a Origo, todo había salido bien, pero tu supiste que aquel ser era poderoso y malvado, por eso huiste con el libro de mi madre. Yo solo estaba emocionada y aterrada, yo misma había sido tan increíblemente poderosa como para invocar a un ser tan lleno de poder. Pero luego de que empezaron a sonar las trompetas en el cielo, yo no pude dejar de sentir dolor. Fue un dolor intenso, Johnny, como nada que yo hubiese vivido antes. Esperaba con ansias la muerte, que el dolor se fuera y llegara la paz, un descanso eterno —los ojos de Amanda se cristalizaron y su voz amenazó con quebrarse, entonces le dio un trago a su té y dio un suspiro.
—Está bien, aquí estoy —Johnny se levantó de su asiento y fue a sentarse al lado de su amiga, ya empezaba a notar la melancólica alma de Amanda.
—Nunca llegó… —finalmente, las lágrimas adornaban las mejillas de Amanda, que se dejó llorar en el mueblo de su antiguo amigo— La paz que tanto ansiaba nunca llegó, el dolor jamás desapareció. Cuando Origo se fue y dejó la maldición sembrada en el bosque, fui absorbida por la tierra. Allí estuve durante cuarenta años, sintiendo aquel dolor eterno que Origo había implantado en todo mi cuerpo y en mi alma. No fue hasta hoy que pude salir, por alguna razón, de aquel horrible martirio. Inmediatamente hice hechizos de ubicación, para saber dónde estaba mi aquelarre, eso me llevó a rondar por el bosque, hasta que por fin di con tu cabaña. Inmediatamente supe que era tuya, al ver las hermosas flores en tu jardín.
—Honestamente no sé qué decirte Amanda. Lamento que hayas pasado por ese infierno —Johnny no quería mencionar el plan que tenía en contra de Origo y rogaba porque Amanda no le preguntara.
—En fin, vine aquí porque no sabía dónde más ir, no sé si Alexa siga viva y haya corrido con el mismo infortunio que tuve yo. Lo que sí sé, es que la cabeza de Katerina explotó frente de mí, entonces descarto que ella esté viva —Amanda trataba de recuperar su aspecto sereno y su compostura. Terminó su taza y la hizo desaparecer en un segundo— ¿Cómo han estado las cosas para ti? —su voz se tornó mucho más seria, incomodando un poco a Johnny, que se acomodó en su asiento y colocó su taza de té en la mesita.
—Pues he estado aprendiendo del bosque, de lo que pasó en aquel entonces y como recuperarlas a ustedes y acabar con la maldición. Conociendo nuevas brujas, nuevas criaturas y nuevas personas. Rodeándome de buenas vibras y convirtiéndome en el hechicero supremo de todos los aquelarres —las palabras de Johnny sacaron de onda a Amanda, ella pensó que seguiría siendo la suprema después de todos esos años.
—Vaya… Un hombre siendo el supremo, pensé que no viviría para ver eso —dijo Amanda en tono burlón, haciendo que las mejillas de Johnny se tornaran un poco rosas.
—Pues sí. Pero bueno, creo que ya es tarde y mañana tengo cosas importantes por hacer —se levantó Johnny de su asiento, dando pasos hacia la puerta.
—¿Acaso no dejarás que tu vieja amiga se quede a dormir en tu cabaña? —preguntó Amanda, sin levantarse de aquel mueble, con una sonrisa maliciosa en su boca. Johnny se detuvo en seco, de espaldas a ella, no quería verla a los ojos. Él se sentía por completo incómodo con Amanda quedándose en su cabaña, pero dejarla fuera, sin ningún lugar donde quedarse, le causaba remordimiento. Durante su conflicto mental, Amanda se levantó y caminó hacia la puerta, le puso la mano en el hombro que hizo que Johnny diera un pequeño salto y volteara de golpe—. Solo bromeo contigo, pendejo —soltó una carcajada sonora y abrió la puerta usando sus poderes de telekinesis—. Iré a ver si mi casa sigue siendo mía, en caso de que no, embrujaré al dueño de algún hotel para quedarme en una habitación de lujo —Con gracia, salió por la puerta antes de que Johnny pudiera pronunciar alguna palabra.
Johnny quedó por un momento viendo la puerta cerrarse, con muchas preguntas y pocas respuestas. No entendía que había pasado, y sin embargo, sintió que la conversación fue más corta de lo que debía. Se acostó y se durmió rápidamente, pero a mitad de la noche se despertó con sudores fríos y pesadillas infernales. En la mente de Johnny, todo estaba vuelto una tormenta y sus pensamientos no tenían orden. Cuando chequeó el reloj de al lado de su cama, notó que eran las 4:44 am y decidió quedarse despierto. Tomó su celular y abrió el contacto de Kaín. Estaba a un botón de marcarle, tenía mucho miedo y oír su voz le aliviaría y le haría sentir protegido. Miraba con paranoia a cada rincón de su habitación, se sentía observado y acechado. Terminó por marcar a Kaín con la esperanza que él estuviera despierto, para así sentir menos culpa. Luego de varios repiques, abrió la llamada.
—¿Aló? ¿Johnny? —un somnoliento Kaín había contestado.
—Hola Kaín, perdona la hora, en serio. Pero desperté hace un momento en medio de una horrible pesadilla… —Johnny tragó con fuerza y cerró los ojos, el miedo y los nervios le causaron un remolino en el estómago— Dime que quieres seguir durmiendo y dejaré de molestarte.
—No te preocupes, pequeño, ¿quieres que vaya a hacerte compañía? —cuando Kaín dijo estas palabras, una pequeña sonrisilla se formó en la cara de un sonrojado Johnny, que seguía con sus ojos cerrados, acostado boca arriba— Eso sí, espero que tengas café, para que me prepares uno.
