Si les digo la verdad, no se por donde comenzar. Quise en un principio solo reflexionar con cada una de sus palabras, que me hicieron recordar y tal vez un poco de sentir en la cruda piel.
Pero entonces supe que de alguna forma esto se debía contar, para intentar abrir ojos ante algo que me llama cultura y la realidad es que solo es un morbo bizarro humano ante el poder y la lujuria del oro, del dinero, de la excusa ante la necesidad de comer o el simple hecho de que el humano de por sí es un animal.
Es por ello que no hay un mejor título para esta pequeña historia que..
Cultura animal
Doce es el año perfecto para el cuerpo de una joven empiece a cambiar, seguramente siente algo de temor al ver que nacen algunas montañas en su pecho apuntando directamente hacia el sur. Pero aún más el terror de mirar ese viscoso rojo salir de su interior, anunciando su fertilidad femenina, aquella al que los hombres gritan "mujer".
No puede usted que está leyendo estas lineas pensar que hay un terror más que eso para la joven de este relato que el hecho de ser un objeto de venta por medio de su padre.
Doce fueron los años perfectos, para que alguien llamado "padre" se le cruzara por su mente dar a su hija para venderla por dos monedas a un hombre que triplicaba tal vez su edad.
Pudiera usted pensar que es por hambre, y si tiene una mente aún más escabrosa tal vez sería por el simple hecho de que se canso de abusar de su hija sin obtener retorno de monedas, mejor que otro lo hiciera para que el oro cayera por sí mismo y no en torrencial, sobre aquellas manos sucias de semen, polvo y menos importante para él, de sinvergüenza, abusador y violador.
No quiero imaginar siquiera como un escritor pensante el hecho de escribir líneas mientras intento narrar aquello que fue real. Despiadado incluso mi mente el simple hecho de hacerlo. Cuanto deseo de que esa misma moral recayera en aquel hombre que lo pensó y ejecutó a un gusto que ni siquiera sus labios se permite la tarea de pedir perdón.
Pero el terror en los ojos de esta joven pronto iba a desaparecer, o más bien estar allí sin que nadie lo pudiera ver o sentir.
Las mujeres son para procrear, dice la cultura en cada frontera, en la de ella, la mujer al primer dia de sangrar es fruto para venta y deleite de dos cabrones, el vendedor y comprador por monedas, por sexo con una virgen que está fresca.
Cierro los ojos en un intento de bloquear cual imagen, cuando sus propios labios me dijeron que a esa misma edad aquel hombre a quien pertenecía hizo de ella lo que quisiera, aun cuando su cuerpo tal vez no estaba listo pues quedó marcado, cuando un embarazo tópico se llevó su primer pedazo de trompas de falopio, tan necesario para procrear en un futuro y ahora con una pequeña cuota de esperanza.
Pasan los años para esta joven cuyo camino desconozco y por ello no juzgo en sesgo. Sin embargo, esta es solo la historia de fondo de una actual realidad. Cuando nuevamente aquella joven de ahora dieciocho, entregó su cuerpo a un hombre que duplica su edad, casado y con herederos.
Puede usted creer querido lector, que la historia una vez más se repite para esta joven.
Cercana a la muerte, pálida como para pensar que no debería tener fuerza de caminar o incluso hablar. Esperando entre su vientre un no nacido y que no nacerá, pues es tópico una vez más en aquel trozo de esperanza que quedaba y que ante un quirófano más tuvo que ser cortado, rasgado y sin miedo, pues la muerte le esperaba de no hacerlo.
Y ante los testigos, este caballero, escuchar de la boca de esta joven que sus doce no fue violación porque fue vendida y a los dieciocho ni mirarla llorar o temer por un bastardo que no se hizo cargo, el hecho de hacerse ver como un objeto de cultura, hace que me niegue al hecho de que lo sea de un humano, y es por ello que es una cultura animal, pero no de esos de cuatro patas o que vuelan, no de esos que no pueden hablar, son de aquellos que olvidan de donde nacieron y que lo usan de una forma degenerada ante una cultura impuesta como ley entre ellos.
Sin embargo me hace retumbar el pensar, el hecho de que ella siga por ese sendero de hombres sin escrúpulos, ahora sin temor a perder su fertilidad pues ya está perdida, pero el llenar del pensar sobre su cultura, le resta el valor que ella misma no se dará.
¿Se ha convertido ella en un propio animal?
EN
To tell you the truth, I don't know where to start. At first I just wanted to reflect with each of his words, which made me remember and maybe a little bit of feeling in the raw skin.
But then I knew that somehow this had to be told, to try to open eyes to something that calls me culture and the reality is that it is only a bizarre human morbidness before the power and lust for gold, money, the excuse for the need to eat or the simple fact that the human being is an animal.
That is why there is no better title for this little story than...
Animal culture
Twelve is the perfect year for a young woman's body to begin to change, surely she feels some fear as she sees some mountains born in her chest pointing directly south. But even more the terror of watching that red goo coming out from inside her, announcing her feminine fertility, the one to which men shout "woman".
You who are reading these lines cannot think that there is more terror than that for the young girl in this story than the fact of being an object for sale by her father.
Twelve was the perfect number of years for someone called "father" to cross his mind to give his daughter to sell her for two coins to a man perhaps three times her age.
You might think it was out of hunger, and if you have an even more scabrous mind maybe it would be for the simple fact that he got tired of abusing his daughter without getting a return of coins, better that someone else did it so that the gold would fall by itself and not in torrential, on those dirty hands of semen, dust and less important for him, of scoundrel, abuser and rapist.
I don't even want to imagine as a thinking writer writing lines while trying to narrate that which was real. Merciless even my mind to do so. How I wish that same morality would fall on that man who thought it and executed it to a taste that not even his lips are allowed the task of asking for forgiveness.
But the terror in this young woman's eyes was soon to disappear, or rather to be there without anyone being able to see or feel it.
Women are for procreation, says the culture in every frontier, in hers, the woman on the first day of bleeding is fruit for sale and delight of two bastards, the seller and buyer for coins, for sex with a virgin who is fresh.
I close my eyes in an attempt to block which image, when her own lips told me that at that same age that man to whom she belonged made of her whatever he wanted, even when her body was perhaps not ready because it was marked, when a topical pregnancy took her first piece of fallopian tubes, so necessary to procreate in the future and now with a small quota of hope.
Years go by for this young woman whose path I do not know and therefore do not judge in bias. However, this is only the background story of a current reality. When again that young woman, now eighteen, gave her body to a man twice her age, married and with heirs.
Can you believe, dear reader, that history once again repeats itself for this young woman.
Close to death, pale enough to think she should not have the strength to walk or even speak. Waiting in her womb for an unborn child who will not be born, because it is a cliché once again in that piece of hope that remained and that before one more operating room had to be cut, torn and without fear, because death awaited her if she did not do it.
And before the witnesses, this gentleman, to hear from the mouth of this young woman that her twelve was not rape because she was sold and at eighteen not to look at her cry or fear for a bastard who did not take charge, the fact of making herself look like an object of culture, makes me deny the fact that it is of a human, and that is why it is an animal culture, but not of those four-legged or flying, not of those who can not speak, are those who forget where they were born and who use it in a degenerate way before a culture imposed as law among them.
However it makes me rumble to think, the fact that she continues on that path of unscrupulous men, now without fear of losing her fertility as it is already lost, but the filling of thinking about her culture, subtracts the value that she herself will not give.
Has she become an animal herself??
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