Me senté a pescar


Pixabay

Me senté a pescar

Me senté a pescar, saqué de mi corazón lo más preciado con la humilde intención de dar lo más preciado, salió un diamante, tosco y brillante, lo puse en el anzuelo y lo lancé al océano.

Los peces asustados nadaron, el brillo de aquella preciosa piedra los ahuyentaba, me dio hambre y desconsuelo, lo saqué y busqué otra carnada.

Tomé un calamar que por allí pasaba, lo piqué, lo hice trozos, lo enganché al anzuelo, y lo lance hacia la nada, y de pronto, como si nada, una ballena que por allí pasaba quedó enganchada.



Imagen: Pixabay


H2
H3
H4
3 columns
2 columns
1 column
Join the conversation now
Logo
Center