—N-no hay problema, si tengo café. Iré saliendo hacia la entrada del bosque para esperarte allí.
Johnny salió disparado de su cama al baño para darse una ducha, sin cerrar un ojo, mirando cada rincón de su casa, donde se sentía extrañamente desprotegido. Se perfumó con su colonia con olor a flores y salió a dar su caminata cuando el sol apenas se asomaba por los árboles. La mañana empezaba apenas, el cálido calor matutino llenaba su alma de calma y aliviaba su corazón, sin embargo, sus manos seguían temblando por el miedo. El miedo de estar siendo acechado no lo abandonaba, un ruido en los arbustos llamó por un instante su atención. La mano que pusieron en su hombro le hizo dar un salto en el mismo lugar y volteó, ahogando un grito.
—¡Dios! Estás susceptible —la voz de Amanda no terminó de aliviar al alterado Johnny, cuyo corazón no dejaba de latir con fuerza.
—Perdón, es que he tenido una noche un poco extraña.
—¿Tiene que ver con Origo? —Amanda seguía por detrás a Johnny, que seguía caminando hacia la entrada.
—¿Por qué supones eso? —preguntó Johnny, frenando en seco y encarando a Amanda.
—No lo sé, quizás haya escuchado algo acerca de su despertar. Los rumores vuelan en un pueblo tan pequeño, Johnny —Amanda esbozó una sonrisa ladeada, y recogió sus cabellos por detrás de su oreja izquierda.
—Muy bien… Me voy a ver ahorita con un amigo, por lo tanto me gustaría que dejaras de seguirme —finalmente Johnny escupió aquellas palabras que le dejaron un sabor agrio en la boca, se sentía incómodo tratando a Amanda de aquella manera, pero también se sentía incómodo con su presencia.
—Comprendo, no quieres que esté cerca de ti —Amanda se había ofendido, o al menos actuaba de esta forma para hacer sentir mal a Johnny.
—N-no es eso…
—¿Entonces qué diablos pasa? —ahora Amanda tenía cara de amargada e inestable.
—¡NO CONFÍO EN TI! —gritó con fuerza y acto seguido tapó su boca con ambas manos, el estrés le empezaba a afectar de gran manera. Se sentía avergonzado, con ganas de llorar y salir corriendo de allí.
—¡JAJAJA! Pues tus razones para no confiar son lógicas. Pero te aseguro que soy yo. Puedes confiar en mí, pendejo.
—Perdona, en serio esto de Origo no se sostendrá más y tengo muchas cosas por hacer antes de que el apocalipsis empiece —Johnny frotaba con fuerza su cara, como si de esa manera pudiera quitar la sensación de estrés de su cara.
—¿Sí? ¿Qué clase de cosas? ¿Te puedo ayudar en algo? —Amanda posó su mano sobre el hombro del hechicero supremo.
—No. Estoy bien, solo dame mi espacio, te haré saber si necesito algo de ti. Ahora, si me disculpas, tengo un asunto que atender y mi día será muy ocupado. Si te necesito para mi plan, te lo haré saber —Johnny miró a los ojos a Amanda antes de darle la espalda, ambos con caras serias y un tanto de mal humor tras aquel encuentro. A Amanda la palabra “plan” le quedó rondando en la mente.
En el hermoso páramo, las tiernas criaturas empezaban a despertarse. Unos pequeñas ogros se volcaban en el lodo, riendo con sus gruesas voces y graciosos rostros. Johnny iba con paso acelerado, pero no podía evitar distraerse por los vivos colores que invadían el bosque desde tempranas horas de la mañana. Se veían tantas criaturas reír, charlar, volar, saltar y correr, que no podía imaginar un mundo sin todo eso. Volvió un poco a la realidad y notó que había bajado el paso, pero también se dio cuenta que había dejado de pensar en aquel sentimiento de ser observado y que ya no sentía tanto miedo.
Jonnhy sentía que llevaba poco más de media hora caminando, así que empezó a apresurar su paso, se sentía culpable de nada más pensar en la idea de que Kaín tenga rato esperando por él en la entrada. Cuando comenzó a distinguir el bullicio de la ciudad, se dio cuenta que venía llegando una vieja camioneta de un intenso rojo. El rápido caminar de Kaín le dio una mala sensación en la espalda a Johnny. Rápido corrió a sus brazos y le dio un abrazo, últimamente el miedo y las malas vibras eran recurrentes en el cuerpo de Johnny. Kaín recibió el abrazo y lo apretujo fuerte en su pecho.
—¿Te sientes mejor? —preguntó Kaín, sin soltar a Johnny de aquel abrazo. En silencio, Kaín inhalaba el aroma a flores de Johnny.
—Sí, mucho mejor —Johnny había cerrado sus ojos y se dedicó a olvidarse de todo mientras estuviera en ese abrazo. Pronto fue interrumpido por el sonido de la radio policial de Kaín.
—“tenem… un… nueve cuar… y dos… repito, …nemos un nuev… renta y …” —la mala señal que había en el bosque dificultó la comunicación, pero rápido Kaín entendió. Se trataba de un accidente vehicular. Tomó su radio, separando a Johnny de aquel cálido abrazo.
—Supongo que nos tomaremos el café de camino al accidente. Eso si quieres ir conmigo, claro —Kaín miraba directo a los ojos de Johnny, que dio una respuesta afirmativa apenas moviendo la cabeza. En el fondo, Johnny maldecía no haberse vestido de forma adecuada y tomar la decisión precipitada de ir a la ciudad sin estar correctamente preparado para la ocasión—. Muy bien, ya voy para allá. Manden la ubicación —llevó la radio a su boca y pronunció aquellas palabras.
—“ven… calle… leporem”—la radio seguía distorsionada y Kaín hizo un gesto de frustración.
—La calle Leporem, al centro de la ciudad —rápido Johnny supo identificar lo que habían dicho del otro lado del radio—, es la calle donde se ubica el consultorio veterinario de Cristal… —de inmediato sus ojos se abrieron de par en par, entendió el mal presentimiento que tuvo hace un rato, era una clase de premonición— ¿No creerás que le pasó algo a Cristal?
—Pues no tenemos tiempo que perder —Kaín tomó de la mano a Johnny y caminaron velozmente hacia la vieja camioneta.
Durante el viaje, la conversación se tornó un poco pesada. Aunque Kaín trataba de mantenerla ligera, Johnny solo podía pensar en que Cristal fuera la víctima en aquel accidente y en las consecuencias que tendría si ella moría. Era una pieza irremplazable en aquella invocación. A medida que se acercaban al centro del pueblo, Johnny se internaba más profundo en sus pensamientos. Lo único que hizo volver a la realidad al pensativo hechicero fue el roce de la mano de Kaín, cuando volteó a verlo, el policía tenía sus ojos de preocupado mirándolo fijamente.
—Tengo rato tratando de hablar contigo, ¿hice algo mal? —la voz suplicante de Kaín conmovió el corazón de Johnny, le ofreció una sonrisa apenada y puso su otra mano sobre la de él.
—No tiene nada que ver contigo, tengo miedo de lo que vayamos a encontrar cuando lleguemos al sitio del accidente —sus miradas se conectaron por pocos segundos y rápido ambos desviaron la mirada a otra parte, sonrojados y notoriamente nerviosos.
La vieja chevy roja hizo un fuerte ruido cuando llegaron al sitio, pero Johnny no le prestó nada de atención, trataba de vislumbrar algo entre la multitud de personas que se aglomeraban en el sitio del accidente. Rápido ambos bajaron del carro y el hechicero siguió a Kaín, quien era que podría pasar a través de todas esas personas.
Cuando lograron llegar al carro, Johnny llevó su mano a la boca y sus ojos rápidamente se llenaron de lágrimas. Se trataba del hermoso carro de Cristal, con un fuerte golpe en la puerta del copiloto. Johnny no tardó, se aceleró y fue corriendo a la ambulancia donde recién la acababan de montar. Un paramédico le detuvo y empezó a hablarle, pero el hechicero no escuchaba nada, las palabras se convirtieron balbuceo y el sonido no llegaba a sus oídos. Fueron los brazos de Kaín que lo sacaron de aquel trance, estaba en profundo shock. Solo podía pensar en que si Cristal moría, la pequeña oportunidad de salvar el mundo se iría al caño.
Ambos estaban de nuevo en la vieja camioneta, pero Johnny no lograba comprender que pasaba, todo se sentía confuso, como un sentimiento de ahogo invadiéndole el pecho y quemándolo por dentro. Lágrimas salían y salían de sus ojos sin poder pararlas, el fuego en su pecho se iba extendiendo y el bullicio de la ciudad se sentía lejano, como si él no estuviera al mismo ritmo del resto del mundo.
—…Eso es todo lo que logré oír del accidente —luego de varios minutos, la voz de Kaín conectó a Johnny al mundo real.
—Disculpa… ¿dijiste algo? —Johnny tenía su cara llena de lágrimas y moco pero ya no lloraba, solo tenía un gesto serio en su cara, en el fondo el miedo lo comía, pero trataba de disimular.
—Sí. Vamos al hospital del pueblo, que es a donde la lleva la ambulancia. Lo único que logré oír del accidente fue que aparentemente ella iba llegando al trabajo, en su consultorio veterinario, y un carro llegó de la nada y le dio un fuerte golpe en la puerta del copiloto. Aparentemente la piloto era una joven mujer morena que se dio a la fuga luego del accidente. Aun no se sabe más nada, pero una vez lleguemos al hospital trataré de comunicarme con mis compañeros en la estación a ver que saben acerca del caso —Johnny tuvo una punzada en el corazón luego de oír la descripción de la mujer. Rápidamente pensó en Amanda, pero inmediatamente descartó esa idea, ¿Cómo sería posible que su amiga hiciera algo para sabotear el plan?
—No me dejes solo en el hospital, por favor —Johnny se limpiaba la cara con la manga de su chaqueta marrón, lamentaba llenarla de mocos pero no quería llegar con ese aspecto a ver a Cristal.
—Jamás te dejaré solo, no importa si solo nos quedan cuarenta días de vida. Te prometo estar a cada segundo allí para ti —las hermosas palabras de Kaín, acompañadas por su linda y torpe sonrisa, se sintieron como una cálida caricia en un momento sumamente difícil para Johnny, que sentía que todo se desmoronaba.
Quizá cuando era apenas un pequeño, Johnny habría ido ocasionalmente al hospital. Pero no era una escena que le fascinara. Él no tenía idea si era solo este hospital, por ser el centro médico de un pueblo perdido en la nada, pero le ocasionaba un fuerte dolor de estómago el siquiera estar allí. Las paredes de un color gris claro que hacía juego con el horrible suelo desgastado le daban un dolor de cabeza que empeoraría si seguía oyendo los quejidos de la señora que se encontraba en la habitación conjunta.
—cof, cof —el leve toser de Kain sacó rápidamente a Johnny de sus lejanos pensamientos. Cuando volteó a la camilla, Cristal daba pequeños movimientos en su camilla, había despertado. La confusión se reflejaba en la cara de la joven muchacha, que no tenía ni idea de quienes era aquellos dos extraños frente a su camilla. Sin embargo, esa era la menor de las preocupaciones de ella en ese momento.
—H-hola… —tartamudeaba Johnny, maldiciéndose a sí mismo en su interior, odiaba tartamudear cada vez que se ponía nervioso— Yo soy Johnny.
—Hola Johnny, ¿eres el médico encargado? —preguntó Cristal, sin mirarlo a los ojos, analizaba cada parte de su cuerpo en aquella camilla, tratando de entender que pasaba.
Johnny y Kaín se habían colado en la habitación de Cristal, la pésima seguridad apenas y lo notó. El policía revisó la ficha médica de la joven, aparentemente el accidente no había sido tan grave, pocas fracturas y golpes superficiales, le habían suministrado morfina para el dolor, le harían algunas placas para ver donde necesitaba yesos, o algo así, Kaín no era experto en medicina y apenas entendía todo lo que la ficha decía.
—No, no. Yo no soy médico, pero te puedo ayudar a sanar rápidamente —Las manos de Johnny sudaban, se sentía aliviado que nada grave le hubiese ocurrido a Cristal, pero los nervios no le habían abandonado, no era el momento adecuado para decirle toda la verdad, pero sería necesario para lo que planeaba hacer.
—Estoy muy confundida y me duele la cabeza, ¿qué ha pasado? —Cristal rozaba suavemente su sien, tratando de aliviar un poco el dolor.
—Verás, lo que estoy a punto de decirte sonará tonto y es probable que no me creas nada, pero soy hechicero y puedo sanar tus heridas con magia —Johnny esbozaba una sonrisa de vergüenza mientras tonteaba con sus dedos por los nervios.
—Creo que preferiría ver a mi médico encargado —Cristal no hizo ningún gesto de incredulidad, solo un poco de desconfianza.
—Entiendo, pero verás… —no encontraba la forma de convencerla de que allí corría peligro sin que ella se alarmara y eso afectara su curación o sus ganas de participar en la invocación.
—Aquí corres peligro —dijo Kaín en tono muy serio—. Si no te sacamos de acá ahora mismo, la persona que ocasionó el supuesto “accidente” vendrá a terminar el trabajo. Debemos aprovechar la ventaja de que no sabe que saliste prácticamente ilesa —ver a Kaín tomar las riendas de la situación hizo sentir protegido a Johnny—. Y solo Johnny, el hechicero más poderoso que existe en la tierra, podrá curarte de forma efectiva y ocultarte, en este momento tu vida corre grave peligro y solo nosotros te podremos cuidar y decir la verdad.
—Eso suena muy ridículo, ¿en serio esp… —el sonido de un disparo al final del pasillo interrumpió la pregunta de Cristal, quién abrió sus ojos de forma exagerada, sintió un fuerte nudo en el estómago. Kaín la tomó apresuradamente en sus brazos mientras Johnny hacía un hechizo de protección en la habitación, no duraría mucho pero les daría tiempo de escapar. Se asomaron en la ventana de la habitación, pero estaban en el tercer piso y los segundos se agotaban.
—Desde acá visualizo la camioneta, ¿crees que puedas transportarnos a los tres hasta allá? —Kaín cargaba a una angustiada Cristal en sus brazos, que estaba a su completa merced. Si lo que ellos decían era verdad, era mejor dejarse llevar y dar un salto de fe, en su corazón había un fuerte presentimiento de que aquellos dos hombres extraños podrían ser ciertamente confiables, o al menos, no serían tan peligrosos como quien la estuviese tratando de matar.
—No tenemos más opciones, ¿verdad? —Johnny trasmitía mucha preocupación, dio un fuerte respiro. «Ésta no es la impresión que quiero dar a Cristal.» pensó el supremo a sus adentros, recuperó rápido su semblante serio y compostura erguida. Cerró sus ojos y empezó a emanar un aura de color amatista, moviendo lentamente y en silencio sus labios y posando sus manos en su corazón. Fue así como activó sus poderes, se movía con suma gracia y flotaba levemente. Sin abrir su boca se comunicó con Kaín y Cristal— Acérquense.
Sólo dio esa orden, los dos humanos abrieron sus ojos de par en par, era la primera vez que ellos veían un acto tan poderoso de magia. Se acercaron ambos a Johnny, mirándolo con gran curiosidad y admiración. El supremo rápido puso sus manos sobre cada uno de ellos y dijo con fuerza: “TRANSMUTATIO”. Lo siguiente que todos recuerdan es aparecer mágicamente al lado de la camioneta roja. Kaín rápidamente volteó al suelo, donde se encontraba un Johnny desmayado, sin el aura color amatista, solo desfallecido en el piso de asfalto. En seguida metió a Johnny y a Cristal en la camioneta, encendiéndola apresurado y con suma torpeza. Cuando arrancó, dio una mirada fugaz a la ventana donde habían estado y notó que allí estaba la figura femenina y morena de la que había escuchado antes. Aquella misteriosa mujer le dio una sonrisa ladeada y llena de malicia. Kaín pisó con fuerza el acelerador y salió rápidamente de aquel estacionamiento.
—Puedo ver cuanto lo quieres —la voz de Cristal le pegó un buen susto a Kaín, que pensó que sus dos compañeros estaban dormidos o desmayados—. Se nota que él también te quiere mucho.
—Lo quiero muchísimo, sólo que aún no se lo he dicho —Kaín era bueno haciendo conversación, le gustaba estar rodeado de personas y poder conocerlas le generaba placer.
—No te conozco, pero sé que tienes un lindo corazón. Tengo un don para saber cuando una persona tiene buenas intenciones y cuando no —Cristal se acomodó un poco mejor en el asiento, haciendo un pequeño quejido, ella había quedado justo en medio de Kaín y un dormido Johnny. Ambos suponían que el hechicero quedó en ese estado debido a la gran cantidad de poder que había usado, así que lo dejaron descansar, un poco recostado sobre la puerta del copiloto.
El viaje se fue como en un abrir y cerrar de ojos, llegando a la entrada del bosque en un santiamén. Kaín rogaba internamente porque Johnny despertara, se sentía amenazado por aquella muchacha de la ventana. Cuando se estacionaron, Johnny como por arte de magia recuperó todas sus energías y se espabiló. No habló mucho al despertar, estaba un poco sacado de onda. Kaín bajó del carro y corrió a la puerta del copiloto, una vez Johnny bajó, el policía tomó a Cristal en sus brazos y juntos se adentraron al bosque. El sol del mediodía molestaba un poco a los ojos del grupo, pero una vez entraron al bosque, las hojas de los inmensos árboles le ofrecieron sombra y protección.
Era la primera vez que Kaín y Cristal se adentraban a aquel peligroso bosque rodeado de miles de horribles rumores, pero sus ojos solo se sentían fascinados ante tanta variedad de colores, un montón de hermosas criaturas les observaban, algunas de forma discreta, otras no tanto. Ver humanos adentrarse al bosque a plena luz del día no era un evento tan común, mucho menos acompañados por una figura de tanto renombre como el hechicero supremo, crecido y criado prácticamente en aquel páramo.
Kaín empezaba a sentirse cansado, pero le dio un poco de vergüenza admitirlo frente a Johnny, en el fondo estaba deseoso de finalmente conocer donde vivía el precioso hechicero. Sin embargo, solo pasarían pocos minutos más de caminata para finalmente visualizar aquel hermoso jardín que caracterizaba a la acogedora cabaña de Johnny. Cristal sintió una pequeña caricia a su corazón, pensó que si alguien cuidaba de esa manera sus plantas, no podría ser alguien malvado.
Cuando se encontraban bastante cerca de la puerta, Johnny frenó en seco e hizo una seña a Cristal y Kaín para que se detuvieran. Un ruido dentro de la cabaña encendió las alarmas de Johnny. «¡No otra vez!» pensó el hechicero a sus adentros, con temor de quién se podría encontrar invadiendo su propiedad en esta oportunidad.
Fuente
CRÉDITOS
La foto del banner fue tomada de aquí:
Imagen de Игорь Левченко en Pixabay
Luego fue editada por mí con la aplicación Picsart.
RECRUITMENT ii
Johnny's forehead quickly filled with sweat, nerves and stressful situations were making him sweat buckets. Thousands of questions came to his head, «Was Amanda alive all this time? What was she doing in my cabin? What if it's a vile attempt by Origo to make me deter my plan?». Only another comment from Amanda would bring the wizard out of his unwelcome introspection:
—It's very nice... —The brunette was pacing the armchairs in the small living room— Your cabin, I'm talking about your warm little home.
—Thank you —Johnny stammered, feeling his throat suddenly dry, something in Amanda's tone didn't feel right.
—It's been a long, long time since I've heard from you, my little one —Amanda slurred every word, her voice was somewhat seductive and had traces of mischief in it—. It's been forty years, has it?
—Almost forty years exactly, Amanda. Where had you been? —Johnny was thinking of an enormous number of protection spells against evil spirits, but he was waiting for the right moment to do it without offending Amanda. If it was really about her, casting such a spell might offend her.
—You know... this way, that way —The young brunette remained frozen in time, apparently. Her appearance was the same as the day they summoned Origo, nothing had changed in her, unlike Johnny, who already had gray hair all over his hair and small wrinkles adorned his face.
—What are you doing here in my cabin? —Johnny got right to the point, but his tone sounded more hostile than he planned.
—I never imagined that such a fabulous being as the young Johnny I knew would end up living in a humble, warm, dark wood cabin in the middle of the woods. I must be honest, your home, despite being small, is quite nice and cozy. The flowers you decorate the whole house with are a fantastic detail. You have everything so impeccable and well organized that I'd almost say you studied to be an interior designer —laughed the witch and continued walking her eyes around every corner of that cabin. Johnny remained in his place, in absolute silence—. But well, although your modern cabin gives me a lot of aesthetic pleasure, that's not why I came here —her tone changed, her voice was now a little more serious and she brought her eyes straight to Johnny's.
—Take a seat, please —the wizard said cordially, going straight to one of the furniture, where he made himself comfortable.
—How kind of you. I'll start with that day, if that's okay —Johnny nodded and Amanda sat down right in front of Johnny, crossing her legs like a lady. With a small gesture of her hands, the powerful witch made two steaming cups of tea appear on the small table between them—. It's always good to have some tea to say things, isn't it? —Johnny was confused and didn't feel sure about drinking that boiling beverage, but if he refused it, Amanda would realize that something was wrong.
—Mine's fine without sugar —Johnny picked up his cup and took a small sip, making a small groan from burning his tongue.
—Well, it was February and we were carrying out our plan to summon Origo, everything had gone well, but you knew that being was powerful and evil, that's why you ran away with my mother's book. I was just excited and terrified, I myself had been so incredibly powerful as to summon a being so full of power. But after the trumpets began to sound in the sky, I couldn't help but feel pain. It was an intense pain, Johnny, like nothing I had ever experienced before. I was looking forward to death, for the pain to go away and for peace to come, eternal rest —Amanda's eyes glazed over and her voice threatened to crack, then she took a sip of her tea and sighed.
—It's okay, here I am —Johnny got up from his seat and went to sit next to his friend, he was already beginning to notice Amanda's melancholic soul.
—It never came... —finally, tears adorned Amanda's cheeks, who let herself cry in her former friend's mourning— The peace I so longed for never came, the pain never went away. When Origo went away and left the curse planted in the forest, I was absorbed into the earth. There I stayed for forty years, feeling the eternal pain that Origo had implanted in my body and soul. It was not until today that I was able to get out, for some reason, of that horrible martyrdom. I immediately cast location spells, to find out where my coven was, that led me to wander around the forest, until I finally found your cabin. I immediately knew it was yours, when I saw the beautiful flowers in your garden.
—I honestly don't know what to tell you Amanda. I'm sorry you went through that hell —Johnny didn't want to mention the plan he had against Origo and prayed Amanda wouldn't ask him.
—Anyway, I came here because I didn't know where else to go, I don't know if Alexa is still alive and had the same misfortune I had. What I do know is that Katerina's head exploded in front of me, so I rule out that she is alive —Amanda was trying to recover her serene aspect and her composure. She finished her cup and made it disappear in a second- How have things been for you? —Her voice became much more serious, making Johnny a little uncomfortable, who settled back in his seat and placed his cup of tea on the coffee table.
—Well, I've been learning about the forest, about what happened back then and how to get you guys back and end the curse. Meeting new witches, new creatures and new people. Surrounding myself with good vibes and becoming the sorcerer supreme of all the covens —Johnny's words got Amanda out of her mind, she thought she would still be supreme after all those years.
—Wow... A man being supreme, I thought I wouldn't live to see that —said Amanda in a mocking tone, making Johnny's cheeks turn a little pink.
—Well, yes. But well, I guess it's late and I have important things to do tomorrow —Johnny got up from his seat, taking steps towards the door.
—Won't you let your old friend sleep over in your cabin? —asked Amanda, without getting up from that piece of furniture, with a mischievous smile on her mouth. Johnny stopped dead in his tracks, his back to her, not wanting to look her in the eye. He was completely uncomfortable with Amanda staying in his cabin, but leaving her outside, with nowhere to stay, caused him remorse. During his mental conflict, Amanda stood up and walked to the door, put her hand on his shoulder which made Johnny jump a little and turn around. I'm just kidding with you, asshole —he let out a loud laugh and opened the door using his telekinesis powers. I'll go and see if my house is still mine, if not, I'll bewitch the owner of some hotel to stay in a luxury room —She gracefully walked out the door before Johnny could utter a word.
Johnny stood for a moment watching the door close, with many questions and few answers. He didn't understand what had happened, and yet he felt the conversation was shorter than it should have been. He lay down and fell asleep quickly, but in the middle of the night he woke up with cold sweats and hellish nightmares. In Johnny's mind, everything was storming and his thoughts had no order. When he checked the clock next to his bed, he noticed it was 4:44 am and decided to stay awake. He picked up his cell phone and opened Kain's contact. He was one button away from dialing her, he was very scared and hearing her voice would soothe him and make him feel protected. He looked around every corner of his room with paranoia, he felt watched and stalked. He ended up dialing Kain in the hope that he was awake, so he would feel less guilt. After several rings, he opened the call.
—Hello? Johnny? —a sleepy Kaín had answered.
—Hi, Kain, sorry about the hour, really. But I woke up a moment ago in the middle of a horrible nightmare... —Johnny swallowed hard and closed his eyes, fear and nerves causing his stomach to swirl -Tell me you want to keep sleeping and I'll stop bothering you.
—Don't worry, little baby, do you want me to go keep you company? —As Kain said these words, a small smile formed on the face of a blushing Johnny, who was still with his eyes closed, lying on his back —I hope you have coffee, though, so you can make me one.
—N-no problem, if I have coffee. I'll go out to the entrance of the forest to wait for you there.
Johnny shot out of his bed to the bathroom to take a shower, without closing an eye, looking at every corner of his house, where he felt strangely unprotected. He scented himself with his floral-scented cologne and went for his walk as the sun was just peeking through the trees. The morning was just beginning, the warm morning heat filled his soul with calm and soothed his heart, yet his hands were still trembling with fear. The fear of being stalked did not leave him, a noise in the bushes caught his attention for an instant. The hand placed on his shoulder made him jump in the same place and he turned, stifling a scream.
—God! You're touchy —Amanda's voice did nothing to soothe the upset Johnny, whose heart was pounding.
—I'm sorry, I've just had a strange night.
—Is it something to do with Origo? —Amanda followed behind Johnny, who was still walking toward the entrance.
—Why do you suppose that? —Johnny asked, stopping in his tracks and facing Amanda.
-I don't know, maybe I've heard something about his awakening. Rumors fly in such a small town, Johnny —Amanda gave a lopsided smile, and tucked her hair behind her left ear.
—Very well... I'm going to meet a friend right now, so I'd like you to stop following me —Johnny finally spat out those words that left a sour taste in his mouth, he felt uncomfortable treating Amanda that way, but he also felt uncomfortable with her presence.
—I understand, you don't want me to be near you —Amanda had been offended, or at least she was acting this way to make Johnny feel bad.
—It's not that...
—Then what the hell is going on? —Now Amanda was looking bitter and unstable.
—I DON'T TRUST YOU! —He shouted loudly and immediately covered his mouth with both hands, the stress was starting to affect him in a big way. He felt ashamed, wanting to cry and run away from there.
—HAHAHAHA! Well, your reasons for not trusting are logical. But I assure you it's me. You can trust me, pendejo.
—Sorry, seriously this Origo thing won't hold anymore and I have a lot of things to do before the apocalypse starts —Johnny was rubbing his face hard, as if that way he could take the feeling of stress off his face.
—Yes, what kind of things? Can I help you with anything? —Amanda put her hand on the sorcerer supreme's shoulder.
—No. I'm fine, just give me my space, I'll let you know if I need anything from you. Now, if you'll excuse me, I have a matter to attend to and my day will be very busy. If I need you for my plan, I'll let you know —Johnny looked Amanda in the eye before turning his back to her, both of them with serious and somewhat grumpy faces after that encounter. The word "plan" stuck in Amanda's mind.
On the beautiful moor, the cuddly creatures were beginning to wake up. Little ogres were rolling around in the mud, laughing with their coarse voices and funny faces. Johnny's pace was fast, but he couldn't help but be distracted by the vivid colors that invaded the forest in the early morning hours. There were so many creatures laughing, chattering, flying, jumping and running, that he couldn't imagine a world without it all. He came back to reality a bit and noticed that he had slowed down, but he also realized that he had stopped thinking about that feeling of being watched and that he didn't feel so afraid anymore.
Jonnhy felt that he had been walking for a little more than half an hour, so he started to speed up his pace, he felt guilty just thinking about the idea that Kain had been waiting for him at the entrance for a while. When he began to distinguish the bustle of the city, he realized that an old van of an intense red color was coming. Kain's fast walking gave Johnny a bad feeling in his back. Quickly he ran to his arms and gave him a hug, lately fear and bad vibes were recurrent in Johnny's body. Kain received the hug and squeezed him tightly to his chest.
—Are you feeling better? —asked Kaín, without releasing Johnny from the hug. Silently, Kaín inhaled Johnny's scent of flowers.
—Yes, much better —Johnny had closed his eyes and dedicated himself to forgetting everything while he was in that hug. Soon he was interrupted by the sound of Kain's police radio.
—"We have... one... nine forty... and two... repeat, ...we have one nin... rty and..." —The bad signal in the forest made communication difficult, but Kaín quickly understood. It was a vehicle accident. He grabbed his radio, pulling Johnny away from the warm hug.
—I guess we'll have coffee on the way to the accident. That is, if you want to go with me, of course —Kaín looked straight into Johnny's eyes, who gave an affirmative answer by barely shaking his head. Deep down, Johnny cursed not having dressed properly and taking the hasty decision to go to the city without being properly prepared for the occasion. All right, I'm on my way. Send the location —he brought the radio to his mouth and uttered the words.
—Come... Leporem... street... —The radio was still distorted and Kain made a gesture of frustration.
—Leporem street, downtown —Johnny quickly identified what had been said on the other side of the radio—, it's the street where Cristal's veterinary office is located...—immediately his eyes widened, he understood the bad feeling he had a while ago, it was a kind of premonition—. You don't think something happened to Cristal?
—Well, we don't have time to lose —Kaín took Johnny by the hand and they walked quickly towards the old truck.
During the trip, the conversation became a little heavy. Although Kaín tried to keep it light, Johnny could only think about Cristal being the victim in that accident and the consequences if she died. She was an irreplaceable piece in that summoning. As they approached the center of town, Johnny went deeper into his thoughts. The only thing that brought the thoughtful wizard back to reality was the touch of Kain's hand, when he turned to see him, the policeman had his worried eyes staring at him.
—I've been trying to talk to you for a while, did I do something wrong? —Johnny's heart was touched by Kain's pleading voice, he offered him a sorrowful smile and put his other hand on top of his.
—It has nothing to do with you, I'm afraid of what we're going to find when we get to the accident site -their gazes connected for a few seconds and quickly they both looked away, blushing and noticeably nervous.
The old red chevy made a loud noise when they arrived at the site, but Johnny did not pay any attention to it, he was trying to glimpse something in the crowd of people crowded at the site of the accident. Quickly they both got off the cart and the wizard followed Kain, who it was that could get through all those people.
When they made it to the cart, Johnny put his hand to his mouth and his eyes quickly filled with tears. It was the beautiful Cristal car, with a loud bang on the passenger door. Johnny didn't take long, he sped up and ran to the ambulance where she had just been mounted. A paramedic stopped him and began to talk to him, but the wizard did not hear anything, the words became babbling and the sound did not reach his ears. It was Kain's arms that brought him out of that trance, he was in deep shock. He could only think that if Cristal died, the small chance to save the world would go down the drain.
They were both back in the old truck, but Johnny could not understand what was happening, everything felt confusing, like a feeling of suffocation invading his chest and burning him inside. Tears came and came out of his eyes without being able to stop them, the fire in his chest was spreading and the bustle of the city felt far away, as if he was not in the same rhythm of the rest of the world.
—...That's all I managed to hear about the accident —after several minutes, Kain's voice connected Johnny to the real world.
—I'm sorry... did you say something? —Johnny's face was full of tears and mucus, but he wasn't crying anymore, he just had a serious look on his face, deep inside, fear was eating him, but he tried to hide it.
—Yes, let's go to the hospital in town, that's where the ambulance is taking her. The only thing I managed to hear about the accident was that apparently she was on her way to work, at her veterinarian's office, and a car came out of nowhere and hit her hard on the passenger door. Apparently the driver was a young brunette woman who fled after the accident. No word yet, but once we get to the hospital I'll try to contact my colleagues at the station to see what they know about the case —Johnny had a pang in his heart after hearing the woman's description. He quickly thought of Amanda, but immediately dismissed that idea, how could her friend possibly do anything to sabotage the plan?
—Don't leave me alone in the hospital, please —Johnny wiped his face with the sleeve of his brown jacket, he was sorry to get snot all over it, but he didn't want to arrive to see Cristal looking like that.
—I will never leave you alone, no matter if we only have forty days to live. I promise to be there for you every second —Kain's beautiful words, accompanied by his cute and awkward smile, felt like a warm caress in an extremely difficult moment for Johnny, who felt that everything was falling apart.
Perhaps when he was just a toddler, Johnny would have occasionally gone to the hospital. But it was not a scene that fascinated him. He had no idea if it was just this hospital, being the medical center of a town lost in the middle of nowhere, but it made him sick to his stomach to even be there. The light gray walls that matched the horribly worn floor gave him a headache that would get worse if he kept hearing the moans of the lady in the room together.
—cof, cof —Kain's slight coughing quickly brought Johnny out of his distant thoughts. When he turned to the gurney, Cristal was giving small movements on her gurney, she had woken up. Confusion was reflected on the face of the young girl, who had no idea who those two strangers in front of her stretcher were. However, that was the least of her worries at that moment.
—H-hello... —Johnny stuttered, cursing himself inwardly, he hated stuttering every time he got nervous— I'm Johnny.
—Hi Johnny, are you the doctor in charge? —Cristal asked, without looking him in the eyes, she was analyzing every part of his body on that stretcher, trying to understand what was going on.
Johnny and Kain had snuck into Cristal's room, the lousy security barely noticed. The policeman reviewed the medical record of the young woman, apparently the accident had not been so serious, few fractures and superficial blows, they had given her morphine for the pain, they would make some plates to see where she needed casts, or something like that, Kain was not an expert in medicine and barely understood everything that the record said.
—No, no. I'm not your doctor, but I can help you heal quickly —Johnny's hands were sweating, he was relieved that nothing serious had happened to Cristal, but his nerves had not left him, it was not the right time to tell him the whole truth, but it would be necessary for what he planned to do.
—I'm very confused and my head hurts, what happened? —Crystal gently rubbed her temple, trying to ease the pain a little.
—You see, what I'm about to tell you will sound silly and you probably won't believe me at all, but I'm a wizard and I can heal your wounds with magic —Johnny gave an embarrassed smile as he fumbled with his fingers nervously.
—I think I'd rather see my doctor in charge —Crystal made no gesture of disbelief, just a hint of distrust.
—I understand, but you see... —I could not find a way to convince her that she was in danger there without alarming her and affecting her healing or her desire to participate in the invocation.
—If we don't get you out of here right now, the person who caused the supposed "accident" will come to finish the job. We must take advantage of the fact that he doesn't know that you came out practically unharmed —seeing Kain take control of the situation made Johnny feel protected-. And only Johnny, the most powerful sorcerer that exists on earth, will be able to cure you effectively and hide you, at this moment your life is in grave danger and only we can take care of you and tell the truth.
—That sounds ridiculous, do you th... —The sound of a gunshot at the end of the corridor interrupted the question of Cristal, who opened her eyes in an exaggerated way, she felt a strong knot in her stomach. Kain took her hurriedly in his arms while Johnny cast a protection spell in the room, it wouldn't last long but it would give them time to escape. They looked out the window of the room, but they were on the third floor and the seconds were running out.
—From here I can see the van, do you think you can transport the three of us there? —Kaín carried an anguished Cristal in her arms, who was at their complete mercy. If what they were saying was true, it was better to let go and take a leap of faith, in her heart there was a strong feeling that those two strange men could certainly be trustworthy, or at least, they wouldn't be as dangerous as whoever was trying to kill her.
—We don't have any other options, do we? —Johnny conveyed a lot of concern, took a sharp intake of breath. "This is not the impression I want to give to Crystal." the supreme thought to himself, he quickly regained his serious countenance and upright composure. He closed his eyes and began to emanate an amethyst-colored aura, slowly and silently moving his lips and resting his hands on his heart. Thus she activated her powers, moved with great grace and floated lightly. Without opening her mouth, she communicated with Kain and Crystal— Come closer.
He only gave that order, the two humans opened their eyes wide, it was the first time they saw such a powerful act of magic. They both approached Johnny, looking at him with great curiosity and admiration. The supreme quick put his hands on each of them and said forcefully, "TRANSMUTATIO." The next thing they all remember is magically appearing next to the red van. Kain quickly turned to the ground, where a passed out Johnny lay, without the amethyst colored aura, just fainting on the asphalt floor. He immediately put Johnny and Cristal in the van, starting it up in a hurry and with extreme clumsiness. When it started, he took a fleeting glance at the window where they had been and noticed that there was the dark-haired female figure he had heard about before. That mysterious woman gave him a lopsided, mischievous smile. Kain stepped hard on the accelerator and sped out of the parking lot.
—I can see how much you love him —Cristal's voice startled Kain, who thought his two companions were asleep or passed out—. You can tell he loves you very much too.
—I love him very much, I just haven't told him yet —Kaín was good at making conversation, he liked being around people and getting to know them gave him pleasure.
—I don't know you, but I know you have a nice heart. I have a knack for knowing when a person has good intentions and when they don't —Crystal settled a little better in the seat, making a small groan, she had been right in the middle of Kaín and a sleeping Johnny. They both assumed that the sorcerer was left in that state due to the great amount of power he had used, so they let him rest, a little leaning against the passenger door.
The trip went by as if in the blink of an eye, arriving at the entrance to the forest in no time at all. Kain prayed internally that Johnny would wake up, he felt threatened by that girl in the window. When they parked, Johnny, as if by magic, recovered all his energy and woke up. He didn't say much when he woke up, he was a little out of it. Kain got out of the car and ran to the passenger door, once Johnny got out, the policeman took Cristal in his arms and together they went into the forest. The midday sun bothered the group's eyes a little, but once they entered the forest, the leaves of the huge trees offered shade and protection.
It was the first time that Kain and Crystal entered that dangerous forest surrounded by thousands of horrible rumors, but their eyes were only fascinated by such a variety of colors, a lot of beautiful creatures watched them, some discreetly, others not so much. Seeing humans enter the forest in broad daylight was not such a common event, much less accompanied by a figure of such renown as the supreme sorcerer, grown and raised practically in that wasteland.
Kain was beginning to feel tired, but he was a little ashamed to admit it in front of Johnny, deep down he was eager to finally know where the precious sorcerer lived. However, it would only take a few more minutes of walking to finally visualize that beautiful garden that characterized Johnny's cozy cottage. Cristal felt a small caress to her heart, she thought that if someone took care of her plants that way, it couldn't be someone evil.
When they were quite close to the door, Johnny stopped short and motioned for Cristal and Kain to stop. A noise inside the cabin set off Johnny's alarms. «Not again!» the wizard thought to himself, fearful of who might be trespassing on his property this time.
Source
CREDITS
The banner photo was taken from here:
Image from Игорь Левченко in Pixabay
It was then edited by me with the Picsart application.